Categoría: Cultura

Conectado a la biografía de 091

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Estoy conectado a 091 desde aquella noche en la Krokis, detrás de Hacienda, actual Booga, que sonó La Vida qué Mala es y danzamos como malditos y, cuando terminamos, salimos en coche en septiembre hacia Donosti. Sobre las cinco de la mañana, una barrera de fuego cortaba la autopista y tuvimos que frenar. Seguía sonando La Vida Qué Mala Es. Yo estaba adormilado y el Morán me soltó: «Bienvenido a Euskadi, Kapullo».

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He quedado a la una de la tarde con Juan Jesús García, El Juanje, que firma JJG en el Ideal las crónicas musicales, las críticas de los conciertos. Es el autor de las fotografías más icónicas de Mr. Joe Strummer vestido all in punk con la Alhambra de fondo.  Si hubiera cobrado un pavo por cada vez que se han publicado sin su permiso ahora sería muchimillonario. Le importa dos cohones. Se encontró tirado a Strummer medio pedo una noche y lo llevó a su pensión. Ahí le dijo: «Mañana entrevista». Y así va uno entrando en la historia.

JJG dedica el libro

Porque eso es lo que ha hecho JJG con su biografía de 091: Historia. Ha contado en sus páginas la historia de los Cero, sí. Pero también la de Granada en su transición de mediados de los setenta a mediados de los noventa. Un retrato de una ciudad vigorosa que ya no existe y que se trata de recuperar en vez de permitir y dejar libre. Es también el retrato de una generación que gracias a los ‘Aullidos, Corazones y Guitarras’, ha conectado con toda otra generación que dos décadas después soñaba con ver a los Cero en directo y que van cumpliendo su sueño. Tal es la potencia de 091. Sobre estas líneas, JJG dedicándome el libro. Muchas gracias compañero.

Cuaderno

Madrid. 1989. Este cuaderno está en manos de JJG y se lo ha regalado al Pitos este mediodía. Se ha quedado conmocionado. El cuaderno encierra historias, Doce Canciones SIn Piedad, textos variados y dibujos. Si este material está aquí ahora en este blog imagínate lo que guarda la biografía de los Cero: «Hay material fotográfico que ni siquiera el grupo sabe que existe», cuenta JJG.

Abrazo

El biógrafo y uno de los protas en la calle Escuelas. Es hermoso verles después de haber vivido juntos toda una vida de escenarios y noches sin dormir. Juanje me decía que les conoce desde que ellos tenían quince añitos, o menos. Hasta hoy. Todos hombres hechos y derechos. JJG me ha dedicado el libro y me ha puesto que 30 años después seguimos en la carretera, desde Granada a La Rioja, donde en la madrugada del 4 de enero, veinte años después del Último Concierto, volvimos a ver a los Cero y JJG y yo nos volvimos a abrazar. Ahí estábamos los dos, como siempre. Tío. Eso une.

Los TResEn esta foto, el Gran Molero nos ha retratado como somos, tres hombres de negro sin futuro pero con pasado, que no está mal. El Pitos lleva el libro en la mano. No dejes de leer esta historia, esta biografía de Granada y los Cero. Disfrutarás. Subidón.

El libro está lleno de testimonios, memoria y documentos, Y es en sí mismo un homenaje a los amigos que se fueron. Va por ellos.

5 razones para amar a Bryan Adams

Bryan Adams

1-Tienes 23 años recién cumplidos. Es domingo. Junio. En Euskal Herria, en junio, en la década de los ochenta, hubo sequía, empezaba entonces. Le llamábamos a la tierra que nos había visto crecer mojados Euskadi Tropikala. Ahí estaba sentado yo, en la plaza Malakate, en Maidagan, en Andra Mari de Getxo con uno de los mejores regalos que te puede dar la vida: un amigo como Paúl Zubillaga. Él estudiaba Náutica, es decir, para capitán de la Marina Mercante. Yo, en tercero de Periodismo. Estábamos sentados en un banco en Malakate, y en menos de una hora, en La Casilla, tocaba Bryan Adams.
-¿Vamos?, me dijo Paúl, que tocaba la guitarra en un grupo en Donosti con la cuadrilla, con Alex, Josetxo….
-Tengo examen de Audiovisuales mañana, con Díaz Mancisidor….
-Vale. Tampoco tengo pelas y me viene mal
-Ya, cambié de bando, porque era Bryan Adams, insistí.
-Deja. Deja. Es domingo, exámenes, junio, y como vayamos la liamos… ¿Te sabes el chiste del murciélago?
-No. (Paúl era así, un genio de la diplomacia).
-Ya habría más veranos. Del 69 0 del 88

2-Septiembre de 1986. Dos años antes. Tras 20 horas de bus estaba en un ferry cruzando de Calais a Dover. Iba a Londres. Ahí me enteraría, por ejemplo, que Barcelona iba a celebrar las Olimpiadas del 92 o que el Bing Bang en la Bolsa era ya una realidad (eso es, para el que se haya perdido, el primer hecho de la globalización, una Bolsa que no cierra nunca). Vivía en Holland Park, cerca del mítico bulevar de Sheperd’s Bush, donde vivían y bebían los mods de Quadrophenia. Era un hostel indio que me alquilaba una litera en un cuarto con Laurence, un carnicero australiano, Pete Healing, un buscavidas macarra de madre de Nueva Zelanda y padre de Liverpool, y Conard, un ingeniero irlandés. Pocas veces he sido tan feliz en mi vida como cuando, finalmente, esos tres tipos decidieron que yo era uno de los suyos. Nunca Londres fue un lugar tan maravilloso. Nuestra banda sonora era Bryan Adams y cantábamos sus canciones a voz en grito. Nos bautizamos como The Number Teen Room Boys. Y todavía tengo en mi librería el regalo que me hicieron de despedida.

3-Lejona. Ahora Leioa. Nuestra Universidad. Fiesta de fin de curso para recaudar fondos para el viaje de fin de curso de quinto de carrera. Dubrovnik era el destino. Mi amigo está completamente enamorado. Suena ‘Run to you’ y me dice que «haré todo lo que tenga que hacer para que me mire». Lo consiguió.

Mientras me contaba esto, sonaba en la fiesta ‘She is only Happy when she is dancing’, y mientras yo le respondía que la que a mí me gustaba estaba justo junto a nosotros, ella le dijo a su amiga sin saber que le podíamos oír: «Me duele el cuello de tanto…xxxxx  xxxxxxx».
La vida es así, queridos.

4-Granada. 1998. Estoy solo. Y también estoy vacío. Busco canciones. Buceo en una tienda de vinilos. Aparece el viejo Bryan de hace ya dos décadas. Suena ‘Sombeody’ (I need somebody to love) y empiezo a pegar botes. Pienso que le debo uno al canadiense. Una de las buenas.

5-Hoy. Granada. Desde la última vez me ha pasado de todo. Pero, sin embargo, sigo solo. Y también estoy vacío. Bryan Adams está tocando en el pabellón de la ciudad. Yo ando de guardia. Misteriosamente, el chat de Facebook echa chispas. No son más que personas que te llaman para no estar contigo o para no escucharte, algo que realmente no tiene para mí mucho sentido. Y de repente apareces tú, con tus canciones, con tu emoción, con tu ganas de hablar, de escuchar. Y entonces me doy cuenta de que ya no le debo nada al viejo Bryan. Te la debo a ti. Y gracias.

 

 

091: El numberuán o de Sinatra al piano en Las Vegas

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Manu Leguineche, el jefe de la Tribu de corresponsales de guerra, escribió el día que murió Frank Sinatra que al mito había que tratarlo en su salsa, al piano, antes de un concierto, con su vaso de whiski y un cigarrillo, perfectamente peinado y enchaquetado, relajado, preparándose.

Ahí es donde salía el mejor Sinatra. Como cuando al teléfono desde NY le cantó una noche entera al oído a su mujer, Ava Gardner, que grababa en España una peli y de paso se tiraba a un torero que, dicen, nada más terminar de hacerle el amor, se vistió y salió de la habitación del hotel justo en el momento en que Ava le preguntaba:
-¿Dónde vas?
-A contarlo
Seguramente fue entonces cuando la actriz de los Ojos de Gata, acuñó para sí la frase aquella de que «se acostaban con Ava y se despertaban conmigo».

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Ahora, te encargan un perfil del Pitos, el vocalista de 091. Le conoces desde hace 25 años y te buscas a un tipo que le conoce cuándo el Pitos tenía 16 años, el gran J.J.G.. Haces acopio de recuerdos, de Festivales del Zaidín, del segundo aniversario del Arock con Leche, la mítica sección de discos que en los noventa publicaba IDEAL y que organizó un concierto con Amparanoia, Doctor Feelgood y una versión reducida, Lapido y el Pitos, que cantaron a capella con la guitarra acústica la del Espantapájaros, que salió tan rematadamente excelente, que desde aquel momento la incorporaron a sus directos de esta forma.

¿Qué más? Hablas con Santi y con Carlos. El primero hizo la gira de despedida con los Cero hace veinte años y salió en el Zarabanda; y el segundo fue el que en Rentería, Gipuzkoa, me habló de 091 cuando todavía ni siquiera era la década de los noventa. Luego nos bajaríamos juntos a este Deep Sur. También le paso el texto a muchos y muchas. A Ana, por ejemplo, que me lo devuelve con un beso y me lo firma como fan galáctica de los Cero. Y añade un «está bien retratado el Pitos, tú».

Tengo dudas, porque no sé si centrarme en el chaval que nació en el Padul, que fue punk en los bares de los ochenta o así, que formó un grupo histórico en Huétor Tájar, en el vendedor de ropa de segunda mano, o en el tipo tímido y actitud que canta las canciones de Lapido, como Loquillo las de Sabina, que se dice pronto que aguanta esta comparación.

También puedo relatar el recorrido desde TNT hasta 091 pasando por las Maniobras de Resurrección, el Hombre Garabato o los Guerrero García, Mezcal… es decir, el gran músico, el buen vocalista en que se ha convertido durante todos estos largos años.

Entonces, con toda la info, la experiencia, los conciertos vividos y compartidos, la música de los Cero a toda pastilla en los auriculares, el teclado brillante y la página en blanco, comienzas a escribir. Me gusta recorrer la ciudad, Granada, con mi cráneo y contar lo que veo.

El resultado es este perfil sobre el Pitos: ‘El hombre de negro y luz’. (Leer el perfil en este link). La foto que manda en la página es una joya. No es un posado, no es su estilizada figura, ni una pose Elvis-Morrison, tan efectista, tan elegante, tan actitud. La foto es el Pitos, ojos cerrados, manos agarradas al micro, cuello subido a la cabeza, en pleno esfuerzo, poniendo voz a las eléctricas guitarras-Lapido, a la base rítmica insuperable Tacho-Jacinto. Es el Pitos en ese instante, Sinatra al piano en Las Vegas. El numberuán.
Espero que os guste

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FOTOGRAFÍAS
-La foto en sus dos versiones, solo ante el micro, en La Rioja, la madrugada del domingo al lunes 3 y 4 de enero, sacada por este menda lerenda desde la primera fila. Está cantando en ese momento la de «Un día en el Sacromonte»… #debajodelaspiedras

En Primera Línea de Cero: 20 canciones en 20 tuits con fotos

091 fb

Logroño, madrugada del 4 de enero de 2016.
Los Cero empiezan su concierto.
Este es el tuiteo de sus 20 canciones, desde Palo Cortado hasta La Vida que mala es.
Faltan algunas del final, porque en ese tiempo estuve enviando la crónica al Ideal para que saliera publicada.
Los tuits tienen muchas erratas pero… es que… ¡estábamos en Primera Fila Cero!
¡¡¡Feliz Año Cero!!!

 

091: Guía para recordar (o para ponerte al día)

Entrada

2016: Año Cero
3 de enero de 2016, 091 vuelve a los escenarios veinte años después.
Seas, no seas o dejes de ser fan. Los hayas visto no los hayas visto o los hayas dejado de ver, el Año Cero es el Año de 091, el de la Ceromanía.

Este post sirve para recordar o para ponerte al día. Una suerte de guía ceromaníaca para saber qué ha sido y que será.

-23 de octubre de 2015
El diario IDEAL de Granada adelanta la noticia del año en exclusiva: 091 regresa a los escenarios (Leer el artículo)

-Especial en Ideal.es sobre el regreso de 091 con artículos de todos los periodistas que vivieron la época: (Navega por el especial sobre 091)

-9 de noviembre de 2015
La Ceromanía se desata: ‘091 agota en media hora las entradas para tres de los conciertos de su gira de regreso’. (Lee la información de la agencia Efe)

-9 de diciembre de 2015
091 presenta su concierto en Granada: ‘20 años son un eternidad y queremos que sea una celebración con nuestros seguidores’. (Lee la crónica de @DawsonX en este link)

-18 de diciembre de 2015
Juan Jesús García entrevista a Lapido para su concierto en la Sala El Tren: ‘Con 091 la liturgia es desatar una tormenta eléctrica en tres minutos’ (Lee la entrevista)

-Mayo de 1996. El Último Concierto. Auditorio de Maracena

-23 de octubre de 2015. ‘Los Cero, diez años después de 091, la última reunión’. Lee la crónica en este link y disfruta del vídeo aquí