EL ALMA DESGRANADA, UN VIAJE A LA MEMORIA DE GRANADA

“Noticias y Actualidad”

En el Centro Cultural Caja Granada podemos encontrar una interesante exposición fotográfica sobre el legado arquitectónico del Reino de Granada a través de multitud de instantáneas. Se titula exposición ‘El alma desgranada, un viaje a la memoria de Granada”. Estará abierta hasta el próximo 19 de febrero y os invitamos a visitarla.

EL LEGADO ARQUITECTÓNICO DEL ANTIGUO REINO DE GRANADA EN 70 FOTOGRAFÍAS
Mirar por la cerradura de la puerta de aquellos espacios en los que se desarrolló la vida cotidiana de los que vivieron durante el antiguo Reino de Granada, en lugares como la Alhambra de Granada, la alcazaba de Antequera (Málaga), el Castillo de Guzmán el Bueno en Tarifa (Cádiz), la Cueva de los Murciélagos de Zuheros (Córdoba), la Casa del Rey Chico en Fondón (Almería), o el Torreón de Boabdil en Porcuna (Jaén), es el objetivo de la exposición ‘El alma desgranada, un viaje a la memoria de Granada’.
Con más de 70 fotografías, algunas de gran formato, la muestra, organizada por el Consorcio del Milenio del Reino de Granada, permanecerá abierta hasta el 19 de febrero de 2012 en el Centro Cultural de Caja Granada en Puerta Real, en la capital granadina. Parte de la premisa de que a la inmensa mayoría de los ciudadanos les resulta difícil imaginar la vida que se desarrolló en los distintos espacios que se exhiben y de que, por norma general, desconocen algunos enclaves que son de alto interés histórico-artístico.

FUENTE: granadatur.com
FUENTE: granadatur.com

El objetivo de la exposición, comisariada por la Fundación El legado andalusí, es ayudar a asomarse y «mirar por la cerradura de la puerta» de esos siglos de la historia del Reino de Granada. Así, anima al espectador a descubrir los interiores, en la medida en que la propia cultura del Reino de Granada que busca reflejar ha sido tradicionalmente la de una sociedad en la que ha predominado más el ámbito de lo privado que el de lo público.
Este trabajo fotográfico pretende recuperar y recrear el esplendor del Reino de Granada, tomando su herencia arquitectónica y las creaciones artesanales, artísticas y científicas como elementos inspiradores para la producción de imágenes que, con la colaboración de numerosos figurantes de los distintos municipios de las provincias de Granada, Almería, Málaga, Jaén, Córdoba o Cádiz, consigan mostrar ese legado con otra mirada.
Además, también se parte de los testimonios, relatos y descripciones de escritores y viajeros, desde al-Idrisi a los románticos europeos, como Humboldt, Richard Ford, Christian Anderson o Washington Irving, o de las leyendas y romances populares para construir un guión que introduce desde escenas cotidianas, con gente conversando, estudiando, rezando, comprando o bañándose, hasta escenas de la corte, en espacios como la Alhambra, Archidona, Castellar de la Frontera, Alhama de Granada, Ronda, Alcalá la Real, Priego o Villarlompardo.
La idea es romper el «efecto paralizante» de la contemplación de un espacio histórico, sugiriendo imágenes de la vida de quienes habitaron en esos lugares, sin restarle protagonismo a la arquitectura, decoración, mobiliario o ambiente de que se trate, haciendo creíble y ayudar al visitante de la exposición a mirar de otra forma la herencia del Reino de Granada, de una forma más cercana, atractiva y accesible.

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3 Comentarios

  1. Mirar por la cerradura de la puerta de aquellos espacios en los que se desarrolló la vida….
    Así comienza vuestro artículo. Y cada vez que voy a Granada se despierta en mí, la imaginación y la leyenda que después inserto en mi libro o novela inédita. Aquí os mando (porque me obligáis a ello) una de esas visiones de cerradura:
    El Pequeño”, fue él más ceremonioso de los emires beréberes, gustándole festejar grandes acontecimientos de luchas y juegos cortesanos. En tanto, se deleitaba entre manjares y candorosas cautivas negras, que perfumaban su entorno con aromas é incensarios.
    El sueño o la visión, era por real, que parecía verme entre el gran agasajo.
    Me sitúo en el palacio de invierno y en las estancias cercanas al harem del Sultán. Es la zona mas amplia del serrallo real, en razón a que cada una de las cadinas ó mujeres del Sultán, han de tener habitaciones y jardín propio é independiente de las del resto del harem. Cada una, tiene a su cargo un número de esclavas y el eunuco, ó guardián de lecho, que como su nombre significa, han servido desde tiempo inmemorial para custodiar las mujeres en los serrallos. Tan antiguos son, que ya en el libro de Job, se habla de ellos y se cree que la reina Semiramis, fue la primera en utilizar a estos servidores fieles, como guardia segura é inofensiva, de palacio.
    Todo el festín comienza con la entrada del rey, se anuncia con su nombre a cada uno de los caballeros invitados y para ellos los rapsodas recitan composiciones que exaltan su personalidad, cánticos religiosos dedicados al Profeta, a cuyo final poético, lanzan el lema de los almohades “No hay mas vencedor que Dios”, así como alabanzas al sultán en boca de ascetas. Todo ello, con gran pompa.
    Inesperadamente se festeja la salida de las Susanas del harem por camino alfombrado y bordeado de esclavas y eunucos. Sus cuerpos no son estandarte del recato, pues bien lucen sus contornos bajo sedas trasparentes y el tintineo de joyas y colgantes que dan sonido a tanta voluptuosa hermosura observada por ojos de hombre ansioso en el juego del deseo regalado por danzas circasianas y conversaciones entre fino oído y medida pasión. El tintineo de sus joyas y las cantarinas risas de sus danzantes pechos, llenaban las estancias como si los mocabares fuesen sendas imaginarias en sus juegos de amor. Todo el tesoro nasrita se había desparramado en perlas de gran tamaño, rubíes que languidecían su esplendor, entre zomordas y turquesas de gran valor. El rumor de los surtidores de agua cristalina, conjugaba con el verde intenso de los arrayanes, el rojizo de las altas torres almenadas y los ramilletes de infinitos colores de su floresta ajardinada. Era el esplendor de la corona, de los sueños y las sensaciones.
    Los militares, lucían sus armas cortantes y toda clase de adargas y equipos defensivos. Las mujeres, enjoyadas en collares de perlas, sartales de aljófares en sus sedosos cabellos y pendientes de María, (en su intento de igualarse a la Copta de Mahoma); eran acompañadas por galanes con espadas, únicas por su rareza, bien templadas y exornadas en oro. Vestidos con poderosas lórigas de malla, que preservaban del enemigo en jornadas de combate (al Corán se le debe la invención de la cota de malla), corazas holgadas en el llevar, repujadas en oro de fabrica indiana, cascos de orla dorada con incrustación de perlas y rubíes, cinturones anchos plateados y adargas dulces al tacto. Un grupo de músicos adornaba el ambiente, con sus notas alegres. Los reunidos formaban pequeños grupos en acaloradas discusiones entrecortadas por alguna sonrisa ó carcajada. Personajes de melodía perdida y un infinito colorido de vestimentas, armas é incensarios de suave perfume, daban a la estancia el marco de escena sublime, en la que ninguno de los sentidos podía sentirse huérfano.
    Es la luna en el cielo granadino, una sombra de arcos en curva, que afrentan a las pestañas femeninas, haciendo sombra a los grandes ojos oscuros, como abismo encantado. Ataifores de Damasco, cuentas de cristal, zafas de la China, copas grandes de Irak, vasos de Tabaxir y otros innumerables objetos esparcidos en alfombras de cuero, a forma de suelo tapizado con bordados en seda de colores.
    En bella sala con fuente central, habían mujeres y concubinas bañándose desnudas, luciendo sus graciosos y hermosos cuerpos danzantes.

  2. …retiro mi ojo de la cerradura…miro en rededor de mi cuna…y me entristece y amarga nuestra realidad… !Estrello mi ojo en la cerradura!

  3. Esplendoroso, amigo Paco Pipó. Nos transportas de manera genial a ese mundo que pasó y del que tantos vestigios hoy adornan la Palacios de La Alhambra. Maravillosos complemento a la exposición que con tanto gusto anunciamos…

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