“Ciudadanos Comprometidos»
JACOBO CAMARERO, UN HOMBRE COMPROMETIDO
Hoy quiero contaros una bonita historia que ha sucedido porque era bueno que sucediera… y yo he tenido la fortuna de verme atrapado en ella… os cuento:
El pasado mes de Mayo, nos encontrábamos Elena y yo en Montevideo asistiendo a un congreso, y una tarde, tras comer deliciosamente en el Mercado Viejo, paseábamos por la ciudad colonial y, sin razón alguna, entramos a olisquear en una destartalada tienda que exponía libros y discos locales tras el escaparate. Nos recibió con educación un dependiente –Gustavo- que rápidamente captó nuestra atención… ¿por qué? Bueno, eso es parte de la historia.
Al poco de entrar nos desentendimos de los artículos en venta y Gustavo ya nos narraba su amistad con una chica española de Sevilla de la que acababa de tener noticias después de varios años. Pero al saber de nuestro origen granadino, nos aclaró enseguida que Inma Camarero en realidad es de Albolote, una pequeña ciudad próxima a Granada, lo cual nos pareció simpático, porque resulta que el alcalde de Albolote también se encontraba casualmente en Montevideo asistiendo al mismo congreso que nosotros…
Como le dijimos que nos era familiar el apellido de su amiga, nos contó, casi en confidencia que, precisamente, hacía unos días que había muerto el padre de Inma, un tal Jacobo Camarero, y esa era la razón por la que su amiga se había dirigido a algunos amigos, él entre ellos, para desahogar su dolor narrándoles la historia de su padre… un hombre bueno que, por lo visto, hizo tanto y tanto bien cuando era joven que, recientemente, le habían honrado dando su nombre a la principal avenida de Albolote…
Y fue en ese justo momento cuando Elena y yo comprendimos porqué nos era familiar ese nombre, ya que acabábamos de recibir un encargo especial: diseñar las paradas del Metropolitano de Granada, cuyo prototipo sería precisamente la primera parada de la línea 1… ¡La Parada Jacobo Camarero, en Albolote! Bueno, como comprenderéis, ya fue inevitable que nos narrara en detalle la historia de ese hombre tan especial con el que también nosotros ya nos encontrábamos vinculados…
“… En los duros años de la posguerra, mediada la década de los años ‘40, Jacobo Camarero creó de la nada, y sin más ayuda que su ilusión, una escuela en la que enseñó lo fundamental a centenares de niños, y no tan niños, pobres de su pueblo que, de otra manera, hubiesen sido analfabetos toda su vida… hasta el punto que años después, el Ministerio de Guerra premió al Ayuntamiento de Albolote porque no iba ningún soldado analfabeto a la mili…
Con la llegada de la democracia a España, la mitad de aquellos primeros alumnos se convirtieron en el corazón del Ayuntamiento. Además de concejales, otros fueron empresarios, capitanes del ejército,… Y con el tiempo esa escuela, situada en la plaza central de Albolote, se convirtió en una biblioteca pública”.
Elena y yo nos sentimos sobrecogidos… nada había sido por casualidad, y todo estaba sucediendo porque era bueno que sucediera…
Yo por mi parte, en ese momento estaba terminando de perfilar el contenido del blog La Ciudad Comprometida, y sentí como un verdadero acicate el ejemplo de este buen ciudadano comprometido que fue Jacobo Camarero…
Meses después, en Noviembre, viví en primera persona algunos de los sentimientos de Inma Camarero, con motivo de un sencillo y sentido homenaje que se le brindó en Guadix, mi querido pueblo, a mi padre y a otros accitanos ilustres ya fallecidos. Y con ese motivo escribí en el blog:
“… Fuimos a decirles que siguen vivos en nuestra memoria, en nuestros corazones, y que nunca podremos olvidar que gracias a ellos, nuestra ciudad, nuestra sociedad, nuestro mundo, en definitiva todos nosotros, somos sin duda un poco mejores.
Los allí presentes pudimos honrarlos, agradeciéndoles lo mucho que nos entregaron a través de sus vidas respectivas, ya fueren gente entregada a su profesión, emprendedoras, entregadas al servicio a los demás, apasionadas de su tierra, ciudadanos ilustres o personas sencillas…, ya que con la luz de su ejemplo y de su memoria, alumbrarán permanentemente a sus familiares, amigos y paisanos. Que los admiran, que los quieren, y que los añoran.”
Por eso, estoy profundamente convencido de que esta bonita historia que hoy os cuento ha sucedido porque era bueno que sucediera…
Al fin, hace unos días, la Consejera de Obras Públicas de la Junta de Andalucía ha presentado públicamente el diseño de La Parada Jacobo Camarero, en Albolote, y siento que este proyecto me ha dado, y lo seguirá haciendo seguramente, tremendas satisfacciones personales y profesionales… Y también hace unos días hemos concluido los Foros Profesionales de La Ciudad Comprometida, con motivo del 25º aniversario de GRarquitectos, y nos estamos preguntando sobre la continuidad de las acciones que hemos emprendido en estos vertiginosos y a la vez apasionantes meses…
Pero la memoria de este ciudadano ejemplar, bueno y comprometido que fue Jacobo Camarero nos anima y nos obliga a continuar si cabe con más afán aún, con nuestro compromiso de construir un mundo más libre, más solidario, más justo.
Querido amigo: el mundo es un pañuelo, y a veces incluso no es de lágrimas… (recuerdo con cariño el escaparate de la tienda de tu padre cada vez que iba al colegio, cuando aun no te conocía, y recuerdo con más cariño aún los años que pasamos juntos).
Mateo
PS: ¿Puede verse en algún sitio ese proyecto de entrada al metropolitano granadino?
he recibido este mensaje de Inma Camarero… Muchas gracias!
«Maravilloso! Un precioso regalo de navidad! Un abrazo»
Juan Carlos es conmovedora la historia ademas de curiosa,con la de gente que habría allí y la de tiendas para ver,casualidades de la vida que fuerais vosotros y entrarais allí.Por cierto parece que fuera ayer cuando Ines,Irene y yo nos metiamos por la tienda de abajo para salir por la puerta de arriba pasando por los sillones,armarios jajajaj que recuerdos para ir a la presentacioón.Un beso
Mi amigo Mateo es como un hermano, al que conocí en un internado de Valencia (la «laboral» de Cheste) cuando ambos teníamos 11 agnos… Y sin embargo habíamos vivido a unos metros, sin conocernos, hasta muy poco antes… Hoy es un insigne biólogo (Por ejemplo ha sido el descubridor del lagarto gigante de La Gomera) que vive en Mallorca…
Si, el diseño del prototipo de Parada esta publicado dn el blog el pasado 17 de diciembre… Un fuerte abrazo!
Hola Carmen…. Hace tantos anios que no te veo! Seguro que sigues siendo una Morena guapísima… Pero dime: quien era la mas bichucha de las tres?
Gustavo Guarino, desde Montevideo me escribe una encantadora carta que creo que os gustara conocer…
Estimado Juan Carlos:
Gracias por tu saludo de Navidad. He leído tu relato sobre la historia de Jacobo Camarero, la estación que lleva su nombre, y de cómo nos vinculamos Inma y yo, contigo, aquel mágico día en la Ciudad Vieja de Montevideo, cerca del Mercado del Puerto. (ya no trabajo en ese local donde me encontraste).
¡Qué lindo tu relato! y como vos decís, esos encuentros suceden porque deben suceder, y porque gente linda como nosotros debe encontrarse; porque esos son los pequeños-grandes premios que nos da la vida entre tanta adversidad y porque la distancia y el océano no son un obstáculo para tan nobles sucesos.
Sabés que yo no conocía la cara de Jacobo Camarero y veo su foto por primera vez en tu artículo. Se le ve cara de bueno y positivo como su hija Inma.
Hace tiempo Inma, que es más cibernauta que yo, me reenvió la página de tu blog donde aparecía el artículo y dibujo de la fachada del los cines Plaza y Central de Montevideo, obra de arquitecto uruguayo. Me quedé tan sorprendido que te escribí en el mismo blog, pero como no conozco el funcionamiento de ese artilugio, se ve que no seguí los pasos adecuados y se borró. Allí te comentaba que esos dibujos me traían muchos recuerdos de infancia. Esos dos cines son los únicos que subsisten al “progreso”. En el Plaza, por su gran capacidad, también se realizan recitales y conciertos. Hace unos años, y junto a dos mil personas más, pude emocionarme viendo cantar a mi ex-pareja integrante del Coro De Profundis, cantando el Mesías de Händel.
Tengo 58 años y cuando era niño, por suerte no existían los centros comerciales de ahora, asépticos y especie de burbujas donde se protegen los ricos; entonces, el centro de Montevideo era el lugar de encuentro entre amigos, donde estaban las mejores tiendas y confiterías, donde estaban los mejores cines con sus salas inmensas, etc. Cuando llegaba el domingo, la salida obligada era el paseo por la Av. 18 de Julio y la matinée de los cines. En el Plaza donde ví muchas películas, y al igual que en los otros cines, existía un vendedor de golosinas. Vestido con traje y corbata que portaba una especie de bandeja honda, colgada de su cuello con una tira de tela. Se paseaba por los pasillos de la sala, antes de empezar la función, ofreciendo su mercadería. Mis golosinas preferidas eran unos medallones de menta bañados en chocolate que se disolvían sobre la lengua y que uno saboreaba durante toda la película.
Juan Carlos, eso es parte del pasado de mi ciudad y del edificio que te gustó y supiste apreciar.
Que la magia continúe, que la historia no se olvide, y protejamos al animal humano preservando su entorno.
Me alegra el éxitos de “La ciudad comprometida”; hay que continuar con esas ideas, y felicitaciones por la construcción del Metro. Un abrazo grande,
Gustavo Guarino
Montevideo-Uruguay
27/12/2009″
Confirmo con todas estas historias y comentarios, que las fronteras no existen, que solo las inventamos nosotros las personas. Soy uruguaya y tengo un motón de relatos de mis abuelos de distintas historias de su época, de cómo emigraron al Uruguay, de los familiares y amigos que dejaron y de los nuevos que encontraron…..y a partir de sus costumbres como fueron haciendo suya su nueva ciudad y país.
Bonita historia sobre todo en estas fechas tan entrañables. Felicidas fiestas a todos los blogueros
Amigo Juan Carlos…
Yo era un colaborador del periódico IDEAL cuando escuché por primera vez el nombre: ‘Jacobo Camarero’. Fue en una rueda de prensa de la Junta de Andalucía en la que presentaron las paradas del metro de Granada. Allí no nos dieron ninguna explicación sobre quién era él y yo, inocente personajillo, escribí: «La primera paraad está dedicada a un ilustre y fallecido vecino de Albolote, un camarero llamado Jacobo». Al día siguiente, un hombre con voz de cuentacuentos llamó al periódico preguntando por mí: «Hola, soy Jacobo Camarero. Y no soy camarero».
Después de reirnos un rato -tenía un humor maravilloso- quedamos para vernos y que me contara la historia que justificase tantos honores -una historia sin escribir, sin memorizar, sin grabar… una historia que merecía ser contada-.
http://www.ideal.es/granada/prensa/20070603/provincia/proxima-estacion-jacobo-camarero_20070603.html
Escribir aquél reportaje fue maravilloso. Tenía la sensación de que era una de esas aventuras que vivirían para siempre. Y él, Jacobo, el héroe que nunca podría morir.
Por eso, al leer que «había muerto unos días antes» he intentado llevar la atención a otro punto. Negar la frase y obviar el contenido. Quería evitar el escalofrío. Pero no pude.
Sin embargo, ahora, después de volver a sentir aquella tarde en el jardín de su casa, emocionarme con la pasión del recuerdo y leer vuestras palabras, me doy cuenta de la verdad que acompañará siempre a Jacobo Camarero. Él, como todos los grandes, es inolvidable. Es inmortal.
Gracias, Juan Carlos.
Las historias como esta nos llenan de esperanza, porque nos demuestran que la vida está llena de «héroes» que con su esfuerzo hacen mejor la vida de los que está a su alrededor.
He de reconocer que ha sido especial poder conocer de cerca a través de este blog, de sus comentarios y del artículo de José Enrique Cabrero en Ideal.es la historia de Jacobo Camarero.
También ha sido impactante, aún si cabe, poner rostro a este nombre que en un principio solo nos ‘sonaba’ a parada de Metro.
Así que solo me queda desearos en estas entrañables fechas que atravesamos que muchos e innumerables ‘Jacobos Camareros’ se nos crucen en nuestras vidas.
Sería bonito… Feliz Navidad y Próspero Año 2010
Hola Juan Carlos:
En una tarde tan fría y blanca como la de hoy, afortunadamente he podido refugiarme en mi rincón favorito de la casa -junto a la chimenea, donde llevo un buen rato leyendo el blog; francamente me ha resultado muy interesante, así que enhorabuena por el emprendimiento y muchos ánimos para continuar!
Vaya historia conmovedora y ejemplar la de Jacobo Camarero! Vaya coincidencia la de encontrarse en mi linda Montevideo con Gustavo, cuyo mensaje también me ha emocionado muchísimo. Al igual que comenta Carolina, soy uruguaya y recuerdo muy vívidos los relatos de mi abuelo “Paco” (italiano) y mi abuela “Minga” (española), en los tiempos en que -por ejemplo- el Mercado del Puerto en la Ciudad Vieja eran “pajarerías”, y cómo con muy poco dinero -mi abuelo- fundó el kiosco central del Mercado ubicado bajo el gran reloj, “Kiosco Paquito”. Recuerdo de mi infancia con inmenso cariño acompañarle los sábados por la mañana y darnos unos hermosos paseos por la Ciudad Vieja en los que mientras me contaba sus maravillosas historias yo muy atenta jamás me desprendía de su mano…
Muy entrañable el acercamiento a Jacobo Camarero que nos facilita JeCabrero, a quien agradezco y felicito por compartir la historia y su esfuerzo en difundir la esencia de este “héroe” que como bien dice, no quisiéramos que con el tiempo se diluya su presencia y pase a ser el nombre de nuestra próxima parada. Me apunto a difundir en mi pequeño ámbito esta historia, ya que desde el Laboratorio de Urbanismo de la UGR se están realizando trabajos de investigación acerca del Metropolitano de Granada.
Me reconforta el habernos encontrado hoy en la visita al Albaycín y aún más el encantador paseo que he recorrido por esta virtuosa “Ciudad Comprometida”.
Cariños a ambos,
Fiore.
Por Fiorella, February 12, 2010 @ 10:57 pm
Hola Juan Carlos:
En una tarde tan fría y blanca como la de hoy, afortunadamente he podido refugiarme en mi rincón favorito de la casa -junto a la chimenea-, donde llevo un buen rato leyendo el blog; francamente me ha resultado muy interesante, así que enhorabuena por el emprendimiento y muchos ánimos para continuar!
Vaya historia conmovedora y ejemplar la de Jacobo Camarero! Vaya coincidencia la de encontrarse en mi linda Montevideo con Gustavo, cuyo mensaje también me ha emocionado muchísimo. Al igual que comenta Carolina, soy uruguaya y recuerdo muy vívidos los relatos de mi abuelo “Paco” (italiano) y mi abuela “Minga” (española), en los tiempos en que -por ejemplo- el Mercado del Puerto en la Ciudad Vieja eran “pajarerías”, y cómo con muy poco dinero -mi abuelo- fundó el kiosco central del Mercado ubicado bajo el gran reloj, “Kiosco Paquito”. Recuerdo de mi infancia con inmenso cariño acompañarle los sábados por la mañana y darnos unos hermosos paseos por la Ciudad Vieja en los que mientras me contaba sus maravillosas historias yo muy atenta jamás me desprendía de su mano…
Muy entrañable el acercamiento a Jacobo Camarero que nos facilita JeCabrero, a quien agradezco y felicito por compartir la historia y su esfuerzo en difundir la esencia de este “héroe” que como bien dice, no quisiéramos que con el tiempo se diluya su presencia y pase a ser el nombre de nuestra próxima parada. Me apunto a difundir en mi pequeño ámbito esta historia, ya que desde el Laboratorio de Urbanismo de la UGR se están realizando trabajos de investigación acerca del Metropolitano de Granada.
Me reconforta el habernos encontrado hoy en la visita al Albaycín y aún más el encantador paseo que he recorrido por esta virtuosa “Ciudad Comprometida”.
Cariños a ambos,
Fiore.
Sí que es una bonita historia:
Algunas veces suceden estas cosas… y sin más, uno se encuentra justo donde ha de estar. Algunas veces, como cantaba aquella canción, “todo el viento del mundo sopla en tu dirección”.
Para mí, “el viento”, hoy ha soplado hasta acercarme a esta historia… quizá cuando más lo necesitaba. En pleno estudio del Proyecto de las paradas en superficie del Metropolitano de Granada, la corriente me ha arrastrado hasta este blog…
Me alegro de este viento y de esta lectura, que ha puesto “alma” a mis próximos tiempos… el alma de quien, «once pesetas después», aunque sea un poquito, ha conseguido cambiar el mundo…
Gracias