Este martes, antes de que el Via Crucis salga de San Juan de los Reyes, en el salón de plenos del Ayuntamiento se vivirá la representación de otro calvario político y mundano; sobre todo para el PP, que no sabe cómo escapar de la denuncia de las presuntas contrataciones fantasma en la empresa del cementerio (Emucesa).
Siguiendo el paralelismo, los populares sólo pueden aferrarse a que en Martes Santo también procesionará la Esperanza.
El pleno está justificado y es necesario, porque cuatro meses después de que IDEAL desvelara las supuestas irregularidades nadie ha aclarado el origen de la sospecha: ¿por qué las personas investigadas no acudieron a las oficinas a trabajar? ¿A qué se dedicaron entonces?
Más difícil de argumentar es la repentina urgencia de esta sesión extraordinaria, convocada -casualidad- 24 horas antes de que María Francés acuda a declarar como investigada.
Hay un informe jurídico que aconseja la personación del Ayuntamiento en la causa, pero no dice que tenga que hacerse con tan precipitada celeridad.
Al gobierno municipal le recriminaran desde la oposición, precisamente, estas prisas. Y es probable que le pidan explicaciones por no actuar con tanta diligencia en otras causas. Por ejemplo, en la investigación por la venta en diferido de Casa Ágreda.
Lo normal es que el pleno se celebre. Y, entonces, al PP probablemente no le quede otra alternativa que apoyar de manera más o menos tácita la personación del Ayuntamiento en unas diligencias que comprometne al propio PP. Debe hacerlo porque en el consejo de administración de Emucesa no votó en contra -se abstuvo-. Y porque también apoyó que el consistorio fuese acusación en la operación Nazarí.
Fue ese pleno en el que a varios de los concejales populares, los más afines a Torres Hurtado, les entró una indiposición transitoria o les surgieron urgencias sobrevenidas que les obligaron a ausentarse justo en el momento en el que se debatía el punto de marras.
Lo mismo este Martes Santo demuestran una salud de hierro.
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