Autoridad sin ser originario

«La Sociedad Comprometidaa»

Proyectos solidarios en un mundo comprometido – Bolivia (1)
Por Isaura Alfaro de Martínez. Profesora de Literatura y Presidenta de la Junta Escolar del Núcleo Omasuyos
Aymaras en Omasuyos haciendo gala de su cultura.
Aymaras en Omasuyos haciendo gala de su cultura.

A 3860 msnm. Y a una hora de la sede de gobierno en la ciudad de La Paz – Bolivia, se encuentra la comunidad de Marca Chua, con una población aproximada de 200 familias, constituye una parte de la extensa región del lago Titicaca (lago más alto del mundo) cuyas poblaciones similares, están aglomeradas en cantones, los cuales forman una provincia llamada Omasuyos, sitio por demás problemático por su ancestral cultura revolucionaria.

Chua, vocablo aymara, que significa vasija o vasija de barro,  artesanalmente confeccionado en cerámica por los típicos aymaras, cuyos elementos de lenguaje son extraídos del vocabulario aymara, lengua hablada por más del 60% de la población andina de Bolivia.

La tradición impone la conformación de autoridades indígenas, originarios, componentes o dueños de terrenos, de ceñir un doble lazo al pecho y espalda llamado “chicote”, tejido con hilos finamente trazados y matizado con llamativos juego de colores, que en reuniones discutidas y toma de importantes decisiones, florece el nombre de alguien, quien al poseer unas cuantas hectáreas de terreno es elegido como autoridad, que el mismo debe cumplir las imperiosas necesidades de un pueblo, que ansioso de tener acciones dirigidas con empeño, fortaleza y capacidad, festejan el compromiso que la causa implica.

Son días, noches, semanas, que van marcando el paso, que al aproximarse fechas festivas religiosas, estas autoridades elegidas deben hacer resaltar su mandato y compromiso con esa sociedad, con eventos deportivos, culturales y sociales.

Es de ésta manera, que nos vemos comprometidos ante tan penoso pero aparente gesto de satisfacción, uno porque no siendo indígena, otro por no hablar su idioma con fluidez y desconociendo ritos aún no aclarados, demostramos el esfuerzo por cumplir, con muchos tropiezos, la tarea que al final resulta placentera de “hacer el bien y no mires a quien”, refrán estrictamente aplicable en tales situaciones como ésta.

La autoridad implica también la observación directa del qué hacer, en cuanto a la comunidad educativa y a sus componentes de enseñanza para su estricto cumplimiento del mismo.

Como en mi caso, verse entre 200 o más líderes indígenas de diferentes poblaciones, mayoritariamente aymaras que rigen sus representaciones con gallardía, encerrados en sus expresiones que no importa que alguien no los conozca o que poco los entienda; son miradas sorpresivas e incomprensivas de integración político-social, que al sentirme dentro de este ámbito, me produce un círculo de inseguridad persuasiva, pero el trazado reto en el cumplimiento, ordenación y más que todo demostrar proyectos que cuadran sus aspiraciones ocultas tras la ignorancia y el aprovechamiento de quienes pasaron por ellos; interrumpen con aplausos bulliciosos que fortalecen el ansia de seguir comprometidos con ellos en regiones que se abren en límites insospechados, ésta es la causa de nuestro afán de seguir fortaleciendo la seguridad comprometida para integrarse incondicionalmente.

Chua fue alguna vez, el encanto de su paisaje lacustre que tentó dejar huellas de un hermano andaluz nacido en Guadix, que embriagado por el colorido oleaje de aguas del Titicaca, frente a los nevados de los Andes se llevó sentimientos comprometedores que le exige volver al sitio para continuar y adentrarse más en el conocimiento de nuestra cultura aymara.

2 Comentarios

  1. Gracias hermana boliviana, por tus palabras y por mostrarnos tu experiencia. Debe ser especial que una comunidad te elija como su representante, pero mas cuando los rasgos culturales, étnicos y ancestrales son tan acusados… Felicidades por ello y por tu compromiso con el pueblo aymará… Yo por mi parte claro que volveré al Lago Titicaca!

  2. La urbanidad es inherente a la sociedad y los urbanitas nos debemos a ésta, en mayor o menor medida; por lo tanto es un excelente ejemplo del compromiso que debemos tener hacia ésta, como en este caso, por cierto con mucho mérito, debido a las diferentes circunstancias que nos mencionas.

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