Buenas noticias en la vieja judería. El corazón del barrio, el Campo del Príncipe, renace de sus cenizas tras unos años en los que estuvo de capa caída, afectado por una conjunción de problemas de todo tipo (saturación de terrazas en la ciudad, falta de aparcamiento en el barrio (ya solucionado con el del Ave María de la calle Molinos), desaparición de locales míticos, la consabida crisis…), y se convierte de nuevo en el motor de la vida del barrio greñúo, que recupera el pulso comercial y se llena también de ofertas de ocio cultural, con cuatro espacios claves: el Teatro Alhambra, la Corrala de Santiago, la sala El Apeadero y el café Momo.
Vuelven, además, a pasar cosas. Un buen ejemplo es el mercado de artesanía y diseño ‘Made in Granada’, que en su segunda edición veraniega, el pasado jueves, tuvo un horario poco habitual. Los trabajos de 24 jóvenes diseñadores y creadores pudieron disfrutarse en horario nocturno, hasta la medianoche. La asociación ‘Entretanto creando’, organizadora del evento, con el Ayuntamiento de Granada, quiso celebrar de esta forma el primer año de existencia del mercado.
Se trataba de un evento cultural que se celebra habitualmente el tercer domingo de cada mes en horario de mañana. En su edición veraniega participaron hace dos jueves, entre otros, Lola y punto; Washi Washa; La Retalera; Fábrika Pí; Marta Ruiz, Québonikas, Dsorde, y Despeinada. En su primer año de vida han expuesto sus trabajos 80 creadores diferentes y ha contado con la asistencia de 3.000 personas.
Piedad Cardenete, la presidenta de la asociación de vecinos del Realejo, certifica que «el barrio está mucho mejor. Hubo un periodo de aburrimiento y de poca gente, pero va tomando vidilla y más que va a tomar, porque el 15 de octubre empezará a funcionar la Escuela de Arquitectura».
«Acabamos de reunirnos con el rector y confirma que traerá muchos alumnos, hasta 1.800, más los profesores, lo que va a traer al barrio consecuencias estupendas. Que se va a animar mucho la cosa». Manolo, del bar Rossini, lo deja cristalino:«Menudo regalo nos ha hecho la Universidad de Granada con la Escuela de Arquitectura».
CRÉDITOS
Fotografía de Alfredo Aguilar