UNA SOCIÓLOGA URBANISTA, PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LAS CIENCIAS SOCIALES 2013

«La Sociedad Comprometida»

La socióloga Saskia Sassen (La Haya, 1949), es considerada una de las mayores especialistas en la estimación de la influencia de la globalización en el urbanismo, desde que en 1991 presentara su libro La ciudad global. Desde entonces hasta hoy más de una decena de libros jalonan su recorrido en pos de la búsqueda de la verdadera dimensión social, económica y política de las ciudades actuales.

Saskia Sassen. Fuente: abc.es
Saskia Sassen. Fuente: abc.es

En su última obra, Ciudad y frontera (2013), ya habla de la disolución de las fronteras culturales, de las fronteras estatales, y su transposición a las grandes ciudades. Y es que si en el siglo pasado la frontera del sistema venía marcada por el encuentro de dos sociedades, dos estilos de vida, para los que no existían reglas de encuentro; hoy ese espacio de frontera ha sido desplazado al centro de las grandes ciudades, donde varias culturas conviven con sus complejidades y dificultades.

En las grandes ciudades quienes tienen capacidad de decidir (poder) marcan la nueva diferencia, la nueva frontera (brecha tecnológica, desigual acceso a la información, desempleo, desarraigo, inmigración, etc.); pero existe una serie de espectadores, de no protagonistas, que constantemente interactúan en la vida cotidiana de la ciudad, y que en puntuales ocasiones han canalizado su inquietudes fuera de los cauces habituales, que siguen dominados por los poderosos, llegando incluso al fenómeno político. Es en ellos en los que crece el germen de lo que puede ser la nueva ciudad, o no.

Igualmente, Saskia encuentra en la arquitectura la variable capaz de construir tanto desastres como las innovaciones necesarias para el desarrollo de las nuevas ciudades, pues tiene capacidad para combinar una serie de conocimientos imprescindibles para ella. Así, la arquitectura es una “form of kwnoledge”, más que un simple dotación para la construcción.

Por tanto, ambos conceptos casan perfectamente con los propósitos de DCC (Desarrollo de Ciudades Comprometidas), pues implican el compromiso de ciudadanos y urbanistas por igual, de ahí que desde estas palabras vaya nuestra más sentida felicitación al jurado del mencionado premio, que ha sido capaz de encontrar en las ciudades un motivo del que hablar más allá de la crisis económica.

Juan Garrido Clavero, Geógrafo, Politólogo y Antropólogo de GRarquitectos

3 Comentarios

  1. Son muchas las décadas que habito en esta hermosa tierra de Catalunya, región española que ha recibido en este ultimo siglo riadas de gentes venidas no solamente del resto de España y últimamente de China, Magreb, Hispanoamérica y centro Europa. Mi respeto y admiración por Saskia Sassen, con la que me sentiría deslumbrado en un discurso de sus conocimientos, invitándola a pisar la tierra de mis pies, que por motivos políticos se esta desmembrando en opiniones encontradas y familiarmente controvertidas peligrosamente.
    Los sociólogos nos han enseñado a distinguir entre “etnia” y “raza”, que conviviendo en un mismo lugar urbano, se hacen notar por los atributos morales, culturales, intelectuales e incluso físicos. Hace no mucho tiempo, que un gabacho, un andaluz, un extremeño…eran vistos como seres de otro mundo; como acá en Barcelona, que no hace mucho existía un barrio con pancarta en la que decía “Aquí termina Cataluña y empieza Murcia”. Pero esto ya es inapreciable, porque la convivencia hace aunar compromisos e ideas, aunque estas últimas son más difíciles de converger.
    Conocida es la noticia europea de las divergencias culturales que derivan en delitos de terrorismo. Y es, que las identidades son sentimientos de auto estimación y un sostén peligroso para la solidaridad y confianza vivencial y social. Otra apreciación mía: La globalización en el urbanismo, produce que la arquitectura creativa, sufra el afirmamiento que de rostro a las culturas confluyentes, en el peligro que absorban la autóctona del lugar. Puedo equivocarme en todo esto, por lo que me agradaría saber vuestra opinión. GRACIAS

  2. No necesariamente la identidad debe conducir a una situación insolidaria, de hecho Cataluña es una de las comunidades más identitaria y a la vez más solidaria a nivel internacional (a la prueba está que cuando hay algún secuestro de cooperantes casi siempre suele haber un catalán entre ellos). El riesgo radica en lo que los especialistas denominan el «etnocentrismo», en creerse que la cultura de uno es superior a la de otros, lo que no tiene nada que ver con que la cultura de uno sea diferente a la de los demás y por supuesto deba procurarse su superviviencia y difusión. De todo esto sabemos mucho en Andalucía, pues venimos a hacer justo lo contrario; aquí cualquier personaje, cuando llega a un determinado estatus se le denomina automáticamente «universal», cuando no hay nada más lejos de la realidad. Por ejemplo, se dice que Lorca es un literato universal, lo que interpreto que es un error, o sí no es así que se le quite el contexto cultural en el que vivió y encuadró la mayor parte de su obra. Ya admitía Levi-Strauss que los universales son de muy dudosa demostración, mientras que el relativismo cultural es bastante más posible.

  3. Nunca imagine mejor respuesta que la recibida por vos, don Juan. Y por decir algo mas, (sin el deseo de significarme) te diré que la identificación al territorio de nuestros salientes culturales en la sociedad que les vio nacer, tiene una respuesta a las organizaciones políticas y académicas que difunden sus personajes y los encumbran a lo “universal”, …o los olvidan, …que en nuestra tierra es lo mas común. El papel de nuestros líderes es esencial, por cuanto tienen la obligación de representar los valores y creencias que identifican a su ente social. Cuando la cultura es corta, el clima laboral es tenso, los proyectos y el trabajo se entorpece todo, por lo que las personas se inhiben. Es así, no hay más. GRACIAS

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