«La Arquitectura Comprometida»
La Cueva Siete Palacios es la sede del Museo Arqueológico Municipal de Almuñecar. Se encuentra en las inmediaciones del Castillo de San Miguel, en el casco antiguo de la ciudad.
Cuando en el siglo III a. de C. llegan los romanos a Almuñécar con el afán de ampliar sus dominios a toda Hispania, van a encontrar una ciudad urbanizada, con una población esencialmente fenicia y una pujante industria de salazón de pescado, por lo que en los primeros siglos de dominación será escasa la remodelación urbanística, aunque en época de Julio César, año 49 a. de C. alcanzará Ex, así llamada en la época fenicio-púnica el rango de municipio latino con el nombre de Sexi Firmum lulium.
Será a principios del Imperio, siglo I D. C. cuando Sexi sufrirá una profunda remodelación urbanística más acorde con las necesidades y costumbres de una ciudad romana. Es el momento de la construcción del acueducto para proveer de más capacidad de agua dulce a la ampliada industria de salazón y de la realización del teatro, foro y templo principal de la ciudad.
Dadas las escasas posibilidades de espacio para la realización de estas edificaciones públicas se recurre a la construcción de una plataforma sobre la cresta de la colina, sustentada a todo el alrededor por un conjunto de bóvedas o subconstrucciones, que es lo que en la actualidad la población llama cuevas, y que aún hoy día en parte son habitadas, incluyéndose en él la Cueva de Siete Palacios, denominación popular que creemos se deba a la estructura de una bóveda central atravesada por otras siete.
Tras la excavación del monumento, antes de su restauración, se pudo observar una estratigrafía que ponía de manifiesto la presencia en el cerro de una población del Bronce Final y sus contactos con los fenicios a principios del siglo VIII A.C, perdurando en la zona de la cultura fenicio-púnica hasta la construcción de viviendas en época romana republicana y la construcción de los pilares de las bóvedas apoyándose, a veces, sobre muros de piedra de dichas viviendas. Posteriormente, se documenta la presencia musulmana y su continuidad hasta nuestros días.
Una vez restaurado el monumento romano, se habilita éste como museo monográfico de la arqueología de la ciudad. Además de las piezas que se muestran fuera de las vitrinas, se pueden contemplar un conjunto de objetos a lo largo de once vitrinas que dan una visión de los restos de las diversas culturas que pasaron por Almuñécar.
En la vitrina nº 3 encontramos la pieza más importante que el Museo sexitano guarda. Se trata de un vaso cinerario egipcio, realizado en mármol, perteneciente al faraón Apofis I como lo indica el sello grabado en escritura jeroglífica en la parte superior. Sobre el borde gira un texto en el mismo tipo de escritura que dice: «El dios bueno, señor del Doble País, cuyo poder alcanza victorias totales y que no hay país exento de rendirle servicio, el Rey del Ato y Bajo Egipto, el hijo de Re (Apofis) dotado de vida, y la hermana real Charudyet, que sea dotada de vida». Pieza única en el Mediterráneo y texto escrito más antiguo que se conserva en España. Perteneciente, posiblemente, a la necrópolis fenicia Laurita del Cerro de San Cristóbal, pudo llegar con los fenicios hacia el siglo VIII A.C. aunque debió ser fabricado a finales del siglo XVII o principios del XVI a. de C.
Datos de Interés
Precio
Individual: Adultos: 2.35 €, Niños y pensionistas: 1.60 €
Grupos (mín.15 pax): Adultos: 1.30 €, Niños y pensionistas: 0.80 €
Dirección y datos de contacto
Calle Cueva De Siete Palacios, s/n, Almuñécar (Granada)
Telf: 607 86 54 66 / 650 027 584
Correo electrónico: cultura@almunecar.info
Horarios
Martes a Sábado de 10,30-13,30 y 17,00-19,30 horas
Domingo de 10,30 a 14,00 horas.
Realizado por Santiago Salas Martín, arquitecto de GRarquitectos.
Al leer este artículo se me vienen a la cabeza la triste noticia de ideal de hace relativamente poco tiempo, que informaba de como una parte del valioso patrimonio arqueológico de la ciudad, estaba arrumbado en bolsas de basura en un sótano. Esperemos que este museo arqueológico pronto albergue esas valiosas piezas.