Estuve con Teodoro García Egea el 22 de febrero. El secretario general del PP anduvo ese fin de semana por Andalucía, sin agenda pública, para preparar los congresos provinciales. Pasó por Granada y creo recordar que me habló de Jaén y de Almería.
Génova no ha improvisado nada. Ni siquiera la fórmula -bastante arriesgada- de escalar los congresos de abajo hacia arriba, por lo que Pablo Casado se garantiza cierta tranquilidad orgánica.
Lo de Sevilla incluso podría entrar dentro del guion esperado. Sus cuitas internas y los asuntos sin resolver son anteriores a Teodoro García Egea y a Elías Bendodo. Hubo negociación hasta la madrugada previa al cónclave pero sin posibilidad de acuerdo.
Ambas direcciones han optado por pactar listas de unidad en las provincias que restan para evitar otro espectáculo como el vivido en Sevilla. Aunque a tenor de la información que me llega, el consenso se parece demasiado a lo que había contemplado Génova inicialmente. Ana Mestre, delegada del Gobierno en Cádiz, dejará la presidencia a Bruno García. Y el acuerdo al que ambas partes llegaron este miércoles fue que Gabriel Amat dejará paso a Aureliano García. Aunque como apunta el compinche Miguel Cárceles, quieren que sea ordenado y sin estridencias.
También me dicen las mismas fuentes que se dejó sobre la mesa, pendiente de resolver, la posible incompatibilidad de Patricia Navarro como número dos en Málaga.
Y también me hablan de otro escrito que ha llegado a Génova referido a otra provincia. Pero de eso hablaré otro día. Que he quedado.