«La Ciudad Comprometida»
Aquello que cantaban los Ketama es lo que parecía decirme mi madre hace unos meses, todavía con cierto asombro por su parte, cuando me reconocía que cada vez veía a más personas de todas las edades circulando en bici por Granada. Y seguro que no estamos tan locos los que todos los días usamos en Granada este divertido, limpio, económico, saludable y eficaz medio de transporte.
Seguramente el adjetivo “divertido” sea el más sorprendente para los que no son usuarios de la bici, pero es mi preferido. Que la curiosidad produzca su beneficioso efecto y cada cual descubra por sí mismo lo divertido del asunto, y aunque solo sea por eso, por curiosidad, tome una bicicleta y empiece a ir de un sitio a otro de la ciudad, no digo sin rumbo fijo como lo hacía Nanni Moretti en Vespa circulando por Roma en su deliciosa película “Caro Diario”, pero sí con ese desenfado con el que él lo hacía, descubriendo otra ciudad a una velocidad más lenta. De este modo, por simple curiosidad, descubrirá que ir en bici llevando al cole a los niños, ir en bici a casa de un amigo, ir en bici al trabajo o a la facultad, permite descubrir la ciudad de otro modo insospechado (de forma más lenta que Moretti, seguro), pero se sorprenderá al descubrir que lo hace más rápido que en coche o que en autobús, que aparcará antes y que llegará con mejor humor.
Que es un medio de transporte amable, o sea, que crea cierto efecto positivo en los que nos observan, a mí me resulta evidente. Esa sensación de amabilidad que produce la sigo descubriendo en la sonrisa que despierta en los labios de muchos viandantes que nos miran a los ciclistas urbanos con un punto de admiración, sorpresa y hasta con un poco de envidia sana. Ver a alguien como yo, con muchas canas, pedaleando por el bulevar de la Avenida de la Constitución o por Bib-Rambla ya no es tan raro, puede que ya empecemos a ser muchos los que lo hacemos, y que por tanto, lleve razón mi madre en su apreciación. Pero todavía pueden ser muchos más los que se sumen, dejen aparcados en casa, junto al coche, algunos prejuicios y se suban a la bici, desinhibidos y felices, con su uniforme, con su falda o con su traje y su corbata.
Como estamos celebrando la semana de la Movilidad aprovecho para compartir esta reflexión personal, poco técnica, muy subjetiva, y no dirigida a ninguna administración sino a cualquiera que se sienta interpelado y que quiera sumarse a este creciente número de los no tan locos que nos gusta cambiar las cosas cotidianas con pequeños gestos. Mis deseos para que una ciudad como Granada, de tamaño medio, con una amplia población universitaria y con una superficie más o menos llana (exceptuando las colinas de la Alhambra y el Albaicín, aunque allí también subimos…faltaría más), pero con un área metropolitana, ésta sí, muy llana en la que ya vivimos medio millón de habitantes pueda llegar a alcanzar el mismo éxito que Barcelona o Sevilla en el uso cotidiano de la bici:
1) Más y mejores kilómetros: Hay que seguir insistiendo para que construyamos más kilómetros de carril bici no solo en la ciudad sino extendiéndolos en una red metropolitana que (¡ojo! muy importante) no quede interrumpida al llegar a los pueblos o ciudades de la periferia sino que continúe a través de ellos. Cualquier red de carril bici, sea municipal o metropolitana, interrumpida acaba siendo inservible y será una inversión inútil. Voy en bici, con cierta frecuencia, a Santa Fe desde Granada y a pesar de algunas interrupciones, que las hay, tengo comprobado que tardo menos así que usando el transporte público. Pero queda aún pendiente darle continuidad a los tramos que existen ahora, darle seguridad a las travesías urbanas continuando el carril bici dentro de Purchil, de Belicena y de Santa Fe, y creando recorridos que eviten cruces con carreteras.
2) Compartir, pero sin arriesgar: Una vía de tráfico denso no puede ser compatible con el tráfico ciclista porque siempre estaremos en desventaja y seremos expulsados de ella. No hay más que ver la Gran Vía granadina tan bonita y tan insufrible por el ruido y por el humo del tráfico de autobuses más denso de la ciudad. Yo ya he sido expulsado y ahora me acogen otras calles menos “bonitas” pero más seguras y menos ruidosas. Estamos deseando que se inaugure el Camino de Ronda, y que se una por fin el norte y el sur de la ciudad con un carril bici, aunque quepa alguna mejora en su trazado. Éste tendrá carácter sobre todo urbano pero acabará sirviendo de vía metropolitana si se engarza bien con Maracena y Armilla, asunto nada complejo.
3) Bicis y ciudad histórica: El centro de la ciudad debe ser cada vez más de la bici y menos del coche. En la ciudad histórica hay que señalizar las calles aptas para que la bici las comparta bien con el peatón, adaptándose a su paso, bien con el coche siendo éste el que se adapte a la bici. En ambos casos acompasando la velocidad de la marcha. Se puede y se debe compartir el espacio público de ciertas calles siempre que prime la educación y el respeto por el tráfico más débil. Circular por las aceras que no sean suficientemente anchas no hace más que crearnos furibundos opositores, y con toda la razón.
4) Aparcar-Ahorrar: Hay que dotar de aparcamientos de bicicleta a todos los barrios de la ciudad, no se olvide que en el lugar que ocupa un coche caben cinco o seis bicis, en el lugar de una moto casi dos bicis. Se trata de ahorrar espacio. Y hay que aparcar donde se haya habilitado un espacio para ello. Aparcar la bici en cualquier árbol o señal de tráfico tampoco dice nada bueno de los ciclistas. Pidamos más aparcamientos en nuestras facultades, en el cole de nuestros hijos, en nuestras empresas, en los parques, en las plazas, en las calles. Y hagamos uso de ellos cuando existan.
5) Negocio sano: Hay que incentivar a empresas de alquiler de bicicletas para que se instalen en la ciudad y generen esa sana adición que han generado ya Sebici o Bicing en Sevilla y Barcelona. Ya hay quien, en Granada, está haciendo negocio, sanísimo negocio, con las bicis de alquiler para turistas, cada día abren más tiendas de bicis, más talleres en los que hay colas y lista de espera, y nuevos empresarios que resucitan ideas familiares, como ya hemos visto con Rabasa que vuelve a montar bicis, ahora urbanas. Bienvenidos empresarios audaces.
Está muy bien el “día de la bicicleta” (allí estaremos como otros año), es muy divertido para niños y mayores, pero está mejor y puedo garantizar que es igual de divertido hacer que todos los días del año sean “días de bicicleta”.
Y por supuesto todo lo ya sabido y hasta muy manido: es ecológica, económica, eficaz, saludable,…muy sostenible. Pero insisto, es muy divertida y muy recomendable también por el buen humor que genera…ya se sabe: las endorfinas.
Gabriel Fernández Adarve, Arquitecto de GRarquitectos
Por supuesto que no estamos locos…y sabemos lo que queremos¡¡ Queremos una ciudad no agresiva, donde podamos movernos sin jugarnos la vida, donde haya alternativas, donde haya respeto…( y fijaros que no he nombrado la bicicleta,en la cual me desplazo,pues esto vale para todos, peatones, clclistas, motoristas, conductores…)
Te felicito Gabriel, por lo bien que nos has expuesto esta cuestión tan recurrente en nuestro blog y tan relevante para apreciar la calidad de vida en una ciudad… Una cuestión por la que Granada debe apostar con mas convencimiento que hasta ahora!
Aunque no soy usuaria de la bici, compruebo todos los días las dificultades que tienen los amantes de las bicis para desplazarse por la ciudad, y por supuesto que hay que mejorar los carriles bicis e intentar la convivencia entre todos los medios de transportes.
Quizás yo era de esas personas que pensaba lo de ¿divertido ir en bici??, pero la verdad es que cuando escuchas a Gabriel hablar de los momentos tan buenos que pasa en la bici o de los parajes que descubre te dan ganas de apuntarte. Así que apostemos por las energías limpias, más bici y caminatas y menos coche.
Creo que el encanto de lo que cuentas Gabriel es, precisamente, la subjetividad. Muchos lo pensamos pero no sabemos expresarlo tan bien como tú lo has hecho.
Hay que avanzar en este sentido por el bien de tod@s. Nuestro medioambiente nos lo agradecerá y las generaciones futuras aún más.
Suscribo el mensaje, disfruto de tu forma de contarlo y me provoca una impertinente pregunta ¿porqué dejé de ir en bici de forma habitual? El amodorramiento que va aletargando mi cuerpo y mi mente el paso del tiempo necesita esas dosis de positividad que regala Gabriel de forma tan natural que parece genético… Mencanta este artículo!!!
Acá, en Granada, tenemos infinitos circuitos para ir y venir. A todas horas parece que los hogares quedan vacios y cada quien va con cada cual a visitar escaparates, a tomar tapeo, charlas de jubilados y unos pocos…a trabajar.
Pero ¿tiene nuestra ciudad avenidas espaciosas para crear circuitos-bici? ¿Imaginas Mesones-S.Antón-Puentezuelas, Zacatín, Albaicín o Realejo y otros, con un carril de bici? Si las cuestas son de cardio ¿Y las bajadas, no serán de tropiezo? En Bcn o Sevilla, todo es llano y el cardio aguanta. ¿Qué seria si utilizamos las aceras? Seguiría el problema de cardio ¿NO? Mejor siempre será el chino-chano de patear la ciudad. Sigue siendo sano. GRACIAS
Hola Paco, gracias por el comentario:
Se trata de hacer compatible dos tipos de desplazamiento, no de crear carriles-bici en el centro histórico. Hay calles en las que caben peatón y bici, compartiendo espacio. Otras calles en las que según que hora (comercial, docencia universitaria o de colegios,…) y otras en las que solo cabe el peatón. De eso se trata: señalizar las calles para conocer la compatibilidad, ajustando la velocidad (en este caso)disminuyendo la de la bici. Esto es posible, ya existe en otras ciudades.
La verdad es que yo soy de los de la envidia sana. Muchas veces lo pienso, pero, o hace mucho calor, o frio, o llegas sudado… mejor mañana. Pues eso, que al final nada. Y la bici esperando en la cochera (por cierto, una Rabasa, con la que aprendía a montar). El ejemplo de Sevilla es bueno. Una ciudad que no me llamaba la atención, apostó por la bici e hizo muchos km de carril bici (no de carril bici-bus granaino)y aparcamientos, aparte de servicios públicos de alquiler. Y por el centro, aprovechando la lñinea del metro-centro, las calles se hicieron con plataforma única y ves a familias enteras pasear junto a la catedral. Imaginemos por un momento la gran vía con plataforma única llena de bicis y paseantes y el paso esporádico de un metro en superficie… La pena es que alguna vez vi un plan de movilidad donde incorporaban itinerarios de transportes publicos, peatonales y de bicicletas, contemplando incluso espacios compartidos. Pero claro, por ahi estará olvidado.
Muchas gracias por el entusiasmo. Este artículo, que carece de normativas legales, planos elaborados,etc… es una gran lección de urbanismo.
Un saludo!