El 13 de junio de 1955 los reyes de Jordania, Hussein I y su esposa, acompañados por un séquito de catorce personas, visitaron Granada. Les recibió el alcalde Manuel Sola, cicerone en su paseo por la Alhambra. El joven rey, que apenas había cumplido los veinte años, tan solo conoció la Alhambra y el Generalife. La reina Dina (la primera esposa del monarca que se casaría cuatro veces), también quiso visitar la Capilla Real.
Aqulla fue una visita mucho más discreta que la que protagonizó unos años antes, en concreto el 10 de septiembre de 1949, su abuelo, Abdallah I. Entonces el monarca fue recibido con toda pompa oficial, a pesar de tratarse de una visita privada. El alcalde Gallego Burín le recibió en coche descubierto, fueron a los toros y fue agasajado con una cena de gala en el Palacio de Carlos V.
La relación de la dinastía hachemí con Granada continúa hasta 1985, con la visita de la cuarta esposa de Hussein, la reina Noor. Acompañada por la reina Sofía, el ayuntamiento de Antonio Jara le concedió la ‘Granada de Oro’ y la soberana aseguró que la Alhambra era «el lugar más bello que había visto en su vida».