22M: No va más

 

No va más. Las apuestas están cerradas y ahora ya solo queda esperar que hablen las urnas este domingo después de una campaña demasiado parecida a cualquier otra, pero trascendente como ninguna otra porque puede dibujar un mapa electoral inédito en el Parlamento andaluz y será espejo de las que están por llegar.

Ha sido esta una campaña electoral que ha desnudado a unos candidatos con un discurso previsible y rehén de los vicios ajenos o con un discurso mediocre y menos envolvente del que arrastran las olas en vaticinios y sensaciones. Campaña de sorpresas, sí, porque algunos se han invitado a la fiesta electoral y han elegido palco para seguirla, el mismo que otros han visto alejarse y el mismo que otros ni siquiera sueñan. Los debates a tres en televisión han sido reveladores del peligro que tiene subestimar a tu enemigo, y han demostrado que la pieza es tuya solo cuando está cazada, que la arrogancia no marida bien con la empatía o, incluso, cómo perderse en el vodevil de la farsa y la demagogia barata.

Se ha acabado una campaña en la que unos no han llegado y otros se han pasado, una campaña de alternativas fallidas y de faenas de nivel, una campaña en la que ha sobrado el ‘y tu más’ y ha faltado política en mayúsculas, una campaña en la que seguramente sobran algunos de los que van y faltan algunos de los que no están.

Se ha acabado una campaña en la que otra vez se han regado pueblos y ciudades con promesas que jamás se cumplirán, nos hemos hecho fotos con políticos que volverán a ser inaccesibles y lejanos, y se han dado de leches los mismos que pactarán sin sonrojos en aquello que convenga y no siempre al ciudadano. Ahora, en las calles y parques de pueblos y ciudades quedará el rastro de banderolas, carteles y vallas con mensajes de fantasía pero la vida de muchos, de muchos y muchos lugareños, volverá al anonimato en el que convive con sus problemas para llegar a fin de mes, con la tragedia del paro que se ceba con la familia y la carta sin respuesta de los servicios sociales en la que se pide ayuda para la madre anciana y dependiente. Después del domingo volverá la sensación de silencio y vacío que se queda en la plaza del pueblo cuando se levanta el escenario de la verbena porque las fiestas acaban. Vuelven las rutinas. Los candidatos, algunos, habrán conseguido sus propósitos y los habrá que se aíslen con sueldo y dietas en sus sillones de parlamentario. Pero, ¿qué será ahora de nosotros?, ¿qué será ahora de nosotros que ni siquiera tendremos ya en campaña quien nos seduzca, nos conquiste o nos mienta con la sonrisa de la indiferencia?

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