Los cuernos en el fútbol

¿Puede aparecer el mal rollo en el vestuario de un equipo de fútbol por una mujer? ¡Puede, puede! Tanto que en los mentideros deportivos granadinos empiezan a justificar la mala racha de un jugador y del propio equipo por el mal ambiente que se ha creado tras conocerse que ha dado rienda suelta a la pasión con la novia de un compañero. Y si ha sido así, eso es difícil que acabe bien.
Los cuernos en el fútbol son tan cotidianos, al parecer, como los fuera de juego y hay constancia de sonados escándalos que acapararon la actualidad mediática durante semanas. Desde que el jugador del Bayern de Munich Stefan Effenberg abandonó a su esposa para unirse sexualmente a la pareja de su compañero de equipo Thomas Strunz, los deslices de alcoba han salpicado la actualidad deportiva y social. Nombres como David Beckham, Frank Lampard, Oliver Khan o John Terry han reventado vestuarios y amistades. La relación extramarital de Terry con la novia de su compañero Wayne Bridge casi le cuesta el puesto de capitán de la selección inglesa y armó un revuelo tremendo que llegó a desestabilizar a la selección en vísperas del Mundial de Suráfrica. Hay situaciones que van más allá de las ‘miradas asesinas’ en los vestuarios o en los entrenamientos y acaban en las manos. Sucedió cuando Andy Carroll se enteró de que su compañero de equipo Steve Taylor le enviaba mensajes amorosos a su novia. Andy le pegó un puñetazo a Taylor y le destrozó el maxilar inferior. El también se rompió la mano. Los dos se pasaron semanas de baja.
Precedentes hay para ver que el caso que al parecer salpica al vestuario rojiblanco no es ni aislado ni demasiado extraño, sobre todo desde que el catedrático Félix Rodríguez González recoge en su diccionario de voces relacionadas con la sexualidad un proverbio antiguo que subraya la necesidad y tendencia del ser humano a realizar el acto sexual (y a fastidiar, en su sentido figurado): “La jodienda no tiene enmienda”. Ya se sabe que cuando se empieza una jugada puede acabar en penalti.

 

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