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Ahí están. Jóvenes, chulos, vestidos de negro, artistazos, radiantes, poseídos, embriagados, pensativos, adoptando exactamente la misma postura, piernas entreabiertas y las manos reposando en los muslos, sabiéndose fotografiados en el lugar que buscaban desde hacía tiempo. Hoy, que ha fallecido Leonard Cohen, se apaga una voz que susurraba a Lorca y le conmovía. Era el poeta que desde el ronquido y la intelectualidad transmitía una voz de esperanza, un último vals o simplemente un buen momento, unas palabras bellas, comprometidas, tímidas, de simple amor. La fotografía fue publicada en el periódido IDEAL y es de 1986, de Charo Valenzuela. La imagen inferior es de Juan Jesús García y tan solo tiene dos años menos. Es de 1984. En el mismo exacto sitio de otro tipo que también es poeta pero que llega a Granada, la Alhambra y a Lorca desde el lado salvaje de la juventud y el punk. Se llama Joe Strummer. Ambos, fallecidos, lorquianos y músicos, mitos de un Lorca & Alhambra Sound que marca las raíces, el magnetismo de una ciudad única, inabarcable. Mágica.

De Leonard Cohen, lo cuenta Eduardo Tébar: «Cohen le pone el nombre de Lorca a su hija. En 1986, cuando se produce la feliz visita a la capital nazarí, el artista peina canas y exhibe algún pliegue en el rostro. Aterriza un Cohen en fase de reinvención. En el rutilante cancionero destaca ‘Take this waltz’, adaptación del ‘Pequeño vals vienés’ de Lorca. El tema aparece por primera vez en el álbum colectivo ‘Poetas en Nueva York’. Su lanzamiento homenajea al creador de ‘Bodas de sangre’ en el 50 aniversario de su asesinato. Por el trabajo desfilan figuras dispares del panorama español e internacional. Desde George Moustaki hasta Lluís Llach. Desde Chico Buarque o Donovan hasta Paco de Lucía o Patxi Andión. Una pintura de Eduardo Úrculo en la portada. Texto ilustrador de Ian Gibson. Y la intervención estelar de Cohen».

De Joe Strummer, contado por el inolvidable Jesús Arias: “Su primer contacto con su poesía fue a través de los discos vinilos de Paco Ibáñez que las hermanas Romero habían traído a Londres desde Málaga. En concreto el disco de Lorca y Góngora -con dibujo de Dalí en contraportada- y el directo de Olympia de Paris”, cuenta Richard Dudanski, amigo de Joe Strummer y batería de 101’ers, la primera banda de un joven John Graham Mellor. Era la época de los squats londinenses y su relación amorosa con Palmolive, Paloma Romero, una joven andaluza que acabaría siendo batería de The Slits y The Raincoats.

La admiración se transformó en versos de homenaje que viven en canciones como Spanish Bombs (London Calling, 1979): “Me contó que la escribió en un viaje a Costa Rica y en ella dice Oh, please, leave the ventana open (Oh, por favor, dejad la ventana abierta), en clara alusión a los versos del poema Despedida de García Lorca”, explica Jesús Arias, músico, periodista y amigo granadino de Joe Strummer. Esa misma admiración lo llevaría a querer encontrar el cuerpo del poeta de Fuente Vaqueros en una de sus múltiples escapadas a Granada: “Me recogió en un coche enorme que había comprado gracias al dinero que le prestó Santiago Auserón y fuimos hasta Viznar. Allí quiso que compráramos palas para desenterrar el cuerpo de Federico García Lorca, pero le quise hacer ver primero el lugar para que se diera cuenta de que aquello era imposible. Una vez allí y después de la profunda emoción que sintió al verlo me hizo prometer que escribiríamos una canción juntos y que algún día iríamos allí todos los amigos y tocaríamos”, cuenta Arias, que aún tiene grabada una de las frases que Strummer le susurró cerca del lugar donde está enterrado Lorca: ‘Aún puedo escuchar el grito de los muertos'».