Lo sucedido el pasado 15 de agosto en Íllora es el desenlace fatal de un problema muy complejo que ni siquiera se circunscribe únicamente a Íllora. Hay muchos pueblos donde el cultivo impune de marihuana ha derivado a la postre en un problema de convivencia y orden público; o está a punto de hacerlo. Generaciones que empiezan en el narcotráfico casi por atrevimiento juvenil y terminan por abrazarlo como una forma de vida. De aquí al manejo de armas solo media un paso. Los legisladores siguen sin reaccionar ante estas nuevas formas de criminalidad y no dotan a la justicia y cuerpos de seguridad de normas y recursos suficientes.
Es el fracaso de una sociedad: ser cómplice de la comisión de supuestos delitos porque no puede perseguirlos.
Lo ocurrido en Íllora no se puede ni comprender ni explicar con lecturas simplistas; ni desde la reacción visceral de los vecinos ni desde el buenismo de algunos sectores cegados por lo políticamente correcto. A veces, la realidad tiene sus miserias y para contarla hay que jugarse el tipo y las palabras.
Varias plataformas han entregado sus quejas a la subdelegada del Gobierno en Granada por lo que creen un problema de “racismo”. Cada cual es muy libre de ordenar las prioridades de su discurso, pero conviene no olvidar que, por ahora, la única víctima que no tiene marcha atrás es Juan, un chaval de 19 años que tenía por raza ser buena persona.
Se puede y debe defender el retorno pacífico al pueblo de aquellos familiares del detenido ajenos a lo sucedido. Incluso comprendo -aunque no la comparta- la posición de algunas asociaciones. Lo que pasa es que uno debe expresarse con mayor responsabilidad y cautela cuando no solo se representa a sí mismo y aún más si lleva una sotana.
El sacerdote de Vallecas Teodoro González -buen conocedor de la realidad de Íllora, supongo- ha ejercido de portavoz de la familia y ha dicho que no se trató de una “muerte premeditada” sino de una “riña” que acabó en “fatalidad”. Ya ha impartido justicia divina mientras la terrenal aún investiga si se produjo un presunto crimen o un homicidio imprudente. El sacerdote ha añadido como indulgencia que al “hermano pequeño del agresor le rompieron una pierna y le pegaron entre cuatro. Por eso su hermano fue a defenderlo».
Quizás el padre Teodoro se quedó anclado en el Antiguo Testamento y piense que por los ojos haya que sacar los dientes.
El respeto que se reclama para los vivos conviene no perdérselo a los muertos.
Buen artículo,por desgracia en nuestra provincia hay mucho energúmeno que no se arredran y en menos que se persigna un cura loco sacan sus herramientas.por favor,que en la mayoría de los pueblos se conocen y se actúa poco.un abrazo enorme para la familia de JUAN
Riña ninguna agresion y asesinato
Siempre hay que creer en la justicia, y ojala todo se arregle de la mejor manera posible, no hay que recordar que todos somos humanos, ha veces suveden fatalidades que nadie queremos que pasen, lo siento por el chico fallecido, y ha la familia les mando mi mas sincero pesame, la guardia civil sera la que resuelva este caso, y todo vuelva a la paz, que es lo que deseamos la mayoria gente de bien, yo estoy encontra de la violencia, pero tampoco soy racista ni quiero comentar estupideces en contra de nadie, ni contra ningun pueblo ni ninguna cultura, tenemos que vivir en paz y apreender de lo que nos ha pasado en el pasado, y por ultimo, le mando un animo ha este sacerdote, y muy bien que quieras la paz, hay se ve que es una persona de bien, hay que apreender del padre Teodoro.
Siempre hay que creer en la justicia, y ojala todo se arregle de la mejor manera posible, no hay que recordar que todos somos humanos, ha veces suceden fatalidades y desgracias que nadie queremos que pasen, lo siento por el chico fallecido en Illora, y ha la familia les mando mi más sincero pésame, la guardia civil será la que resuelva este caso, y todo vuelva a la paz, que es lo que deseamos la mayoría gente de bien, yo estoy en contra de la violencia, pero tampoco soy racista ni quiero comentar estupideces en contra de nadie, ni contra ningún pueblo ni ninguna cultura, tenemos que vivir en paz y aprender de lo que nos ha pasado en el pasado, y por último, le mando un ánimo ha este sacerdote, y muy bien que este cura busque la paz, hay se ve que es una persona de bien, tenemos que aprender del padre Teodoro.
Que Teodoro estuve viendo lo que pasó la denuncia ante la delegación de gobierno de granada es farsa hay más de 200 testigos que afirman que los daños en la pierna fue a consecuencia de las patadas que le dieron a juan castro hasta provocarle la muerte ? Si no matado ya sabéis dónde buscarme ? Que pasa Teodoro con esas palabras yo voy a demandar a la delegada del gobierno de granada por farso testimonio y voy a pedir en Madrid la dimisión de una persona tiene que ver la verdad antes de nada y si padre Teodoro ya se a pedido a asopisdo de Madrid su sustitución por farso testimonio y por pecador espero que la justicia haga su trabajo y los que hay sueltos libres y culpables sean detenido y los pongan a disposición judicial