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Albaicín: «El PP vuelve a hacer una mudanza clandestina»

La nueva sede de los servcios sociales del Albaicín sigue sin licencia

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El grupo municipal socialista no se anda por las ramas y critica que «el Partido Popular vuelve a hacer una mudanza clandestina, sin autorización, sin permiso, y sin información adecuada a los usuarios».

Los servicios sociales del Albaicín «siempre han estado sin papeles por la dejadez intencionada del Partido Popular». Añade que «seguimos defendiendo el regreso de este centro a la plaza Aliatar, un espacio municipal infrautilizado que cumple con la normativa».

Incide en que han tenido «tres ubicaciones diferentes en cuatro años y sólo la primera cumpliría los requisitos que exige la normativa», es decir, en la plaza Aliatar. Además, terminan su batería de críticas, «el capricho del Partido Popular de trasladar el centro de servicios sociales a la sede del Ave María en la carretera de Murcia nos va a costar 3.000 euros mensuales a todos los granadinos».

Los servicios sociales del Albaicín viven la convulsión de cualquier odisea que se precie. Hasta la semana pasada continuaba la mudanza desde su anterior sede en el Callejón del Gallo y se encontraban a punto de volver a estar operativos al cien por cien y de comenzar a dar citas a los vecinos del distrito, que incluye el Bajo y Alto Albaicín, Sacromonte, El Fargue y Haza Grande. Sin embargo, la encrucijada de problemas sigue sin resolverse.

La Junta de Andalucía confirma que se mantienen tres deficiencias leves que se deben subsanar y que, para más inri después de cuatro años de idas y venidas, la «situación administrativa actual» es que «el centro municipal de servicios sociales comunitarios del Albaicín, sito en la carretera de Murcia, una vez subsanadas las deficiencias observadas, tendrá que solicitar la ‘Autorización de Funcionamiento’ por parte de dicha administración (municipal)». Dicho en román paladino, como apunta el grupo municipal socialista, «no tienen permiso para abrir las puertas y atender a los vecinos».

Albaicín: El ‘pollo’ de los servicios sociales del Gallo

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La ubicación de los servicios sociales en el Albaicín es un ‘pollo’, un escándalo armado por la decisión del gobierno municipal de trasladar en su día esta necesaria oferta desde su ubicación original en la plaza Aliatar al callejón del Gallo, en San Miguel Bajo.

Es el ‘pollo’ de los servicios sociales del Gallo, que ha sido criticado por toda la oposición municipal, por los trabajadores sociales del lugar y por los propios vecinos, que como se oye por el viejo barrio del Albaicín, «estamos pagando los ‘patos rotos’».

No falta la retranca, pero el caso es que sí falta, según denunció ayer Higinio Almagro, delegado en Granada de la Consejería de Salud, Igualdad y Bienestar Social, «el necesario permiso que tiene que otorgar la Junta de Andalucía a las nuevas instalaciones en el Ave María, y que a día de hoy, el Ayuntamiento de Granada no ha solicitado».

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Tampoco han empezado las obras de esta nueva sede en el Ave María, pese a que fue anunciada en enero por los concejales Juan García Montero y Fernando Egea. Ysí sobran más de cinco hojas firmadas por la Junta de Andalucía en las que se retratan una a una las deficiencias existentes en el centro de servicios sociales del callejón del Gallo, que todavía permanece abierto, pese a la manifiesta ilegalidad en la que se circunscribe.

EL ULTIMÁTUM DE LA JUNTA

Higinio Almagro trasladó ayer su «enorme preocupación» respecto a la reubicación de los servicios sociales del Gallo en el Ave María, ya que «los perjudicados son los vecinos del barrio».

Explicó que «la Junta no va a hacer ningún movimiento que ponga en riesgo la atención de esos servicios sociales». También reconoció que «es cierto que el centro actual del Gallo no cumple los requisitos y así se lo hemos trasladado por escrito al Ayuntamiento», y por ello «estamos esperando, porque si cerramos el Gallo por sus incumplimientos no existirían servicios sociales en el Albaicín y no lo entenderían los ciudadanos».

Añadió que «tenemos que garantizar que se sigan respetando».
Dicho esto, lamentó que «si una vez finalizadas las obras en el Ave María, que es lo que esperamos, esta obra no cumpliera con normativa de los servicios sociales, sería un culebrón sin sentido».

Por eso se acogió a un ultimátum y expresó que «se le ha dado todos los plazos al gobierno municipal, ampliados al máximo y pensando en el interés de los ciudadanos, para que no se vieran perjudicados». Y terminó:«Le insto al Ayuntamiento, que ya va tarde, a que dé los pasos correctos».

LA VERSIÓN DEL GRUPO MUNICIPAL SOCIALISTA

En una comparecencia ante los medios, el portavoz municipal socialista, Paco Cuenca, expresó sobre este mismo tema que «cuando más se necesitan los servicios sociales, el gobierno local utiliza a los vecinos como rehenes y convierte el Albaicín en un espacio de contienda».

E insistió:«No sé si es falta de coherencia, pero utilizan a los vecinos del Albaicín como rehenes».

LA RESPUESTA DEL GOBIERNO MUNICIPAL
El concejal de Asuntos Sociales del gobierno local Fernando Egea ha justificado a este periódico que el retraso se debe a «papeles, papeles y más papeles».

Servicios Sociales: Las cinco estaciones del Albaicín

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El Albaicín recibió la noticia del cambio de sede en invierno, se anunció para primavera, en verano no se han empezado las obras y está previsto que, al fin, se estrene en otoño. Son las cuatro estaciones de los Servicios Sociales del  Albaicín. Falta la quinta y última estación, que parece ser la de penitencia de los usuarios del Albaicín.

El barrio del Albaicín recibió la noticia del traslado de los servicios sociales del callejón de El Gallo en invierno, un 29 de enero del presente año. Fue en la junta de distrito celebrada en Haza Grande donde el ‘alcalde del Albaicín’, Juan García Montero, y el concejal de Servicios Sociales, Fernando Egea, anunciaron que en primavera la mudanza estaría terminada y se ubicaría en uno de los edificios de la antigua escuela de Magisterio del Ave María, en la carretera de Murcia. Informaron entonces que «probablemente estaría en Semana Santa».

Era entonces invierno. Pasó la primavera, ha llegado el verano y se ha anunciado que no estará realizado el traslado hasta otoño. Estas cuatro estaciones sin Vivaldi no hacen sino enredar lo que fue presentado y entendido como un éxito, y que ha abierto la puerta a toda una batería de críticas de la oposición, tanto del grupo socialista como del de Izquierda Unida.

LAS CAUSAS DE UN RETRASO

¿Cómo es posible acumular en siete meses cinco de retraso? Según informó el concejal Fernando Egea y ratificó la de Urbanismo, Isabel Nieto, los casi 40.000 euros consignados «se emplearán en construir un segundo aseo, una rampa de acceso al edificio y en mover los tabiques que separan las distintas estancias para que sean independientes, así como ensanchar las puertas para adaptarlas a las normas de accesibilidad.

El plazo de ejecución de estas obras es de un mes». Las declaraciones son del mes de mayo y está claro que nunca pisaron el lugar elegido como nueva sede de los servicios sociales y que la reforma tampoco estaba concebida.

Resulta que se trata de un edificio anexo a la antigua escuela de Magisterio, que dispone de entrada propia desde la carretera de Murcia. Según informan desde las propias Escuelas del Ave María, «en este edificio se iba a ubicar la dirección del Patronato del Ave María, por lo que se rehabilitó completamente en noviembre de 2013». En efecto, la rehabilitación está terminada.

Hay tarimas de madera, huele casi todavía a pintura y, en efecto, todavía no se han realizado las obras que mencionaron tanto Fernando Egea como Isabel Nieto.

LA VERSIÓN DEL GOBIERNO MUNICIPAL

El propio Fernando Egea reconoce que «solo falta una rampa y un cuarto de baño». La oposición critica que faltan, también, todos los permisos, la firma del contrato de arrendamiento y, como ya denunció en el pleno municipal celebrado en el mes de mayo, «transparencia y claridad en las decisiones», aprecia la edil socialista Jemi Sánchez.

En efecto, hace dos meses, la propia delegación de Salud y Servicios Sociales de la Junta en Granada, que dirige Higinio Almagro, aseguró que «No nos consta la solicitud del permiso correspondiente en ninguna parte» y el concejal Fernando Egea respondió que «todo está en marcha».

La pasada semana, se le volvió a requerir información sobre el estado de la solicitud de los permisos para poder comenzar las obras y Fernando Egea respondió que «el retraso se debe a trámites y más trámites administrativos, aunque ya están vencidos todos».

La cuestión ahora es que las instalaciones del Ave María cierran en verano «y no abrimos ya hasta septiembre·, confirmaban ayer. Esto implica que si en septiembre se consiguen los permisos se empezaría a trabajar con las obligadas adaptaciones en octubre para terminarlas el mes siguiente:noviembre. Es decir, otoño.

LAS CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN

La concejala Jemi Sánchez recuerda que «en el grupo municipal socialista llevamos tres años y medio pidiendo explicaciones con preguntas, mociones y denuncias públicas, que en ningún caso han sido atendidas por parte del concejal».

Añade que «esta solución a medias que plantea Fernando Egea con el Ave María, además de costar dinero a los granadinos, tampoco cumple con los espacios mínimos exigidos para un centro de estas características».

 

 

Los usuarios soliviantados del Albaicín

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El Centro Cívico del Albaicín en la plaza Aliatar se ha adaptado a la normativa y ha eliminado las barreras arquitectónicas. La noticia es para aplaudirla pero resulta que ha soliviantado a los usuarios. Un centenar de ellos ha firmado una carta de protesta.

Las dos caras de la moneda, de la misma moneda, ofrecen dos versiones diferentes.

Una de ellas dice: 

«Antes de la obra mencionada, existía una rampa de acceso al centro para sillas de ruedas, a través de la cual podían acceder los dos discapacitados físicos que residen en el barrio. Igualmente, el acceso al mostrador no tenía escalones».

«Actualmente los discapacitados tienen que coger el ascensor, situado a la izquierda, para subir los dos escalones nuevos y dar la vuelta hasta llegar al lado opuesto, donde está situado el mostrador. El cual, tras la obra, ha quedado a una altura de 76 absurdos centímetros».
«Como ciudadanos y vecinos del Albaicín tenemos derecho de saber por qué se ha realizado esta obra tan nefasta, costosa y poco útil, cuando hay prioridades mucho mayores en un barrio que está arriesgando perder el Patrimonio de la Humanidad dada la situación de deterioro grave que sufre».«El coste de la obra ha sido superior a 41.000 euros y los trabajos han durado unos 17 días». Y se preguntan «¿Por qué este malgasto de dinero público (nuestro dinero) en tiempos de crisis? ¿Por qué no se ha invertido en cosas más necesarias y urgentes?». En la carta sugieren,por ejemplo, «arreglar las calles para evitar accidentes de nuestros vecinos mayores, la limpieza de los graffitis ilegales, casas en ruinas con ratas incluidas, falta de mobiliario urbano, como bancos para sentarse nuestros mayores o falta de zonas verdes».

La otra cara argumenta: 

«Son unas obras que se ajustan a rajatabla a la legalidad vigente y que se hacen porque obliga la Junta de Andalucía a cumplir la normativa autonómica».
«Están consensuadas con el órgano pertinente, que es el el Consejo Municipal de Personas con Discapacidad, «que es el órgano máximo de participación democrática de las entidades y asociaciones dedicadas a la atención de personas con discapacidad en Granada».
«Son los técnicos de la comisión de accesibilidad, con los propios minusválidos,  los que deciden las obras de adaptación y de eliminación de barreras arquitectónicas que se van a acometer cada año».
La conclusión:
El Albaicín necesita generar consensos a una velocidad sideral.
CRÉDITOS:
La foto, de González Molero