Ojalá que los Reyes Magos hayan repartido sentido común, sensatez y espíritu de diálogo para que el acuerdo y el consenso sea posible entre los políticos granadinos cuando es Granada y sus ciudadanos quienes ganan o pierden con sus diatribas. Ojalá hayan sido generosos al regalar el sentido ético de la política que concibe el servicio público por encima del propio, y en la ilusión compartida por instituciones públicas convencidas de las posibilidades de esta capital y provincia, y ojalá que hayan dejado el carbón de la vergüenza allí donde gana el discurso partidista y la demagogia de la confusión. Espero que Sus Majestades hayan entregado a todos nuestros políticos el compromiso por la verdad y la voluntad y el esfuerzo de trabajar cada día para servir a los intereses de la sociedad a la que se deben.