«La Ciudad Comprometida»
Como anunciamos el pasado viernes, volvemos a referirnos al Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Granada (PMUS) para hablar de una de las propuestas que mas está dando que hablar: la Linea de Alta Capacidad (LAC) y la prohibición de circulación de ciclistas por el eje Gran Via.
El PMUS de Granada dedica todo el capítulo 9, a la movilidad no motorizada PEATONAL Y CICLISTA, mezclando dos modos bien diferentes de moverse por la ciudad y sobre todo diferentes por su alcance, ya que la bici es capaz de resolver desplazamientos de carácter metropolitano, y por tanto con capacidad para comunicar municipios cercanos. De hecho ya existe una incipiente red en el área metropolitana de Granada con algunos kilómetros de carril bici que conectan Valderrubio, Fuente Vaqueros, Atarfe, Santa Fe, Vegas de Genil, Churriana de la Vega, Armilla y Granada. Así que, si claramente son sistemas distintos de transporte, deberían analizarse de forma independiente tanto su estado actual como sus potencialidades. Pero de esto ya hemos hablado.
Hay también en el PMUS un Capítulo 13 que contiene un subcapítulo, el 5, dedicado a las propuestas respecto al sistema ciclista, éste, ya sí, dedicado en exclusiva a la movilidad en bici. Y alguna de ellas polémica, y ya contestada en la calle este fin de semana pasado. La polémica a la que hacía referencia en mi comentario de la semana pasada y que versaba sobre la imposible convivencia del tráfico ciclista con el transporte público colectivo, según previsión del PMUS, en el eje Gran Vía – Reyes Católicos.
¿Pero de verdad es imposible la convivencia entre la LAC y la bici?
Mi opinión queda resumida en esta imagen tomada de Google
Esta es la propuesta que me hubiese gustado leer en el PMUS. Esta es la propuesta que me gustaría ver materializada en la Gran Vía de Granada…y se puede.
Es Sevilla: su Avenida de la Constitución remodelada en el siglo XXI.
Es exactamente el mismo tipo de calle que la Gran Vía granadina, pero (orgullo patrio) dejando constancia que la de Granada fue la primera de España, incluso anterior a la de Madrid. En ambos casos, en Sevilla y en Granada nos encontramos con:
1) Una amplia calle pensada y proyectada a final del s. XIX, abierta a principio del s. XX, y que atraviesa una trama medieval que, con los criterios higienistas y de control decimonónicos, destruyó caserío y calles de mayor o menor valor y que creó una fachada urbana en la que se lucieron los aciertos, o no, de la arquitectura regionalista. En cualquier caso las dos forman ya parte de la memoria de nuestras ciudades y tienen valores suficientes para su protección integral (espacio urbano y arquitectura).
2) Ambas fronteras con Patrimonio Mundial: En Sevilla, la Catedral y el Archivo de Indias. En Granada, el Albaicín cuyo Plan Especial se asoma a la Gran Vía con su primer edificio construido, la iglesia del Sagrado Corazón y más allá también con el Banco de España.
3) Ambas vías sin una continuidad en el resto de la trama medieval: de Puerta de Jerez al Ayuntamiento, en Sevilla. Del Triunfo a la Plaza de Isabel la Católica. Y ahí se acaban, casi traumáticamente, o no (¡¡uff!!…menos mal).
4) Durante muchos años la de Sevilla, como aún la de Granada, ha estado ocupada por un infernal, ruidoso y contaminante transporte público, formado por un interminable gusano (rojo en Granada y naranja en Sevilla) con todas o casi todas las líneas urbanas que tenían que pasar necesariamente (?) por la dichosa calle. De modo que una y otra resultaban insufribles para las personas y para los edificios que han padecido (en Sevilla) y siguen padeciendo, en Granada, todos los males que pueden aquejar a sus piedras. Yo decidí hace tiempo que mis pulmones y mis oídos no iban a seguir padeciendo esa tortura y siempre que puedo rehúyo la Gran Vía.
Y ahora descubrimos en el PMUS de Granada que no son compatibles los nuevos autobuses de la Línea de Alta Capacidad, silenciosos, no contaminantes y de bello diseño (bienvenido todo ello) con los peligrosos, lentísimos e impredecibles ciclistas.
Pues no. No es así: sea en Londres, sea en Álava, sea en Sevilla, los hechos demuestran que no es así, sino más bien al contrario, que una calle de gran capacidad como cualquiera de nuestras muy españolas “Grandes Vías” puede y debe acoger tráficos peatonales, ciclistas y de transporte colectivo conviviendo en una misma plataforma, al final la costumbre y el respeto entre ellos acaba imperando y las velocidades se acomodan.
Lo dicho para la Gran Vía es extensible a la calle Reyes Católicos. Los residentes ya nos hemos acostumbrado a no pasar con nuestro coche por ellas, y no pasa nada. Siempre se puede regular ciertos tránsitos a ciertas horas. Los taxis pueden transitar por calles alternativas (S. Matías, Sta. Paula, Elvira) y los no residentes….lo siento, pero no se puede…esto es lo que hay. A andar, a coger el bus de la LAC o en bici, que es muy sano. De este modo conseguiríamos un eje central en nuestra ciudad muy atractivo para turistas, para el comercio, y sobre todo para los residentes que mejorarían inmensamente su calidad de vida…y yo, volvería a pasear por la Gran Vía, ya Apacible.
Gabriel Fernanadez Adarve, arquitecto de GRarquitectos
Ya hace algún tiempo, cuando se hicieron las obras de los aparcamientos subterráneos de Av. Constitución y bypass de C/ Severo Ochoa y Av. Constitución, algunos locos del urbanismo sostuvimos que ambas deberían prever capacidad para albergar un transporte urbano fijo, ya fuese superficial (tranvía) o subterráneo (metro). Aquella falta de previsión obliga a que hoy habría que hacer una obra para la que no hay fondos. Con todo, mi apuesta es una cinta transportadora subterránea que vaya desde la Plaza Isabel la Católica, atraviese la Gran Vía y primer tramo de Av. Constitución subterráneamente, y llegue al Parque de Fuente Nueva, donde estaría la estación intermodal de trenes, travías y autobuses, los cuales saldrían por la misma vía, hacia el Estadio de la Juventud, uno bajo tierra, los otros en superficie. Esto supondría dejar al turista, y al ciudadano en general, a un paso del centro, sin competir con el tráfico rodado; además, la cinta transportadora subterránea podría tener un techo transparente que permitiera la visualización de los edificios de la Gran Vía, por lo que no se perdería panorámica. Pero esta idea cada vez tiene más problemas y se vuelve poco a poco más inviable, a medida que se disponen sucesivas obras e infraestructuras que limitan su despliegue.
Qué imagen más bonita, pero desgraciadamente que lejos la siento de Granada. Es una pena que nos cueste tanto dar el paso hacia imágenes urbanas como la de la foto. Mientras que leía el estupendo articulo de Gabriel, he fantaseado con un centro de Granada con algunas calles como la avenida de la Constitución de Sevilla, u otras muchos ejemplos que podemos encontrar en ciudades como Barcelona o Pamplona, donde se busca la conciliación entre peatón, ciclista y transporte público, en lugar de la confrontación y la estigmtización de ciertos modos de transporte.
Bueno, pues parece ser que el Ayto. Granadino se hace eco de esta querencia y está en proyecto el estudio de esta viabilidad. Y lo comenta así:
“Otro de los elementos prioritarios en el nuevo modelo lo constituyen los desplazamientos en bicicleta que deben asumir un papel destacado dentro del total de desplazamientos diarios. Para lograrlo, el Ayuntamiento propone una red primaria para largos recorridos con carril bici continuo-, una red en coexistencia con otros transportes públicos,….”
Es una tranquilidad para este blog, que tantos ríos de ideas ha publicado, que el tema será realizado. No se sabe cuando, pero…es cuestión de €. Lo cierto es que nada de comparar la ciudad de Sevilla con una planificación urbana sin referencia alguna de alturas y la de Granada donde todo son desniveles con otero, que tan solo tiene una vía trasversal de Gran Vía, Reyes Católicos, Embovedado, Salón. Ciertamente con longitud para esta solución, pero sin amplitud para el contenido de bus-taxi y bici…y en doble dirección. Para mi, el tema es divertido y he manifestado mi opinión, pero si el Ayto. lo observa…podrán disfrutarlo alguna generación granadina. Seria aclaratorio que me digáis si estoy en un error. Se corregirme. GRACIAS
Como ya estoy mayorcito, cuando yo me inicie en el estudio de los Sistemas de Transporte, se partía de la premisa de la coexistencia del transporte privado y el público, en ese contexto, los trasbordos eran un impedimento para captar viajeros y una deficiencia en la calidad del servicio. Dado que el centro no es accesible al vehículo privado eso no es problema y puede plantearse la obligación de doble trasbordo a todo aquel usuario que quiera cruzar el centro.
Ahora viene el siguiente problema, si mezclamos dos sistemas de transporte a diferentes velocidades, autobus y bicicleta, la velocidad del primero terminará acomodándose al segundo, pasamos de 15 km/h a la mitad, parece una tontería, pero para mantener la frecuencia hay que poner varios autobuses más por línea, lo cual puede no hacer rentable la operación. Solución no mezclar ambos sistemas de transporte y nos ahorramos la compra de unos cuantos autobuses más.
Después de esta explicación economicista también diré que en su trayectoria, gracias a su elevada maniobrabilidad, el flujo de transporte en bicicleta es más parecido al peatonal que al rodado y puede ser causa de conflicto entre ambos modos si los ciclistas no están acostumbrados a circular junto a tráfico rodado, y aceptar las normas de circulación. Por lo que puedo observar en el día a día, lo habitual es que esta última premisa no se cumple y estoy de acuerdo con Gabriel en que lo que sucedería es que las velocidades de circulación se acomodarían al ciclista.
Mi calle…apacible via…Pero…
Hoy sábado, en nuestro diario del IDEAL-GRANADA, nuestro director hace mención a un articulo publicado en uno de los varios blog, sobre la “meada mas larga”, es ameno y lo suficientemente explicito para recordar aquellas épocas de pandillas en la calle, con todas sus “fechorías”. Está bien.
Y yo como soy muy curioso, cuando me abren la puerta, doy rienda a mis recuerdos y me autorizo para también recordar aquellos días. Si nuestro director JC, así me lo permite.
Pues bien. Vivía en la calle Dr. Oloriz, vía transitada por corridas de toros y la pelota del Granada C.F. pero no todos los viandantes de esta “vía” eran sus vecinos y los de fiesta por celebrar. Por las noches, era el norte del romanticismo canicular de muchas parejas que enfebrecidas por el ardor amoroso, “no utilizaban el carril-bici” y daban rienda suelta a sus efluvios pasionales, bajo una olivera de las muchas que circundaban la ciudad por aquellos entornos. Y eso era un entorpecimiento para correrías nocturnas, en tanto nuestros padres tomaban una limonada fresca desde el balcón, donde nos vigilaban o así lo creían. Eran juegos infantiles de “policía-ladrones” o el “corta-hilos” o los “cromos en el circulo” o la “lima”…y muchos inocentemente mas. Decía que era un entorpecimiento, porque si les molestábamos en su coloquio interno, nos apedreaban por interrumpirles. Hasta que un día decidimos hacer un foso pequeño en la acera sin baldosas, llenarlo de nuestros detritus, taparlo con papel-seda y tierra y “activarlo” por las noches. Es de acertar a quien se le ocurra adivinar que cada noche era una pareja “fastidiada”….hasta que un día vinieron “los municipales” y yo termine mí huida más allá del “haza-grande”. Es lo que hay o…lo que hubo. GRACIAS