“La Arquitectura Comprometida”
Con el articulo de hoy entramos de lleno en la serie que ya os anunciamos hace algunas semanas donde nuestro compañero de GRarquitectos, Gabriel Fernandez Adarve, nos va a ir contando algunas experiencias de sus 10 años como Director de la Oficina Técnica de Rehabilitación del Albaicin, Patrimonio de la Humanidad. En los próximos meses tendremos la fortuna de descubrir algunas de las rehabilitaciones e intervenciones en el patrimonio que, quizás no ocupen las portadas de las grandes revistas de arquitectura, pero que son de gran valor arquitectónico, cultural y social.
Historia de ida y vuelta: del 78 al 87 de la calle Elvira
La intervención pública en los centros históricos puede y debe servir de acicate y ejemplo para los promotores privados que ejercen su actividad inmobiliaria en estos ámbitos. En estas tramas urbanas, la rehabilitación debe prevalecer frente a la demolición y obra nueva, y más en casos como el del singular barrio del Albaicín, perteneciente a lista de Patrimonio Mundial en el que por desgracia aún se mantienen en muy mal estado de conservación, o incluso en ruina, inmuebles de gran valor patrimonial. En cualquier caso, la intervención pública debe centrar su atención en los colectivos más desfavorecidos para garantizarles el derecho a una vivienda digna y evitar procesos de expulsión de la población residente.
En este sentido, una de las estrategias más destacables de las llevadas a cabo por la Oficina de Rehabilitación del Albaicín, en sus primeros años de intervención en el barrio, fue la adquisición de varios edificios en mal estado para obtener, mediante su rehabilitación, un número suficiente de viviendas cuyo destino sería el realojo temporal de familias provenientes de otras actuaciones de rehabilitación gestionadas por la Oficina. El edificio de C/. Elvira 78 fue uno de los primeros, adquirido por EPSA en 2002, momento en el que se inició el largo proceso de tramitación de su proyecto de rehabilitación integral y de una compleja obra, terminada en 2010.
El edificio se encontraba en un lamentable estado de abandono presentando grandes zonas en ruinas pese a lo cual, y de forma previa a su adquisición, sufrió una intensa ocupación ilegal, habiéndose convertido en uno de los bastiones del movimiento okupa granadino. Entonces ya fue objeto de robos y expolio. Desde su adquisición sufrió otros robos que también fueron denunciados y cuyo efecto y reparación fueron previstos en el proyecto que obtuvo Licencia. En el estado previo era difícil distinguir las viviendas que llegó a albergar. El patio era irreconocible estando ocupada más de la mitad de su superficie con añadidos que distorsionaban su entendimiento. Con el estudio previo realizado se reveló la tipología de una casa señorial con patio peristilado con ocho columnas, posiblemente trazado en la segunda mitad del siglo XVI. Las crujías adyacentes a las galerías se recuperaron, incluso comprando a posteriori, una de ellas que, en planta segunda, se encontraba engalabernada con el edificio colindante.
La obra consistió en una rehabilitación integral manteniendo los elementos de valor patrimonial, estructurales, constructivos y tipológicos que lo cualifican y que son los que justifican su catalogación por el PEPRI-Albaicín con un nivel alto (nivel 2, grado 1) que solo permite obras de rehabilitación-restauración. La intervención conjuga la recuperación de su tipología y elementos patrimoniales con la utilización de un lenguaje arquitectónico contemporáneo en el patio en el que se emplean materiales como el vidrio y los revestimientos lisos de estuco blanco.
Se mantuvo el acceso principal desde calle Elvira a través de un pequeño adarve y así mismo el acceso secundario por calle Beteta, que dado el desnivel entre ambas calles, se produce por la planta segunda. Se demolieron los añadidos que distorsionaban la tipología: los añadidos en galerías y sobre todo los del patio, recuperándose el gran zaguán de entrada y dándole un nuevo acceso a la escalera a través del patio. Se demolieron todas las particiones y tabiquerías existentes que habían llegado a crear, por subdivisiones sucesivas, infraviviendas de distribución irreconocible. Se acometió el refuerzo estructural y rehabilitación de forjados de madera en los casos en los que su estado de conservación lo permitía, en los casos irrecuperables se restituyen por otros similares. Se tuvo especial cuidado en el tratamiento de los alfarjes mudéjares con policromías que se conservan en las galerías de todas sus plantas. Una vez acometida su estabilización estructural, que permitió ponerlos de nuevo en carga, se dejó para una segunda fase la restauración de sus ricas policromías, de la que se llegó a hacer una muestra en planta baja. Se le dotó de nuevas instalaciones tanto de electricidad, saneamiento, abastecimiento de agua, como de telecomunicaciones. Con la actuación se ha conseguido que las cinco viviendas resultantes (tres de dos dormitorios y dos de uno) tengan habitaciones con superficies mayores a las preexistentes, todas ventiladas a un espacio exterior y por tanto con buenas condiciones de habitabilidad.
Junto a la notable recuperación patrimonial de este pequeño y singular edificio del s. XVI, que en otras manos hubiera sido presa fácil de demolición con una posible declaración de ruina, cabe destacar especialmente el uso al que finalmente se le ha destinado: viviendas para realojo temporal de familias del barrio a las que se les esté rehabilitando sus viviendas. Y, felizmente, los primeros albaicineros realojados en este inmueble fueron los inquilinos de la cercana “Casa Cuna”, número 85-87- 89 de la calle Elvira, cuya obra de rehabilitación se ha iniciado, por fin, en este mes de Diciembre de 2011.
Sirva este artículo de reconocimiento a estos inquilinos de la Casa Cuna, que durante el verano de 2007 se manifestaron en la calle, en la prensa, en la radio y en las televisiones locales y hasta nacionales, con todos los medios que tenían a su alcance, para denunciar la grave situación a la que se veían abocados tras la declaración de ruina económica del inmueble. Todo a partir de unos informes técnicos discutibles y un largo proceso administrativo que les obligaba a abandonar sus viviendas o sus locales de negocio sin derecho alguno a indemnización. A ellos les movió el ánimo de no perder toda una vida en la calle Elvira en la que siempre había sido la Casa de la Cuna, su casa. Con su protesta consiguieron que se les unieran muchos más vecinos del barrio y que su voz se oyera mucho más allá de la calle Elvira.
Por supuesto, también el reconocimiento a la propiedad del inmueble de la Casa Cuna que pese a todas las dificultades no perdió la confianza que pusieron en 2007 en la gestión de la Oficina de Rehabilitación.
Felicidades a todos.
Los principales datos de la actuación de C/ Elvira 78 están expuestos en el patio para todo aquel que quiera entrar a disfrutar del inmueble recuperado y de este modo pueda conocer lo que ha sucedido allí y como se invierte el dinero público en la recuperación del Albaicín. Son estos:
Nº de viviendas: 5
Superficie Construida: 430 m ²
Tipo de promoción: Viviendas Protegidas en Alquiler. Promoción pública de EPSA.
Gestión: Oficina de Rehabilitación del Albaicín-EPSA
Destino de viviendas: Alquiler protegido a 25 años: Realojo temporal de otras actuaciones.
Inicio de la actuación: 13/09/2002
Inicio de la obra: 14/02/2007
Entrega de viviendas: 01/06/2010
Arquitecto: Jorge Gabriel Molinero Sánchez
Arquitecto Técnico: Manuel Sánchez Martínez
Contratista: SILALCON
Adquisición del inmueble: 182.253 €
Costes de la obra de rehabilitación: 471.150 €
Otros costes: 105.764 €
Inversión total: 759.167 €
Gabriel Fernández Adarve. Arquitecto experto en rehabilitación en Centros Históricos de GRarquitectos
En respuesta a mi comentario en «Abandonalia», me alegro en mucho por el contenido de este articulo, porque me rectifico y os felicito por la labor de vuestra profesion. Granada debe sentirse orgullosa de ello y de ellos.
Tuve la suerte que esta experiencia que explica Gabriel en el artículo, nos la expuso a sus compañeros de Gr-arquitectos en un foro a pie de calle.
Y la conclusión que saqué aquella tarde es que Gabriel me convenció de que la rehabilitación es el futuro de los barrios históricos, pero una rehabilitación para que la gente del barrio se quede en su barrio y llegue nueva gente a ellos. Que no sean zonas que son visitadas por los turistas y por las noches estén muertas, sino que sean zonas con vida.
De aquella tarde, que fue el germen de esta y otras semillas que seguro disfrutaremos, recuerdo intervenciones comentadas por Gabriel como aquella vivienda sin apenas valor patrimonial, pero que sin embargo su rehabilitación había permitido la vuelta al barrio de los nietos de los propietarios originarios de la edificación, familias albaicineras de toda la vida. Estas y otros actuaciones con marcado carácter social van tejiendo una red a priori invisible en la trama urbana física que va mas allá de casas y calles rehabilitadas.
Gabriel…vamos tomando conciencia de la importancia de la iniciativa pública que, en materia de protección del patrimonio, no es incompatible con las demandas privadas, me encanta la foto de la señora con el megáfono y que esa convicción se trasformara en belleza y utilidad con apoyo público; esperamos que sigas embelesándonos con estas estupendas historias que a veces tienen hasta un final feliz
Releyendo el artículo me queda el regusto dulzón que te dejan las cosas bien hechas, hermosas en todos los sentidos… Y debemos felicitar por ello a Epsa por su buena filosofía de recuperación de los centros históricos, a Gabriel y su equipo de trabajo y a todos los agentes participantes… Motivos suficientes para sentirnos orgullosos y suficientes razones para que el próximo gobierno andaluz continúe con estas iniciativas.
Ya sabes, Gabriel, estamos a la espera de tu siguiente crónica!
En la visita que hicimos por el Albaicín con Gabriel tuvimos el gusto de conocer a la señora que indica Raquel, y la verdad que fue todo un ejemplo, escucharla hablar de cómo con su megáfono y su espíritu de lucha había conseguido que la escucharan y que no la hiciesen abandonar su barrio, su vivienda, y toda una vida de recuerdos forjados en el que había sido y sigue siendo su barrio. Muchas gracias Gabriel por acercarnos a esta realidad a veces desconocida y esperamos con impaciencia la próxima visita que nos prometiste.
Hay nací yo en la casa de la cuna me pario mi madre Adela
Ahora estoy en Managua Nicaragua
Un gran país que quiere destruir el capitalismo
Me recuerda la gran lucha que mantuvieron los vecinos de la casa de la cuna donde nací
En Granada España
Y lo consiguieron
También en Nicaragua los humildes con la ayuda de Daniel
LO VAMOS. A CoNSEGUIR
Soy Santos
Muy orgulloso de ser de Granada también de la calle Elvira donde nací
Y por supuesto de NICARAGA