Partidos políticos, dirigentes y gobernantes están últimamente muy preocupados -y ocupados- en velar por la calidad de la información y la transparencia de los medios. En IDEAL, las noticias llevan nuestra firma y asumimos a diario las dos principales consecuencias a las que se enfrentan los periodistas: por un lado, los límites de las normas y las leyes -con sus sanciones-; por otro, perder la confianza de nuestros lectores. 

Nosotros, los periodistas, nos sometemos al voto de los ciudadanos cada día; sin necesidad de esperar una cita con las urnas. Antes era cada cuatro años.

Esta semana se ha presentado el Plan de Acción por la Democracia. Bienvenidas todas las medidas para proteger la información y reforzar la confianza en las instituciones. Pero se olvida una cuestión importante, que también sería conveniente dejar clara cuando se manejan tantos mensajes que generan una confusión -no sé si interesada, siempre hay alguien interesado-; como si los dueños de los medios de comunicación fueran los mercaderes del templo. Por si alguien no se ha percatado, hacer periodismo cuesta dinero; es caro. 

Si un mensaje revestido de noticia es gratis, probablemente, se trate de propaganda.

Por eso, no hay manera más efectiva de preservar la independencia y reforzar la influencia de los medios -para que la ejerzan con libertad y en defensa de la sociedad- que el compromiso de todos vosotros. Apelo a la responsabilidad que tiene todo ciudadano de estar informado para participar de la vida y las decisiones de su entorno. Diría que es, incluso, una obligación.

Tú eliges cómo, cuándo y cuánto de informas. Estar informado cuesta poco. Para todo lo que vale.