El fallecimiento de un joven grafitero une a la comunidad de arte urbano de Granada y se convierte en un homenaje en los muros de Albolote (Crónica de Alejandra Ramírez, fotos y Timelapse).
Alejandra Ramírez estudia Periodismo. Quizá por eso quería que la muerte de su amigo quedara reflejada en las páginas de los periódicos. Así que envió un correo electrónico a esta Redacción y, hoy domingo, hemos publicado su crónica en la que se cuenta el homenaje que los grafiteros granadinos han dedicado a uno de los suyos.
Se llama Hilos y responde al nombre de Andrés Gálvez Ballesteros. El joven falleció el pasado domingo 24 de noviembre en un accidente tras ser arrollado por un tren en Granada, según las hipótesis de los investigadores de la Policía Nacional.
«Hay vidas que dependen de un hilo». Esta frase escrita en el Instituto Hermenegildo Lanz llevó a Andrés Gálvez Ballesteros a iniciar su andadura en el arte urbano. Palabras como único, leal, imaginativo, alegre, impredecible, creativo, risueño, capaz son algunas con las que sus amigos resaltaban su personalidad mientras le recordaban, con los ojos llenos de incredulidad y nostalgia.
«Andrés era de esas personas que hacen todo lo posible por cumplir sus sueños. Nunca sabías lo que le pasaba por la cabeza, pero era un gran amigo», describía Victoria Herrera, una de las amigas del joven. «A veces te tirabas días sin saber de él. Pero no hacía falta decir que estaba haciendo lo que más le gustaba en esta vida, crear», contaba Borja Cano, amigo desde la infancia de Gálvez Ballesteros.
El pasado 30 de noviembre, a las 11 de la mañana, se reunieron ochenta personas ante los muros del parque situado frente al polideportivo municipal de Albolote. El ambiente estaba cargado de respeto a la vez que de tristeza. Varias manos comenzaron a crear un fondo negro sobre paredes anteriormente pintarrajeadas. Acto seguido, los artistas urbanos congregados se pusieron manos a la obra.
Era un homenaje en el que las personas creaban sobre las paredes mientras los reunidos apreciaban cada trazo, cada movimiento. Ese día, la palabra ‘Hilos’ significaba mucho más. Representaba al joven Andrés Gálvez Ballesteros, un alboloteño de 20 años que ya no estaba entre ellos. Este muchacho dedicó su corta vida al arte de grafitear y dejó su seña de identidad a través de la firma ‘Hilos’. El resultado final de este homenaje fueron 42 grafitis diferentes con la palabra ‘Hilos’ para recordar a una persona como Gálvez Ballesteros, que llegó a tener renombre tanto en la provincia granadina como en Andalucía.
El mural comienza en la calle Cádiz, siguiendo por la calle Málaga y termina en la calle Almería. Tiene ochenta metros y frases como «Los chicos leyenda no mueren, solo descansan» o «Los muros de Graná se enhebran con Hilos». Muchos de los artistas llegaron tanto de Granada como de la provincia. En total, cincuenta grafiteros, entre ellos El Niño de las Pinturas, fueron los participantes en esta conmovedora idea, a los que se sumaron sus familiares, amigos y allegados.
Según fuentes familiares del joven, se conoce que la idea del mural nació de la gente que más conocía a Gálvez Ballesteros en el mundo del grafiti. Su faceta como artista hizo que se le dedicara algo que para él tuviera sentido. La movilización de los allegados fue impresionante, ya que en menos de una semana se pudo solicitar tanto el permiso al Ayuntamiento de Albolote, como dónde iría cada grafiti y qué pintaría cada persona. Cada grafitero tiene su estilo, su arte e incluso su manera de coger el bote de ‘spray’, pero todos ellos han querido participar en este gran homenaje, que para muchos de ellos ha significado perder a un gran amigo.
«Andrés siempre decía que los que no conocen la belleza del arte del grafiti no pueden llegar a saber por qué dedican tanto tiempo a esta peligrosa tarea. Él concebía este arte como una forma de vivir a la que te vas enganchando poco a poco y que, sin darte cuenta, te ayuda a ser feliz», explicaba Ignacio Carrasco, amigo del joven fallecido.