Categoría: Albaicín

Un Albaicín que baila, reza y protesta

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El viejo Albaicín vuelve un año más a ponerse de largo en honor de San Miguel Las fiestas del barrio Patrimonio de la Humanidad logran mantener su esencia gracias al esfuerzo, como en todos los barrios, del trabajo de la asociación vecinal.

EL BAILE
En el caso albaicinero, se conjuga la inmensa belleza del barrio y del paisaje con los recitales flamencos en Plaza Larga, las diversas actividades lúdicas para los vecinos que tienen lugar en el Centro Cívico de la plaza Aliatar y, la intensa actividad religiosa.

EL REZO
Es aquí donde la iglesia del Salvador asume su protagonismo y donde se celebra la misa de mañana sábado y la del domingo, preludio de la romería, de gran colorido y arraigo, que terminará en la ermita de San Miguel Alto con paella para los vecinos. Antes de que todo esto suceda, habrá que pregonar hoy las fiestas, responsabilidad que este año recae en Federico Baeza Sáez.

LA PROTESTA
Mientras todo esto sucede, el sábado, a las 18 horas, está convocada la cita para la repaertura del Museo Arqueológico de Granada, en la mismísima Carrera del Darro (Toda la info en Facebook aquí).

PROGRAMA DE FIESTAS

Viernes 26 de septiembre:
18:30 h. Cuentacuentos y taller de pintura en Plaza Larga
21:30 h. Pregón de las fiestas a cargo de Federico Baeza Sáez, en el Centro Cívico
22:00 h. Actuación de los grupos de flamenco: Tono Trigueros. Aires de Fígares y Con Dos Cajones. En Plaza Larga

Sábado 27 de septiembre:
11:00 h. Tradicional concurso de ronda (naipes), con degustación gratuita de vino del lugar, jamón y queso. Los participantes deberán presentarse en el Centro Cívico a las 10:30 para proceder al sorteo.
11:30 h. Gymkhana infantil en el Huero del Carlos.
13:00 h. Fiesta tradicional de la espuma en la Placeta de Fátima.
A eso del mediodía, y amenizada por la Charanga Cierrabares, habrá paella en Plaza Largas a precios populares.
18:00 h. Proyección de una película de cine en el Centro Cívico, habrá merienda para los niños asistentes.
20:00 h. Misa en honor del patrón del Albayzín, San Miguel Arcángel en la parroquia del Salvador.
22:30 h. Verbena popular con “Estrella la Canastera” y su grupo flamenco, el duo “Los Gemelos del Sacromonte” en Plaza Larga

Domingo 28 de septiembre:
10:30 h. Misa a cargo de D. Antonio Valverde en la parroquia del Salvador.
11:30 h. Salida de la romería hacia el Cerro del Aceituno. Procesión en honor del patrón del Albayzín San Miguel Arcángel.
14:00 h. Paella para los vecinos en la explanada junto a la ermita de San Miguel Alto. Se instalarán además diversos juegos infantiles.
Lunes 29 de septiembre:
18:30 h. Misa en honor del patrón del Albayzín, San Miguel Arcángel, oficiada por D. Antonio Valverde en la ermita de San Miguel Alto.

Albaicín: El ‘pollo’ de los servicios sociales del Gallo

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La ubicación de los servicios sociales en el Albaicín es un ‘pollo’, un escándalo armado por la decisión del gobierno municipal de trasladar en su día esta necesaria oferta desde su ubicación original en la plaza Aliatar al callejón del Gallo, en San Miguel Bajo.

Es el ‘pollo’ de los servicios sociales del Gallo, que ha sido criticado por toda la oposición municipal, por los trabajadores sociales del lugar y por los propios vecinos, que como se oye por el viejo barrio del Albaicín, «estamos pagando los ‘patos rotos’».

No falta la retranca, pero el caso es que sí falta, según denunció ayer Higinio Almagro, delegado en Granada de la Consejería de Salud, Igualdad y Bienestar Social, «el necesario permiso que tiene que otorgar la Junta de Andalucía a las nuevas instalaciones en el Ave María, y que a día de hoy, el Ayuntamiento de Granada no ha solicitado».

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Tampoco han empezado las obras de esta nueva sede en el Ave María, pese a que fue anunciada en enero por los concejales Juan García Montero y Fernando Egea. Ysí sobran más de cinco hojas firmadas por la Junta de Andalucía en las que se retratan una a una las deficiencias existentes en el centro de servicios sociales del callejón del Gallo, que todavía permanece abierto, pese a la manifiesta ilegalidad en la que se circunscribe.

EL ULTIMÁTUM DE LA JUNTA

Higinio Almagro trasladó ayer su «enorme preocupación» respecto a la reubicación de los servicios sociales del Gallo en el Ave María, ya que «los perjudicados son los vecinos del barrio».

Explicó que «la Junta no va a hacer ningún movimiento que ponga en riesgo la atención de esos servicios sociales». También reconoció que «es cierto que el centro actual del Gallo no cumple los requisitos y así se lo hemos trasladado por escrito al Ayuntamiento», y por ello «estamos esperando, porque si cerramos el Gallo por sus incumplimientos no existirían servicios sociales en el Albaicín y no lo entenderían los ciudadanos».

Añadió que «tenemos que garantizar que se sigan respetando».
Dicho esto, lamentó que «si una vez finalizadas las obras en el Ave María, que es lo que esperamos, esta obra no cumpliera con normativa de los servicios sociales, sería un culebrón sin sentido».

Por eso se acogió a un ultimátum y expresó que «se le ha dado todos los plazos al gobierno municipal, ampliados al máximo y pensando en el interés de los ciudadanos, para que no se vieran perjudicados». Y terminó:«Le insto al Ayuntamiento, que ya va tarde, a que dé los pasos correctos».

LA VERSIÓN DEL GRUPO MUNICIPAL SOCIALISTA

En una comparecencia ante los medios, el portavoz municipal socialista, Paco Cuenca, expresó sobre este mismo tema que «cuando más se necesitan los servicios sociales, el gobierno local utiliza a los vecinos como rehenes y convierte el Albaicín en un espacio de contienda».

E insistió:«No sé si es falta de coherencia, pero utilizan a los vecinos del Albaicín como rehenes».

LA RESPUESTA DEL GOBIERNO MUNICIPAL
El concejal de Asuntos Sociales del gobierno local Fernando Egea ha justificado a este periódico que el retraso se debe a «papeles, papeles y más papeles».

Servicios Sociales: Las cinco estaciones del Albaicín

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El Albaicín recibió la noticia del cambio de sede en invierno, se anunció para primavera, en verano no se han empezado las obras y está previsto que, al fin, se estrene en otoño. Son las cuatro estaciones de los Servicios Sociales del  Albaicín. Falta la quinta y última estación, que parece ser la de penitencia de los usuarios del Albaicín.

El barrio del Albaicín recibió la noticia del traslado de los servicios sociales del callejón de El Gallo en invierno, un 29 de enero del presente año. Fue en la junta de distrito celebrada en Haza Grande donde el ‘alcalde del Albaicín’, Juan García Montero, y el concejal de Servicios Sociales, Fernando Egea, anunciaron que en primavera la mudanza estaría terminada y se ubicaría en uno de los edificios de la antigua escuela de Magisterio del Ave María, en la carretera de Murcia. Informaron entonces que «probablemente estaría en Semana Santa».

Era entonces invierno. Pasó la primavera, ha llegado el verano y se ha anunciado que no estará realizado el traslado hasta otoño. Estas cuatro estaciones sin Vivaldi no hacen sino enredar lo que fue presentado y entendido como un éxito, y que ha abierto la puerta a toda una batería de críticas de la oposición, tanto del grupo socialista como del de Izquierda Unida.

LAS CAUSAS DE UN RETRASO

¿Cómo es posible acumular en siete meses cinco de retraso? Según informó el concejal Fernando Egea y ratificó la de Urbanismo, Isabel Nieto, los casi 40.000 euros consignados «se emplearán en construir un segundo aseo, una rampa de acceso al edificio y en mover los tabiques que separan las distintas estancias para que sean independientes, así como ensanchar las puertas para adaptarlas a las normas de accesibilidad.

El plazo de ejecución de estas obras es de un mes». Las declaraciones son del mes de mayo y está claro que nunca pisaron el lugar elegido como nueva sede de los servicios sociales y que la reforma tampoco estaba concebida.

Resulta que se trata de un edificio anexo a la antigua escuela de Magisterio, que dispone de entrada propia desde la carretera de Murcia. Según informan desde las propias Escuelas del Ave María, «en este edificio se iba a ubicar la dirección del Patronato del Ave María, por lo que se rehabilitó completamente en noviembre de 2013». En efecto, la rehabilitación está terminada.

Hay tarimas de madera, huele casi todavía a pintura y, en efecto, todavía no se han realizado las obras que mencionaron tanto Fernando Egea como Isabel Nieto.

LA VERSIÓN DEL GOBIERNO MUNICIPAL

El propio Fernando Egea reconoce que «solo falta una rampa y un cuarto de baño». La oposición critica que faltan, también, todos los permisos, la firma del contrato de arrendamiento y, como ya denunció en el pleno municipal celebrado en el mes de mayo, «transparencia y claridad en las decisiones», aprecia la edil socialista Jemi Sánchez.

En efecto, hace dos meses, la propia delegación de Salud y Servicios Sociales de la Junta en Granada, que dirige Higinio Almagro, aseguró que «No nos consta la solicitud del permiso correspondiente en ninguna parte» y el concejal Fernando Egea respondió que «todo está en marcha».

La pasada semana, se le volvió a requerir información sobre el estado de la solicitud de los permisos para poder comenzar las obras y Fernando Egea respondió que «el retraso se debe a trámites y más trámites administrativos, aunque ya están vencidos todos».

La cuestión ahora es que las instalaciones del Ave María cierran en verano «y no abrimos ya hasta septiembre·, confirmaban ayer. Esto implica que si en septiembre se consiguen los permisos se empezaría a trabajar con las obligadas adaptaciones en octubre para terminarlas el mes siguiente:noviembre. Es decir, otoño.

LAS CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN

La concejala Jemi Sánchez recuerda que «en el grupo municipal socialista llevamos tres años y medio pidiendo explicaciones con preguntas, mociones y denuncias públicas, que en ningún caso han sido atendidas por parte del concejal».

Añade que «esta solución a medias que plantea Fernando Egea con el Ave María, además de costar dinero a los granadinos, tampoco cumple con los espacios mínimos exigidos para un centro de estas características».

 

 

Puerta Monaita: Dejada de la mano de dios y de alá

Las milenarias Puerta Monaita, Arco de las Pesas y la muralla Zirí sufren el abandono, botellón y los grafitis 

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Maribel quema el cigarrillo con destreza. Mecánicamente. Isa deja perder su mirada sobre la ciudad. Ambas están sentadas con las piernas cruzadas sobre el murete que corona Puerta Monaita, mil años de historia de Granada, alfa y omega de la muralla Zirí y de un proyecto para rehabilitar una de las joyas inestimables de la historia universal y de la ciudad. Un ejemplo de un fracaso desmesurado. Tanto como lo es bello el atardecer desde este lugar privilegiado, único, embelesador y desconocido. Junto a ellas, una panda de tres muchachos ventila unas cuantas litronas de birra sin compasión alguna. También han quemado hachís. El plan es el plan y se cumple a rajatabla.

Durante toda la tarde no ha dejado de pasar gente por Puerta Monaita. En un par de horas pueden llegar al medio centenar, incluyendo a una familia completa con sus hijos, uno de dos años y un bebé. Y el perro, claro. La visita atrae a muchos jóvenes extranjeros, que confirman que el lugar especial y secreto aparece recomendado en alguna guía muy importante y fiel para los viajeros. También corre como lo hace la pólvora por Internet y las Redes Sociales. El caso es que atardece y Puerta Monaita está hasta los topes.

La mecánica es más o menos simple. Sobre esta azotea de Puerta Monaita la vista es, créanme, incomparable. La ciudad a los pies, la tenue brisa de la primavera que se acerca en la piel, la puesta de sol tal y como se desenvuelve desde hace mil años en este mismo lugar. San Cristóbal en el cerro vecino, abajo la cuesta de Alhacaba y el Albaicín y al fondo, las murallas inmensas, medievales en parte, que recorren desde esta Puerta Monaita el viejo Albaicín hasta el Arco de las Pesas, entre el Palacio de Daralhorra y el Aljibe del Rey, dos fantásticas y recoletas mansiones fulgurantes en belleza y atractivo y, al mismo tiempo, como todo este entorno mágico, escondidas al público por la incapacidad de las administraciones de acordar una rehabilitación plausible y recuperar un paseo que dotaría a la ciudad de Granada de un recorrido por sus murallas, las grandes ausentes, el patrimonio invisible a la ciudadanía y al turismo.

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Solo hay una forma de entrar en este espacio de la Muralla Zirí. Hay que colarse. Se supone que todo el entorno está completamente vallado y amurallado, pero siempre hay un buen agujero por el que entrar. A día de hoy, hay hasta tres formas diferentes de acceder al paraje milenario. Por el Carril de la Lona se asciende por un vericueto y se acceden a unas antiguas huertas cuyo vallado ha cedido. Una vez traspasadas se puede acceder sin ningún problema a una de las bases laterales de Puerta Monaita y, desde este punto, recorrer la Muralla Zirí hasta llegar a los enormes bastiones, donde, esta vez sí, una valla impide el paso.

La segunda forma y la más utilizada es aprovechar algún buen boquete en el muro de obra que se levanta entre el callejón que nace en la trasera del Huerto del Carlos y llega hasta San Miguel Bajo tras recorrer el palacio de Daralhorra y el centro de servicios sociales de El Gallo. En estos momentos hay uno considerable, a media altura, que se ha convertido en un coladero. No sin sarcasmo el otro día había hasta cola para saltar y uno de los jóvenes aventuró «como cobren entrada se forran». Pues eso. Tal cual.

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La tercera forma de colarse es menos habitual y necesita de evidente forma física, o de una escalera. Se trata de saltar el muro que discurre paralelo a la Muralla Zirí entre el Aljibe del Rey y el Arco de las Pesas a lo largo del callejón del Aljibe de la Gitana.

Muchos vecinos informan que «algunos se suben la tapia a pulso» y la otra modalidad es «pillar una valla de obra, de las amarillas que hay por todos lados, ponerla en vertical contra ella y ascender».

Una vez sorteado el muro se accede con tranquilidad hasta el único templete que queda en toda la muralla, que se ha convertido de un tiempo a esta parte según las denuncias vecinales en un paraíso del botellón. «A veces han llegado a llevar hasta butacones y sofás». Tan a gustito.

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El entorno de la Muralla Zirí coronado en sus dos extremos por Puerta Monaita y el Arco de las Pesas presenta todo tipo de problemas que se pueden resumir en cinco: grafitis, suciedad, botellón, abandono y deterioro y, por último, seguridad. La marea de pintura convertida en plaga es una denuncia que no por vieja es fútil. Todo está completamente anegado de grafitis sin ningún tipo de valor artístico en apariencia, coartada de algunos para la ocasión. Puerta Monaita está cubierta por la parte de fuera y, sobre todo, por dentro.

Un recorrido desde este punto que siguiera los grafitis nos llevará como eficaz guía hasta el Arco de las Pesas, totalmente pintorreado para vergüenza de todos y contemplación de los miles de incrédulos turistas que la cruzan para dirigirse desde Plaza Larga hasta el Mirador de San Nicolás.

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El botellón es otro de los grandes problemas. No ya por la presencia de cascos vacíos por todas partes sino porque tras tanto tiempo sin limpiar la zona está alfombrada por sus añicos. La suciedad, que va de la mano del botellón, se traduce en colillas, bolsas de plástico, restos de bolsas de gusanitos y similares, paquetes de tabaco vacíos y todo tipo de excrementos. Hay una total falta de higiene. Una vez pasadas las lluvias la zona de la muralla hiede por la constante presencia de orines y lo que no lo son. Todas estas circunstancias llevan a definir una situación de abandono y deterioro incuestionable.

Tanta llamada de atención sobre la protección de los restos arqueológicos para que al final todo el entorno de la Muralla Zirí sea un simple botellódromo abandonado y lleno de orines y suciedad que, y en quinto lugar, sea muy peligroso al no estar acondicionado, con caídas libres de hasta veinte metros, miradores descompuestos por el paso del tiempo donde los jóvenes se sientan a ver pasar la vida y un acceso vedado y vallado por el que todo quisqui se cuela para disfrutar de la mejor vista de una puesta de sol en Granada en una zona dejada de la mano de Dios y de Alá.
Y de todas, todas, todas las administraciones.

 CRÉDITOS
-En Periodismo al Pil PIl explicaré cómo realizamos el reportaje con Alfredo Aguilar y José R. Basena

Graffitis en la Ermita de San Miguel: Petición fiscal de delito, sentencia de falta

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La Justicia pinta mucho. Sobre todo contra los grafiteros que dejan su huella en el patrimonio protegido de Granada. La Fiscalía de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha presentado este mes de julio dos escritos de acusación en dos procesos diferentes en los que dos grafiteros son acusados de sendos delitos.

Uno de los escritos es contra un grafitero que pintó en el interior del recinto de la Alhambra (Puedes leer en este link la noticia).

El otro escrito de acusación corresponde a los hechos ocurridos el 18 de octubre del año pasado, cuando el acusado se encontraba junto a la ermita de San Miguel Alto, «con clara intención de causar menoscabo en la misma y haciendo uso de pinturas que portaba consigo al efecto, realizó pintadas consistentes en dibujos egipcios sobre los muros de la citada ermita y sobre unos quince metros cuadrados del suelo que la circunda».

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La ermita de San Miguel es Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento. «Además, se sitúa en el punto más alto de la muralla exterior del Albaicín y, al estar sobre ésta, forma parte de la misma, habiendo sido declarada la muralla Monumento Histórico-Artístico en 1922». Los hechos narrados son constitutivos de un delito del artículo 323 del Código Penal, se le pide al igual que al anterior dos años de prisión, 18 meses de multa a razón de 10 euros al día y una indemnización de 890,60 euros a satisfacer al Arzobispado de Granada.

El problema es que mientras la Fiscalía califica los hechos como delito,lo que supone una pena y mukta grave; el juez, en un caso anterior, lo rebaja a una simple falta.

Esta es la historia:

No son dos casos paralelos ni tienen correlación en el tiempo. Uno de ellos ocurrió hace cinco meses, el 16 de febrero de este año; mientras que el otro es anterior y data de del 18 de octubre de 2013, nueve meses atrás. En ambos casos, la Fiscalía de Medio Ambiente destaca «la celeridad» con que se han estudiado los casos y la rapidez con la que se han presentado sendos escritos de acusación.

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El otro escrito de acusación corresponde a los hechos ocurridos el 18 de octubre del año pasado, cuando el acusado se encontraba junto a la ermita de San Miguel Alto, «con clara intención de causar menoscabo en la misma y haciendo uso de pinturas que portaba consigo al efecto, realizó pintadas consistentes en dibujos egipcios sobre los muros de la citada ermita y sobre unos quince metros cuadrados del suelo que la circunda».

La ermita de San Miguel es Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento. «Además, se sitúa en el punto más alto de la muralla exterior del Albaicín y, al estar sobre ésta, forma parte de la misma, habiendo sido declarada la muralla Monumento Histórico-Artístico en 1922». Los hechos narrados son constitutivos de un delito del artículo 323 del Código Penal, se le pide al igual que al anterior dos años de prisión, 18 meses de multa a razón de 10 euros al día y una indemnización de 890,60 euros a satisfacer al Arzobispado de Granada.

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Hace prácticamente dos años, en mayo de 2012, un caso gemelo a uno de los dos escritos de acusación presentados ahora, fue juzgado. Se trataba de una pintada en la ermita de San Miguel Alto y, como en la ocasión que ahora sucede, la fiscalía también pidió dos años de cárcel para el grafitero acusado.

En este caso, la pintada era en el muro que forman las escalinatas que dan acceso desde la explanada del mirador a la puerta principal de la propia ermita, a pocos metros de lo que pintó con dibujos egipcios el ahora acusado.

Independientemente de lo que le suceda ahora, al grafitero imputado por pintar esta suerte de jeroglíficos, hace algo más de dos años, el resultado del juicio permite decir que el entonces acusado fue afortunado.

La fiscalía había pedido para él una pena de dos años de cárcel por la presunta comisión de un delito de daños contra el patrimonio histórico, pero la titular del Juzgado de lo Penal 2 de Granada rebajó a una mera falta de «deslucimiento» el incidente.

La condena: cinco días de trabajo en beneficio de la comunidad «a realizar preferentemente en servicios de limpieza relacionados» con la infracción «cometida» –es decir, que tendrá que borrar pintadas, indemnizar con 300 euros al Arzobispado propietario de la ermita y pagar las costas–.

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Aún así, podía darse con un canto en los dientes. De la lectura de la sentencia se deduce que estuvo cerca de ser condenado por daños contra el patrimonio histórico, que ya es una cosa bastante más grave: dos años de prisión, multa de 5.400 euros, además de correr con los gastos de la reparación de los desperfectos, que deberían establecerse en «un proyecto elaborado al efecto», detallaba la resolución judicial.

Sin embargo, la juez, tras escuchar a la perito judicial y al experto de la Junta de Andalucía, recordó que el estropicio afectaba a un «bien cuya epidermis está muy alterada» y había sido «parcheado con cal», luego el ataque no fue «tan grave» como para calificarlo de delito. No obstante, en la sentencia hay algunas reflexiones que resultaban un tanto confusas.

El jefe del Servicio de Bienes Culturales de la Junta en Granada, mantuvo en el juicio que el muro de la ermita en cuestión es «un monumento histórico artístico y un bien de interés cultural (BIC) al formar parte de la muralla defensiva del Albaicín», lo cual habría podido suponer un agravamiento del castigo.

Pero el mismo testigo reconocía también que la iglesia propiamente dicha «no está declarada individualmente» como BIC.

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La magistrada –tras analizar profusamente las normativas que abordan esta materia– concluyó que «la inclusión de un edificio en la declaración de conjunto histórico, no convierte a cada uno de los edificios comprendidos dentro del perímetro definido en «singularmente protegido».

Y añadió: «En el caso presente no consta debidamente acreditada la declaración» de BIC de «la ermita de San Miguel Alto».