El Albaicín recibió la noticia del cambio de sede en invierno, se anunció para primavera, en verano no se han empezado las obras y está previsto que, al fin, se estrene en otoño. Son las cuatro estaciones de los Servicios Sociales del Albaicín. Falta la quinta y última estación, que parece ser la de penitencia de los usuarios del Albaicín.
El barrio del Albaicín recibió la noticia del traslado de los servicios sociales del callejón de El Gallo en invierno, un 29 de enero del presente año. Fue en la junta de distrito celebrada en Haza Grande donde el ‘alcalde del Albaicín’, Juan García Montero, y el concejal de Servicios Sociales, Fernando Egea, anunciaron que en primavera la mudanza estaría terminada y se ubicaría en uno de los edificios de la antigua escuela de Magisterio del Ave María, en la carretera de Murcia. Informaron entonces que «probablemente estaría en Semana Santa».
Era entonces invierno. Pasó la primavera, ha llegado el verano y se ha anunciado que no estará realizado el traslado hasta otoño. Estas cuatro estaciones sin Vivaldi no hacen sino enredar lo que fue presentado y entendido como un éxito, y que ha abierto la puerta a toda una batería de críticas de la oposición, tanto del grupo socialista como del de Izquierda Unida.
LAS CAUSAS DE UN RETRASO
¿Cómo es posible acumular en siete meses cinco de retraso? Según informó el concejal Fernando Egea y ratificó la de Urbanismo, Isabel Nieto, los casi 40.000 euros consignados «se emplearán en construir un segundo aseo, una rampa de acceso al edificio y en mover los tabiques que separan las distintas estancias para que sean independientes, así como ensanchar las puertas para adaptarlas a las normas de accesibilidad.
El plazo de ejecución de estas obras es de un mes». Las declaraciones son del mes de mayo y está claro que nunca pisaron el lugar elegido como nueva sede de los servicios sociales y que la reforma tampoco estaba concebida.
Resulta que se trata de un edificio anexo a la antigua escuela de Magisterio, que dispone de entrada propia desde la carretera de Murcia. Según informan desde las propias Escuelas del Ave María, «en este edificio se iba a ubicar la dirección del Patronato del Ave María, por lo que se rehabilitó completamente en noviembre de 2013». En efecto, la rehabilitación está terminada.
Hay tarimas de madera, huele casi todavía a pintura y, en efecto, todavía no se han realizado las obras que mencionaron tanto Fernando Egea como Isabel Nieto.
LA VERSIÓN DEL GOBIERNO MUNICIPAL
El propio Fernando Egea reconoce que «solo falta una rampa y un cuarto de baño». La oposición critica que faltan, también, todos los permisos, la firma del contrato de arrendamiento y, como ya denunció en el pleno municipal celebrado en el mes de mayo, «transparencia y claridad en las decisiones», aprecia la edil socialista Jemi Sánchez.
En efecto, hace dos meses, la propia delegación de Salud y Servicios Sociales de la Junta en Granada, que dirige Higinio Almagro, aseguró que «No nos consta la solicitud del permiso correspondiente en ninguna parte» y el concejal Fernando Egea respondió que «todo está en marcha».
La pasada semana, se le volvió a requerir información sobre el estado de la solicitud de los permisos para poder comenzar las obras y Fernando Egea respondió que «el retraso se debe a trámites y más trámites administrativos, aunque ya están vencidos todos».
La cuestión ahora es que las instalaciones del Ave María cierran en verano «y no abrimos ya hasta septiembre·, confirmaban ayer. Esto implica que si en septiembre se consiguen los permisos se empezaría a trabajar con las obligadas adaptaciones en octubre para terminarlas el mes siguiente:noviembre. Es decir, otoño.
LAS CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN
La concejala Jemi Sánchez recuerda que «en el grupo municipal socialista llevamos tres años y medio pidiendo explicaciones con preguntas, mociones y denuncias públicas, que en ningún caso han sido atendidas por parte del concejal».
Añade que «esta solución a medias que plantea Fernando Egea con el Ave María, además de costar dinero a los granadinos, tampoco cumple con los espacios mínimos exigidos para un centro de estas características».