AVE encerrada

Después de una semana perdido en Twitter necesito desintuitearme y ‘Talking about’ de otras cosas. Twitter está muy bien para enterarse, por ejemplo, que Pepe Torrente ha empezado a usar jabón de leche de burra, pero para coscarse de otras burradas todavía hay que pasar por los bares -afortunadamente-.

Vuelvo al AVE y a la estación, ese enredo interminable que, en términos tuiteros, nos tiene ya #hashtag los güevos.

Resulta que la Cámara de Comercio ha montado un debate este lunes sobre la alta velocidad, ha convocado a los medios y, después, no los ha dejado entrar.

Entiendo que ningún empresario podrá quejarse de ahora en adelante cuando un político ofrezca una rueda de prensa sin preguntas. Tampoco los representantes de PSOE e IU que se han prestado a esa componenda.

Después, todos ellos nos han dado las conclusiones servidas. Así que podemos estar orgullosos, porque aún podemos mantener que los periodistas son tontos o se lo hacen.

Como no me gusta hacer el gili más que en aquellas circunstancias en las que resulta necesario, diré sobre el AVE lo que otros disfrazan.

Por una parte, lo mismo que escribí en el mes de noviembre en este artículo. Por otra, la frase que me dijo alguien que está en la cocina a propósito de la estacion: “Quizás sea su muerte técnica”, en términos políticos, claro.

¿De quién? Pues de quien se sobreentienda.

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