Autor: Javier F. Barrera

Libre y Libertario, sobre José Luis García Rúa

Libre y Libertario.
Primero fue hijo y lloró sobre el cadáver de su padre abatido en la Guerra Civil. Luego fue el padre de Emilio y siguió llorando sobre su cadáver para terminar siendo el abuelo de Giselle, a quien le dedico estas líneas, desde el corazón, desde su lucha que la vida es lucha.

Hay más lágrimas en la vida de José Luis García Rúa. Las que lloró cuando su mujer se fue de la mano de la enfermedad. Y hay más. Muchas más. Pero todas esas lágrimas nunca fueron vacías, porque desde cuando era aquél niño que lloró sobre el cadáver de su padre, emprendió su carrera magistral, en la que compartió con quien quiso escucharle una lección de vida. La que vale ahora para recordarle. Para presentar un respeto inmenso ante un hombre culto, bueno, digno. Todos esos valores que parecen desaparecer un poco más ahora que él no está con sus largos gabanes y sus largas barbas blancas de papanoel con una mirada fija en el compromiso.

Repasado lo que han escrito de él encuentras momentos sobrecogedores: «Delante de su padre muerto se echó a llorar. Un viejo confederal que velaba el cuerpo de su compañero caído lo abrazó y le dijo: «No llores y cuando seas mayor tendrás ocasión de vengar a tu padre». Y Rúa se vengó, pero no con la violencia, sino con su vida de trabajo y compromiso» (Leer el artículo completo aquí).

Sobre la educación: «“Enseñábamos de todo, siempre con vistas a la vida cotidiana. Mediante el diálogo, no había distancia entre el alumno y el profesor, la enseñanza estaba encaminada a a producir otra mentalidad. Era hacer una casi antipedagogía. Dar a conocer textos científicos, literarios o políticos desde la crítica y desde la propuesta de la opción contraria” (Leer aquí el artículo completo).

JOSE LUIS GARCIA RUA.-6/9/06 FOTO: GONZALEZ MOLERO

Otra frase más, como la que me dijo en su día mi abuelo Antonio, maestro, republicano, perseguido y bueno: «Voy a estudiar y no me va a explotar ningún hijo de puta más». (Lee aquí otro artículo bien escrito sobre él).

Si hay un homenaje en una sola frase, la escribe Antonio Cambril. Sobresaliente son las palabras de, probablemente, el tipo que más me ha enseñado a escribir, y también, el que me explicó a Lorca, que se dice pronto: «El viernes murió José Luis García Rúa, uno de los seres más vivos que he conocido«.

Es difícil aportar algo más o mejor escrito, pero guardo una experiencia con él que puede interesar. Y fue hace ya tantos años, en el VIII Congreso Confederal de la CNT, en Granada, en el Palacio de Congresos. Hasta cierto punto, algo exótico.

Los domingos publicábamos en IDEAL una Revista con reportajes largos, era una delicia poder publicar en esta sección. La idea era contar cómo era ser libertario mediados los años noventa, cuando el bipartidismo estaba completamente asentado en el país. Era 1995.

Entré en la sala y estaba francamente abarrotada de personal. Recuerdo perfectamente que la mesa presidencial iba a empezar las sesiones. De repente, de entre las butacas de la sala, se puso en pie una figura magnética que, puño en alto, se puso a cantar a voz en grito el himno de la CNT.

Era José Luis García Rúa, y con su voz, se puso en pie el auditorio. Fue un chispazo eléctrico que lejos del protagonismo era un llamamiento a recordar a lo que se venía. ¿Y a qué se venía? Me lo contó. Y con esa lección magistral que tuve el honor de recibir cara a cara, me lancé a entrevistar a siete libertarios y a trazar su perfil. Sin él, no hubiera podido escribir este reportaje. Y con el paso del tiempo, 22 años han caído desde entonces, sigue siendo una de mis historias favoritas. Cómo siete personas imaginan el futuro lejos de la utopía.

Termino con una frase que me ha marcado desde entonces y que forma parte de los mantras que guían mi vida. Se la escuché a él por primera vez y me impresionó. Me sigue sobrecogiendo, y es vital por todo lo que conlleva implícito, en dosis perfecta de lucha y compromiso, pero también de humildad y sacrificio: «Seremos lo que decidamos».

Libre y Libertario. Los hay con suerte.

Gracias por tanto.

 

 

 

Zona Norte: «He visto la luz en sus ojos»

No has estado nunca en el centro cívico de Cartuja, detrás de la Guardia Civil, en la Zona Norte. Seguramente, tendrás una idea de lo que se cuece por ahí. Y, seguramente también, estés más que equivocado. Que de todo hay en botica cierto es, pero que los vecinos sufren un problema de salud pública, de merma de sus derechos y, sencillamente, de puto frío, también. Y, además, son humildes, trabajadores y honrados.

Déjame que te cuente lo que han hecho. Han vencido al miedo. O al menos, están en ello. El miedo lo tiene el débil frente al fuerte. Y el fuerte en estos barrios son las grandes compañías que no garantizan sus derechos, ni tan siquiera el servicio, que pagan religiosamente todos ellos, menos los otros fuertes, los cultivadores ilegales de marihuana, que se enganchan ilegalmente a la red eléctrica y según Endesa, son los únicos culpables del desaguisado de frío y hielo.

Déjame  contarte que estos débiles frente a los dos veces fuertes se han unido. Ha sido esta misma semana. Y ha sucedido en este centro cívico. La reunión estaba prevista en la sala donde mensualmente se celebran las juntas de distrito, pero fue tanta gente que tuvieron que habilitar el salón de actos anexo. La buena noticia es que faltaron sillas, que muchos tomaron la palabra, que un chavea les pasaba corriendo el micro para que se oyera alto y fuerte, y que quedaron en que van a seguir.

Se han unido. Ha nacido una nueva marea sin colores, que ya están todos ocupados, ha nacido un grupo de gente que va a luchar por un problema de salud pública y de derechos. Es una Marea de la Luz, y ellos la llevan ahora en sus ojos. Yo lo he visto. He visto la luz en sus ojos.

Las verdaderas palabras de 2016: Migración, Nolugar, Campamento, Memoria y Frontera

Cada fin de año encontramos listas, recuentos, anuarios y todo tipo de resúmenes de los doce meses anteriores. Uno que ha tenido especial eco por su novedad ha sido el que buscó la palabra nueva del año. En un alarde de debate, la cuestión se dirimió entre ‘postverdad’ y ‘caranchoa’.

En 2017, golpe de timón y vamos a empezar por las palabras que nunca se quedan viejas y que no por utilizadas dejan de ser importantes. De hecho, son más necesarias que nunca.

En un feroz reportaje titulado ‘Al rescate de vidas’ publicado este domingo en los suplementos V de Vocento, en todos los diarios regionales, entre ellos en IDEAL, con una audiencia doblemente millonaria, Antonio Trives, con la edición de Gumersindo Lafuente, de la Fundación por Causa (puedes hacer un donativo para que puedan seguir haciendo este tipo de Periodismo en este mismo link) retratan los sentimientos de un grupo de voluntarios españoles en Grecia, que ven la tragedia dentro de los propios ojos de los que huyen de los desastres de la guerra.

Cinco palabras cinco destacan en este texto necesario, con sus consiguientes frases, declaraciones, valoraciones, testimonios: Migración, Nolugar, Campamento, Memoria y Frontera. No las olvides nunca, porque también pueden marcar tu vida cualquier día.

1-Migración: «El país heleno (…) ese lugar en el que nos damos perfecta cuenta de que todos, en algún momento de nuestras vidas, podemos ser migrantes«.
2-Nolugares: «Es uno de los peores sitios que hay, genera frustración y odio (….) Algunos prefieren regresar a Turquía antes de que seguir encallados en esta situación»./p>
3-Campamentos: «La sensación de enquistamiento y ausencia de soluciones dignas y justas al problema son tan evidentes que pronostica que se acabe pareciendo al conflicto del Sáhara, ‘donde la gente pasa años y años en los campamentos’. Esta percepción de bloqueo se acentúa al ver cómo hacen más sofisticados algunos campamentos. ‘Esto es porque no piensan reubicarlos por países europeos a corto plazo’».
4-Memoria: «La gente huye de una guerra porque le van a matar. Lo peor es dar la espalda a un problema que cualquier día puede ser el tuyo, pensar que es una situación que nunca te va a llegar a ti, y no temer memoria de que esto ha pasado en España y puede volver a suceder». Este es el testimonio de Vicente, que, por cierto, se costea de su bolsillo la estancia en Grecia.
5-Fronteras: «La gente está varada en un presente eterno, sin futuro, sin saber qué va a ser de ellos».

La Alhambra, el Atrio y los palmeros de la Prensa

Empezaremos por Guns n Roses

And that goes for all of you punks in the press
That want to start shit by printin’ lies instead of the things we said
That means you andy secher at ‘Hit Parader’, ‘Circus magazine’
Mick Wall at ‘Kerrang’, Bob Guccione jr. at ‘Spin’
What you pissed off ‘cause your dad gets more pussy than you?
Fuck you! suck my fuckin’ dick!

(Y todo esto va para todos los malnacidos de la prensa
Que quieren echar mierda escribiendo mentiras
En lugar de las cosas que dijimos
Hablo de ustedes
Andy Secher en ‘Hit Parader’, en la revista ‘Circus’
Mick Wall, de ‘Kerrang’
Bob Guccione jr, en ‘Spin’
Estás furioso porque
Tu papá consigue más c o ñ o s que tú?
J ó d e t e
Chúpa me la po ll a)

Esto es lo que pasa cuando alguien se enfada por algo que has escrito y no le ha gustado. Si son los Guns n Roses, hasta puede ser gloria bendita. Viene a cuento porque en los tiempos que corren, les venimos llamando La Manada. ¿A quién? A todos los que critican sin argumentar, o con argumentos falsos, falaces, débiles, ‘ad hominen’.

Así que, para ser periodistas que hacen Periodismo, busquemos los hechos para empezar. Busquemos en la hemeroteca. En abril de 2006, el periódico IDEAL publicó en titulares que «la Alhambra derribará su polémico pabellón de acceso y lo cambiará por uno más «blando». El controvertido edificio, construido durante la etapa de Mateo Revilla como máximo responsable del monumento nazarí, suscitó en su momento una catarata de críticas».

El texto explicaba que «el Patronato de la Alhambra ha decidido que el principal punto de acceso al monumento, el pabellón situado junto a la entrada al Generalife, pase ya a la historia. El edificio, construido en la etapa en que Mateo Revilla fue director del recinto nazarí, fue muy polémico en su momento. Recibió un considerable caudal de críticas por parte de personas que lo consideraron inapropiado para el lugar donde está ubicado. Los detractores censuraron sobre todo el aspecto duro de las instalaciones, que fueron comparadas con un centro penitenciario o incluso con la estación de autobuses de la localidad madrileña de Parla. Ahora, transcurridos ya diez años –se refiere a 1996–, desde que se construyó, el pabellón no ha logrado sobreponerse a su aspecto de mamotreto pese a que la vegetación ha ido camuflando una parte de su estructura».

Es decir, que en 1996 –hace veinte años exactos–, se construyó el actual pabellón de entrada con las taquillas y ya lo compararon con el presidio de Sing Sing. Seguimos. Diez años después, en 2006, se decidió echarlo abajo para que hoy, continuamos, diez años después de esta última decisión y dos décadas después de que se inaugurara el actual pabellón de acceso, el proyecto Atrio que iba a suponer la modernización de los servicios que oferta la Alhambra, está ya suspendido por un informe y una enésima polémica entre las fuerzas vivas –y también las muertas– , de la ciudad. Falta consenso.

Este fin de año de 2016, el Patronato de la Alhambra ha decidio por unanimidad pedir a Siza y a Santos que rediseñen el proyecto. Ambos arquitectos han declarado a este periódico que están a la espera de instrucciones.

Mientras tanto, hoy me desayuno en las páginas de mi periódico un artículo de Fernando de Villena, de la Academia de Buenas Letra de Granada, titulado
‘La Alhambra y el sentido común’. Dice para empezar que «hace pocos días, leíamos con alivio la noticia de que, asesorada por la Unesco, la Junta de Andalucía rechazaba el proyecto de nuevos accesos a la Alhambra por resultar invasivo para la misma. Se había impuesto el sentido común –pensábamos entonces–, pero la inmediata reacción de los promotores del proyecto y sus palmeros en la prensa acaso haya hecho titubear a nuestros políticos».

No está mal. Pero se necesita un camión de matices en este solo párrafo sin tener uno que convertirse en un palmero de la Prensa o en Bob Guccione jr, de ‘Spin’. No es exacto que la Unesco pinte algo en este desaguisado. Simplemente, Icomos, una ONG que asesora a la Unesco, fue encargada por la Junta de Andalucía para que realizar un informe. Y el informe, en efecto, dice que el proyecto es invasivo (sic), pero también reconoce que es valioso (igual de sic).

No entro en más, pero el artículo sigue lleno de imprecisiones y de lugares comunes. Como cuando afirma que «los arquitectos ya han cobrado casi dos millones». Pues no. No es que han cobrado, es que el proyecto Atrio lleva gastado en estudios esa cantidad. Y esos estudios siguen siendo válidos. Y son precisamente los que se van a utilizar, según afirmó la propia consejera de Cultura, en el rediseño de marras. «Tengo oído», que escribe, no parece una buena fuente informativa. O eso, o que hay que oír mejor.

Por lo demás, la Alhambra sigue con sus servicios a los visitantes bajo mínimos. Y bajo el ridículo andaluz, nacional e internacional en el que queda envuelta Granada y la propia Alhambra, ya que fueron los técnicos del monumento quienes dictaminaron las necesidades que el proyecto Atrio debe resolver. Este dictamen fue aprobado por la todoporderosa comisión correspondiente de la Consejería de Cultura de la Junta. Ahí han quedado implicados los mejores técnicos que tiene la Universidad de Granada y la Junta de Andalucía en patrimonio, conservación y rehabilitación. Y no parece que hayan salido muy bien parados. Quizá por eso la rectora de la UGR, Pilar Aranda, durante la reunión del Patronato de la Alhambra de diciembre, puso el grito en el cielo para que no se pusiera en duda el trabajo impecable de estos especialistas.

No fue solo este proceso. Se convocó un concurso internacional auspiciado por el Colegio de Arquitectos. Y el fallo del jurado, compuesto por 15 personas de las que 13 eran y son arquitectos de reconocido prestigio, aprobaron el Proyeco Atrio por unanimidad, como bien recordó Álvaro Siza en la portada del diario IDEAL cuando se le entrevistó la semana pasada.

¿Cuál es la conclusión?
1-Que no hay debate, sino polémica
2-Que todo el mundo confunde en su propio interés datos falsos con datos de oídas
3-Que tiene razón Reynaldo Fernández cuando dice que el consenso es necesario para cualquier proyecto que afecte a la Alhambra, y que el Atrio, pese a todo, no lo tenía
4-Que alguien podía haber encargado el informe Icomos cuando el concurso internacional, y esto que nos abríamos ahorrado
5-Que nadie, me da la impresión, se ha leído o ha tenido acceso al informe Icomos, con el que la Consejería de Cultura y el Patronato de la Alhambra han confeccionado la filigrana que permita aunar ahora -consenso se llama-, todas las sensibilidades.

PD
Por cierto, si alguien quiere el informe Icomos, lo tengo delante.

CRÉDITOS
Del dibujo que ilustra este artículo, tomado de este blog de arquitectura. Hay mucho más y todo muy bueno. Gracias

Un ataque de mal gusto

CortefielOK

La ‘razzia’ dejó la madrugada del jueves al viernes de la semana pasada un reguero de mal gusto. Fue un ataque sorpresa que dejó como víctimas la cultura, los monumentos, la educación y, también, el movimiento feminista.

Que una campaña preciosa y necesaria para paliar la lacra de la violencia contra las mujeres acabe estampando y deteriorando monumentos como el pilar de tres caños de la Cuesta del Realejo (1616), o la propia entrada a la Catedral de Granada, no producen sino vómito.

Estos días mencionados de finales de noviembre se celebra el Día Internacional contra la Violencia de Género, necesario, adecuado, y sin saber quién o quiénes son los autores de estas pintadas sobre el patrimonio y las fachadas y paredes del barrio del Realejo, la Catedral y del Palacio Arzobispal, todos ellos dentro del Plan Centro de protección especial y dentro del ámbito de protección de los Bienes de Interés Cultural (BIC), es hora de decir basta a estos atentados que al final recaen sobre toda la popblación, sobre los propios vecinos del barrio que se ven atacados, y así lo manifiestan, asqueados.