“La Sociedad Comprometida”
Le hemos pedido a Maria Teresa García que nos haga llegar una reflexión sobre sus impresiones al recibir el centro donde trabaja (el Colegio Público Rural Agrupado “Monte Chullo”) uno de los premios al Mérito en la Educación 2011. Felicitamos desde aquí al colegio, profesores, padres y alumnos, así como a la administración educativa, por este merecido reconocimiento a un comprometido ejemplo, de los muchos colegios rurales que hay por nuestra geografía, y a la labor que desempeñan en los núcleos de población dispersos. El centro se encuentra en Huéneja, con aulas aulas en Dólar, Ferreira y La Huertezuela.
Reproducimos a continuación la reflexión:
En pocas horas nos vemos en el Parque de las Ciencias de Granada. Nos dan uno de los premios al Mérito en la Educación 2011.
A mi me da cierto pudor escribir sobre este reconocimiento, y no es porque me avergüence el recibirlo sino porque no estoy acostumbrada a plasmar por escrito mis sentimientos. Cada día de camino a mi centro de trabajo (invierto alrededor de veinte minutos en la ida y poco más o menos en la vuelta) me cuestiono y me respondo mentalmente con gran soltura y mucho ingenio a todo tipo de cuestiones. Pero claro una cosa es hacerlo en un escenario en la que la suma de los oyentes es igual a la de los oradores, y en la que siempre el resultado de esa suma es 1. Y otra hacerlo en público.
El Colegio Público Rural Monte Chullo (centro en el que trabajo), recibe una Placa al Mérito en la Educación 2011, distinción con la que la Consejería de Educación reconoce la labor de aquellos centros que destacan por distintos motivos y nosotros (nuestro centro) destacamos en todas las dimensiones correspondientes a las competencias lingüística y matemática; y logramos un nivel satisfactorio de competencia en conocimiento e interacción con el medio físico y natural. Además, durante el curso 2010/2011 la totalidad de nuestro alumnado ha alcanzado los objetivos de la etapa.
Lo cierto es que este premio supone el reconocimiento al esfuerzo de todo un grupo, el formado por los padres y madres de los alumnos, que continúan en casa la labor que nosotros iniciamos en clase; el formado por el grupo de alumnos que son los receptivos y además activos de este proceso de enseñanza-aprendizaje y el grupo formado por los profesores que cada día trabaja para obtener el máximo rendimiento. Seguro que como en otros muchos centros de Andalucía.
Pero nos lo han dado a nosotros y yo, reconozco sentirme muy satisfecha con este reconocimiento y doy las gracias a todos los que han puesto la vista en nuestro centro y en nuestros resultados porque no han hecho sino confirmar la buena marcha que nuestro centro.
Así que únicamente me resta dar las gracias.
Maria Teresa García
Mi más sincera enhorabuena para este tipo de profesionales, cuya labor aunque crean que pasa desapercibida para los que desgraciadamente no vivimos en entornos rurales no es cierto. Nos interesa y muy mucho la encomiable función social y medio ambiental que desarrollan, pues en cierta forma ellos son los formadores de los futuros guardas de nuestro Medio Ambiente rural, ayudan encomiablemente a fijar y equilibrar la población en unos ambientes donde son esenciales y son garantes de una tradición milenaria sin cuya aportación ya habría desaparecido. Palante y gracias, muchas gracias por seguir ahi, luchando contra los aires gélidos de la despoblación.
La educación es uno de los tesoros que debemos conservar en estos tiempos difíciles. La implicación de los docentes para con sus alumnos debe contar con los padres y madres para continuar su labor. Es la unión de todos ellos lo que contribuye a la formación, no sólo académica, de niños y niñas que tienen mucho camino por delante. Los colegios nos son «aparcaniños» y una labor tan importante tiene una repercusión colectiva. Los centros educativos en entornos rurales permiten la conexión de las nuevas generaciones tanto con sus tradiciones más antiguas como integrarlos en una sociedad actual, de forma que ni pierdan sus raíces ni se aíslen del resto del mundo. Por eso, se necesita más que nunca el apoyo de las administraciones competentes, potenciando este tipo de escuelas públicas por encima de centros educativos privados. En este tipo de centros, la productividad no se mide en euros
Enhorabuena al centro por el reconocimiento, y mis deseos y ánimos para que continúen con esa trayectoria tan brillante, ya que forman parte de la formación de los hombres y mujeres del futuro.
Los que me conocéis bien sabréis que me encuentro muy vinculado afectivamente con los pueblitos de la comarca granadina del Marquesado del Zenete y, entre ellos, sobre todo con Ferreira, donde atesoro un encantador molino harinero y donde sus gentes buenas me brindan sus mejores atenciones y su amistad. Por eso entenderéis la enorme satisfacción que me ha producido que estas gentes sencillas son ejemplares en la educación que dan a sus chavales, y que además cuentan con los mejores maestros para llevarlo a cabo…
Resulta además que en mi familia he tenido y tengo muchos maestros de vocación (mis abuelos maternos, tíos, tías y hermanos), y resulta también que mis queridos suegros, ambos maestros también, dieron sus primeros pasos en esta noble profesión en Ferreira…
Así pues, felicidades por la lección de ciudadanía y compromiso que padres, alumnos, y sobre todo maestros, nos desde el mundo rural, que…¡Vaya si tiene cosas que decirnos a todos!
Conozco de cerca por un amigo íntimo el trabajo que realizan en este tipo de colegios, con pocos recursos, pésimas instalaciones, pero sin embargo tanto padres como alumnos valoran mucho mas el esfuerzo y la enseñanza que reciben. Además, sus resultados son a menudo mejores cuando se «miden» con otros centros urbanos (por ejemplo, en selectividad), que poseen más medios y facilidades.