Un avión comercial francés se estrellaba envuelto en llamas en el Tajo del Goterón, en la Alcazaba de Sierra Nevada, la madrugada del 2 de octubre de 1964. Hace 50 años. Fallecían los 80 ocupantes del aparato que volaba desde Palma de Mallorca hasta Port Etienne, en Mauritania.
De los 75 pasajeros, 24 eran niños. Sólo cinco de las víctimas pudieron ser identificadas, las restantes quedaron reducidas a trozos irreconocibles. Fue muy difícil la localización de la aeronave, siniestrada a quince kilómetros de Trevélez, en una zona de complicado acceso.
Los restos del aparato y los cadáveres destrozados se esparcían en una extensión calcinada de 400 a 500 metros cuadrados. El traslado de los restos humanos se realizó en caballerías y con la colaboración valiosísima de los voluntarios que se unieron a la Guardia Civil desde que se tuvo confirmación del accidente.