Un informe del gerente de Emucesa -la empresa que gestiona el camposanto granadino- ha desvelado que al menos cinco cargos del entorno del PP cobraron de la empresa sin pisar las oficinas. Al final, va a resultar que el cementerio de elefantes no era el Senado.
Conozco a cuatro de los cinco. Nos son dirigentes populares representativos -de alguno no me consta siquiera que sea militante- y, posiblemente, alguien pensaría que estaría bien compensar las horas que le dedicaban al partido con la hucha de Emucesa. Al fin y al cabo, los muertos no se quejan.
Hasta aquí, nada que no se sospeche que suceda en otras partes.
Son muchas las noticias que algún político ha intentado desmontarme con la excusa de que ‘eso’ lo hace todo el mundo. La diferencia radica en que te pillen. En que un gerente, un secretario o un interventor decida alertar en un papel sobre la posible irregularidad de lo sucedido.
Pero después de contar lo ocurrido con los contratos ‘fantasma’ de Emucesa, me quedan algunas preguntas sin resolver.
-¿Por qué el gobierno municipal (PSOE) ha medido tanto su reacción? Se ha limitado a anunciar otra auditoría, que a este ritmo tiene la misma seriedad que un observatorio.
-¿Por qué Ciudadanos también ha sido tan comedido -ni hablar de dimisiones- y ha dispersado el debate al resto de empresas públicas?
-¿Por qué nadie a nivel regional dentro del PSOE -ni provincial- ha abierto la boca?
Y digo más, ¿por qué la fiscalía no se inmuta -esta vez tampoco- cuando ha denunciado con empecinamiento casos que guardan similitudes?
Supongo que todos estos interrogantes se terminarán esclareciendo en las próximas horas. En cualquier caso, aquí tenemos las respuestas.
Al final, el silencio es de los vivos y no de los muertos.
si se demuestra, una vergüenza y un abuso, se mire como se mire. Y el que también lo haya hecho el PSOE no es justificación. Estos concejales deben dimitir o ser expulsados del PP. Pero no ocurrirá ninguna de las dos cosas. ¿ De qué van a vivir entonces?. Es lo que hay.
Acaeció que, llegando a un lugar que llaman Almorox, al tiempo que cogían las uvas, un vendimiador le dio un racimo dellas en limosna.
Acordó de hacer un banquete, así por no poderlo llevar como por contentarme: que aquel día me había dado muchos rodillazos y golpes. Sentámonos en una valladar y dijo:
-Agora quiero yo usar contigo de una liberalidad,y es que ambos comamos deste racimo de uvas y que hayas de él tanta parte como yo. Partirlo hemos de esta manera: tú picarás una vez y yo otra, con tal que me prometas no tomar cada vez más de una uva.
Yo haré lo mismo hasta que lo acabemos, y de esta suerte no habrá engaño.
Hecho así el concierto, comenzamos; mas luego al segundo lance, el traidor mudó propósito, y comenzó a tomar de dos en dos, considerando que yo debería hacer lo mismo. Como vi que él quebraba la postura no me contenté ir a la par con él; más aún pasaba adelante: dos a dos y tres a tres y como podía las comía. Acabado el racimo, sostuvo un poco el escobajo en la mano, y, meneando la cabeza, dijo: -Lázaro: engañado me has. Juraré yo a Dios que has comido las uvas de tres a tres.
-No comí -dije yo-; mas, ¿por qué sospecháis eso?
Respondió el sagacísimo ciego:
-¿Sabes en qué veo que las comiste de tres a tres?
-En que comía yo dos a dos y callabas.
El primer chorizo ladron y sinverguenza es el gerente el señor don Jose Antonio.
Gracias a Chirino por no guardar silencio, aunque sea su obligación profesional contarlo, ya que tantos otros sí guardan silencio. A la vista de las reacciones de los políticos que nos representan a todos no puedo sentir sino escalofríos. Los partidos de esos políticos nos representan y nos dan voz o nos silencian como si estuviéramos muertos. Aquí no hay complacencias, no puede haberlas. Esos partidos están marcados para el futuro.