Hace muchos años ya, cuando comenzábamos a saco en esto de Internet, descubrimos un vídeo en el que alguien explicaba algo así como las reglas básicas de internet. Se refería a la creación de conocimiento y su expansión. Y el verbo era compartir.
El tipo que lo explicaba, quiero recordar, se refería a un instituto estadounidense de investigación que las aplicaba a rajatabla desde hacía décadas. La idea es que hay que generar conocimiento compartido. Y las reglas lo posibilitan.
Así como de memoria, eran y supongo que siguen siendo, las siguientes:
1-Si tienes una duda, primer busca tú mismo la respuesta. De esa forma, generaras conocimiento porque se supone que la duda es respecto a tu ámbito de trabajo, de investigación. Y al buscarla desarrollarás tus destrezas y en el camino irás aprendiendo. Si encuentras la respuesta a tu duda, además, te habrás enriquecido.
2-Si no encuentras la respuesta, pregúntaselo a alguien de tu entorno, al que tengas más cerca. De esta forma, si esta persona sabe la respuesta, la compartirá contigo y misión cumplida. Pero tú, al haber aplicado la regla número uno, ya te habrás enriquecido al haber intentado buscar la respuesta. La cuestión es si la persona a la que preguntas desconoce la respuesta. No problem. Aplica la regla número uno y se pone a buscar la respuesta. Si la encuentra la comparte contigo y ya tenemos que tú has buscado, que tu compañero ha buscado y que lso dos os ahebís enriquecido. Y además, tenemos la respuesta a la duda. ¿Y si la segunda persona no encuentra la respuesta? Pues a aplicar la regla número dos y a preguntar al quien tiene al lado. Y así sucesivamente. El resultado, en su mejor versión es que se crean cadenas de conocimiento en áreas de investigación y entornos de trabajo con una productividad exponencial.
3-Respeta a quien lleva trabajando o investigando más tiempo que tú.
4-Si quieres lograr un objetivo monta un equipo.
Pasados los años, una década completa al menos, me doy cuenta de que la evolución de estos conceptos han generado la actual cultura de Internet y la Web 2.0 y que, de una manera directa, se aplica en los coworkings.
Esta reflexión me viene porque el otro día iba recorriendo Granada cuando al pasar por el centro me llamó la atención el cierre del coworking Cocorocó, un lugar donde he pasado muy buenos ratos y donde he llegado a pasar envidia por el ambiente y por la filosofía de trabajo. A prpósito de este cierre, hice unas llamadas y resulta que Granada ha visto reducida a la mitad en un año y medio el número de oficinas de coworking.
Además, han cerrado los coworking puros y duros, Cocorocó y Spral Start Ups y los que han quedado son modelos de negocio mixtos. Es decir, la mayoría de ellos son centros de negocios, de creación artística o estudios, por ejemplo, de arquitectura.
Quedan sin embargo coworkings que mantienen la llama y el espíritu de esta peculiar filosofía de trabajo de compartir, de generar un ambiente de trabajo. Uno de ellos es Errant espacio cowork.
Esta es la información que redacté sobre el cierre de la mitad de los coworking de Granada: Leerla en este link
Y este es el reportaje que escribí sobre los coworkers de erranT (El link, aquí):
«En este coworking hay un matiz creativo. Es una pasada»
Los coworkers son también fans de su coworking y forman parte de la familia que logra generar un ambiente de trabajo excepcional. Por ejemplo está en ‘erranT espacio cowork’ Iru Expósito Luis, una ilustradora canaria de Tenerife de 23 años que lleva cinco años en Granada y ahora termina Bellas Artes. Intenta dedicarse a la ilustración. «Llevo un mes en erranT para proyectar mi carrera y no hacer el vago en casa, que nos paso mucho». Su experiencia es que vino al coworking «principalmente porque soy una persona sociable. En casa perdía el tiempo en Internet, hacía tareas del hogar. Aquí tienes un horario y estás trabajando todo el tiempo. Y pensé que aquí tener un puesto de trabajo como en una oficina, tener un horario, me parecía que todo sería más profesional. Porque al ser free lance te puede entrar un encargo por mail a las tres de la mañana. Y quería organizar mi trabajo con un tiempo para cada cosa».
Pierre y Berenger son un francés y un belga que «están en Granada «porque nos gusta la ciudad». «Tenía contacto con los chicos de erranT y les escribí para ver si querían hacer una expo de arte digital. Dijeron que sí, hablé con mi amigo que tenía como sueño visitar Andalucía y aquí estamos». Llevan «tres meses, pero también hacemos cursos de programación audiovisual, mapping para convertir el lugar en un sitio interactivo. Hacemos las cosas empapándonos, y hacemos diseño visual y sonoro in situ. Así adaptamos la performance al lugar donde estamos trabajando, erranT».
Helena también es free lance y es diseñadora gráfica. Le encanta trabajar en este espacio y se le nota. Se le ve completamente feliz y lo justifica porque «aquí, en este coworking hay un matiz creativo. Es una pasada».
Respecto a su experiencia personal y profesional como coworker, responde que «a mí me gusta muchísimo. Primero hay un ambiente de trabajo superbueno te motiva. Siempre hay un contacto nuevo y te da visibilidad. Los gestores del coworking siempre van publicitándote. Es una galería a la calle estupenda. Aparte en especial este coworking es superchulo. Principalmente te da eso: una red de contactos, te permite establecer un horario, que en casa cuando eres free lance es muy complicado. Así aquí te pones un horario y te pones límites porque cuando te vas, apagas. Y estos límites le sientan muy bien a la cabeza.
–¿Ha mejorado tu trabajo al estar en el coworking?
–Sí. Primero porque ha mejorado mi red de contactos. Y también estás actualizado, ves gente de tu sector y cómo se mueven las cosas. Te hace crecer a ti y querer estar al tanto de todas las tendencias. Estás en red en un espacio físico. Conectada. No estás solo en tu casa de madrugada.
MÁS INFORMACIÓN
-Créditos: Las fotografías son de Alfredo Aguilar menos la primera, la cuarta y la penúltima, que son mías.
-El reportaje sobre los coworkers de erranT (El link, aquí):
«En este coworking hay un matiz creativo. Es una pasada»
-El reportaje sobre el cierre de la mitad de los coworkings de Granada: ‘La oferta de las oficinas de coworking se reduce a la mitad en un año en Granada’ (Leerlo en este link)
-Listado de coworkings y servicios en españa en http://coworkingspain.com/
-Sobre el erranT Espacio Cowork:
La web
@espacioerrante
https://www.facebook.com/errant.es
Apenas doscientos metros separan Santa Escolástica de la calle Molinos. Entre medias se cruza la plaza Fortuny y la del Realejo. A lo largo de estos escasos doscientos metros se acumula un aluvión de garitos que ofrecen comidas del mundo que se combinan con las propuestas clásicas de tapas y raciones, y también con los gastrobares de rabiosa actualidad o los restaurantes más coquetos.
Otro de los protagonistas es Papaupa, en la calle Molinos, que con su oferta ‘retrofashion food’ y su decoración a medio camino entre Manhattan y el salón de tu abuela, ha combinado el remojón granaíno y las papas a lo pobre con las arepas y el ceviche colombiano.
En la plaza Fortuny, dos establecimientos asiáticos ofertan comida para llevar: woks tailandeses uno y sushi y nigiri el otro, ambos perfectamente escoltados por un local de papas asás exprés y el mítico Sota, que resiste al ‘invasor’ culinario ahora y siempre junto al bar Molinos y su maravillosa colección de fotografías antiguas de la ciudad.
Ya queda menos por recorrer de estos doscientos metros de cocina de los mundos y dos pubs jalonan la meta. Irlandeses y de madera, ofrecen pintas de las mejores lagers de la verde isla esmeralda. Poco queda por terminar el recorrido hasta llegar al mítico bar Candela, que acaba de renovar su oferta y ofrece bocadillos para cinco personas. Traineras se llaman. No podía faltar el toque vasco en esta oferta con las mejores cocinas del mundo.
