La mujer del tendero que al defenderse de un atraco mató al ladrón gritó para pedir auxilio. Doce horas antes también había gritado porque le estaban robando
El suceso ocurrido ayer sábado por la mañana en la calle Santa Clara del Zaidín es triste y desvela que nuestra sociedad continúa en construcción. Un trabajo que nos obliga a todos.
Los hechos siguen en principio un esquema clásico. Dos personas entran en una tienda con armas blancas y buscan el robo. El comerciante se defiende y uno de los atracadores muere. El tendero le ha quitado el cuchillo con que le amenazaba y en la trifulca se lo ha clavado.
El otro atracador reacciona. Le da un botellazo al tendero en la cabeza y huye con la caja registradora.
Entre estos dos hechos, como no dejaban de contar ayer por la mañana en el lugar de los hechos los vecinos, de esta tienda han salido gritos cada doce horas. Y siempre ha sido la mujer del tendero quien ha salido de esta tienda gritando, confirman.
El primer grito ocurre a las nueve de la noche del viernes. La mujer está a cargo de la tienda con su bebé y unos jóvenes le roban. Los vecinos aseguran que ella salió de la tienda gritando mientras los jóvenes corrían con botellas en la mano.
Doce horas después, a las nueve de la mañana del sábado. Esta misma mujer vuelve a salir gritando. Vuelve a pedir auxilio. Su marido, completamente ensangrentado por el botellazo en la cabeza, se encuentra desorientado por los acontecimientos. Un cadáver yace en el suelo de su bazar, de su tienda de alimentación.
Todo lo malo que puede producir esta sociedad está reflejado en estas doce horas en una tienda de una calle de un barrio de Granada.
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-La fotografía es de González Molero
-El vídeo es justo después del suceso, ante la tienda en la calle Santa Clara