Creer a Adriana Lastra

Los políticos le perdieron tanto el respeto a las explicaciones que, cuando alguno ofrece un argumento razonable, se tiende a pensar que tras lo obvio se esconde una conspiración oscura.

Adriana Lastra, de 43 años, ha dejado su cargo como vicesecretaria general del PSOE porque está embarazada y ha tenido que pasar varias semanas de baja y en reposo. Nadie -o pocos- cuestionarían la explicación si Adriana hubiese terminado sus estudios de Antropología Social y trabajase, por ejemplo, en el CIS de Tezanos. Pero se pone en duda por tratarse de una dirigente próxima a Pedro Sánchez; ahora que Pedro Sánchez ha emprendido un nuevo giro y por los antecedentes sabemos que, en todos sus virajes, algunos de sus correligionarios se van por el sumidero del cambio. Le pasó a José Luis Ábalos o a Iván Redondo, que junto a un par de compañeros más -andaluces, por cierto- estaban con Adriana en las primeras fotos donde posaban eufóricos tras vencer en las primarias a Susana Díaz.

Si el verdadero y único motivo es el que se esgrime, lo comprobaremos cuando, pasado un tiempo, Adriana pueda retomar su actividad política. Será entonces cuando Pedro Sánchez -varonil adalid del feminismo- deba recuperarla -si ella quiere- en un puesto de similar relevancia y no en una canonjía; que viene a ser lo que Feijóo le ha dado a Teodoro García Egea. Lo pronto que se agotan y prejubilan las generaciones políticas en los tiempos actuales, por cierto.

Lo que tampoco podemos pasar por alto son los mensajes que algunos dirigentes socialistas llevan meses esparciendo por los mentideros. Muchos han cuestionado el papel de Adriana desde el principio y últimamente daban por hecho que habría cambio de portavoces en el partido. El de ministros lo esperan para dentro de unos meses.

Por mi parte, doy por buena la explicación de Adriana Lastra. Ya tiene Pedro Sánchez una nueva encomienda para completar su giro a la izquierda: cambiar las leyes que haga falta para que ninguna mujer tenga que dimitir solo por que su embarazo le exija “tranquilidad y reposo”.

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