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Realejo: Una pilona en el camino

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Jaime vive en el Realejo. Aquella tarde se encontraba en su casa al cuidado de su bebé de apenas un año, el tercero de su matrimonio. Su mujer se dirigía con sus otros dos hijos, de siete y de cuatro años, a una cena con unos amigos de una organización scout. Hasta aquí, todo sucedía con una completa normalidad.

La mamá y sus dos hijos transitaban por la calle Santiago, paralela a la calle Molinos, y de repente el niño pequeño, de cuatro años, se vino al suelo en un santiamén. «El niño, que para eso es un niño, iba haciendo «el cabra», canturreando y pegando sus saltos. Pero dentro de lo normal, sin salirse de la acera y bajo la estricta vigilancia materna», cuenta ahora el papá.

Guillermo «se cayó y perdió el conocimiento tras pegar el calamonazo contra el suelo. Fue un largo minuto. Se generó un corrillo de gente, todos muy preocupados, y la situación fue muy dramática porque el niño no reaccionaba. Gracias a dios, mientras llegó la ambulancia el niño empezó a reaccionar», recuerda aliviado el padre.
La ambulancia trasladó al pequeño rápidamente a Urgencias del Hospital Materno Infantil. «Le hicieron las pruebas de rigor, más que nada, unas maniobras de movimientos para descartar lesiones… y lo mandaron a las dos horas de estar en observación para casa». Ciertamente, reconoce ahora el papá, «no fue nada, pero imagínate el susto que nos llevamos y ?sobre todo?, la madre, que lo vivió en directo. Yo estaba en casa con el otro bebé, así que no supe nada hasta que me llamó por teléfono. A partir de este momento y hasta que Guillermo estuvo en casa tras su paso por el hospital, fueron unas horas muy pero que muy tensas», reconoce.

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La cosa quedó ahí. «Y yo daba por hecho que el niño había tropezado con un pivote de los de la calle, los más normales que se ponen para que los coches no se monten en las aceras». Pero no. «A la semana siguiente íbamos otra vez por la calle Santiago y mi mujer me dijo «aquí es donde tropezó Guillermo». ¡Y me encontré con un pivote en medio de la acera de la calle Santiago! Pensé que había que haberlo denunciado sobre la marcha, pero bastante que tuvimos entonces con el susto».

Así, «en cuanto vi que estaba el pivote en medio de la calle lo que hice fue llamar a la Policía Local. Me atendieron estupendamente por teléfono. Tomaron nota y a los diez minutos me devolvió la llamada. Y me dijo «estoy viendo por Google Maps lo que me está contando, y me dijo, palabras textuales, esto no me lo explico cómo está ahí puesto. No tiene ni pies ni cabeza. Está puesto ahí de forma inexplicable». Este padre pensaba presentar una reclamación formal, «pero parece ser que el tema era tan sangrante que la Policía Local dio parte y se solucionó de inmediato».

Se da la circunstancia que este pivote en el medio de la acera de la calle Santiago «protege» el portón que da acceso a la Cofradía del Señor de la Humildad.

Las denuncias vecinales alertan de la proliferación de los encuentros sexuales al aire libre en la Vega

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El ‘cruising’ es un término inglés que define la actividad de buscar sexo en lugares públicos, como parques, playas o descampa- dos, principalmente referido a los varones homosexuales. Se popularizó en 1980 gracias a una película protagonizada por Al Pacino.

Es un filme policíaco estadounidense donde un detective de policía, Steve Burns (Al Pacino), se infiltra en el ambiente gay de la ciudad de Nueva York para atrapar a un asesino en serie que mata a homosexuales, tras practicar juegos sexuales sado-masoquistas con ellos.

El asesino contacta con sus víctimas en lugares habituales de encuentro sexual, por lo que Steve Burns recibe el encargo de sus superiores de infiltrarse en el sórdido ambiente leather homosexual neoyorquino, donde debe aprender los códigos de conducta que rigen este tipo de garitos para pasar desapercibido y así conseguir información que le lleve a descubrir al responsable de los asesinatos. Durante la investigación, influido por este nuevo mundo, se distancia de su novia.

De la gran pantalla en 1980 a Internet y las redes sociales a partir del año 2000, los buscadores devuelven un montón de resultados cuando se juntan las palabras ‘cruising’ y Granada. Aparecen desde una página monotemática en Facebook hasta un mapa de lugares recomendados o un foro donde la gente recomienda lugares o, del tirón se citan para practicar sus encuentros sexuales al aire libre en la Vega de Granada.

Esta práctica ha sido ahora denunciada por los vecinos, los paseantes y los deportistas y ha llegado hasta la junta municipal del distrito de Ronda, a la que pertenece el sendero que va desde El Camino de las Vacas a la fábrica de la Puleva.

La concejala del grupo municipal socialista, Raquel Ruz, registró la primera denuncia hace ya dos meses. Según sus propias palabras, «los vecinos y paseantes nos confirman que hay numerosos hombres que escogen esta zona de la Vega para tener sus encuentros sexuales, que practican al aire libre y a la vista de cualquiera que pase por el lugar».

Según la concejala, «critican la falta de seguridad que implica, ya que en algún caso ha habido alguna pa- labra más alta que otra, y el exceso de exhibicionismo por parte de estas personas».

La junta de distrito Ronda, que presidente el concejal del equipo de gobierno Juan Antonio Mérida trató este tema dos semanas en su cita de octubre. En el informe del presidente el subinspector de la Policía Local informó que se habían hecho eco de las quejas y que «los agentes habían empezado a patrullar con especial atención la zona».

La concejala socialista respondió que no le constaba y el subinspector respondió razonadamente que «se trataba de patrullas de paisano».

Preguntada por este periódico, la edil de Seguridad Ciudadana, Telesfora Ruiz, solicita que se denuncien para que las patrullas policiales puedan aplicar la Ordenanza de la Convivencia y garantizar la seguridad en la zona.

 

Albaicín: Un circuito de descenso extremo en bici

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La junta municipal de distrito del Albaicín se celebró la semana pasada en el barrio de Haza Grande. Este distrito incluye  las asociaciones del histórico barrio del Albaicín, del Bajo Albaicín, del Sacromonte, de Haza Grande y El Fargue. Hay que destacar que aunque ya no son unas sesiones masivas, como ocurrió hace dos años con motivo de la peatonalización de la Carrera del Darro y del Paseo de los Tristes, siguen siendo unas sesiones larguísimas.

Hubo de todo un poco y destacaron las intervenciones que oscilaron entre los atascos que ocurren a diario en la calle San Juan de los Reyes o los problemas que hay porque “el barrio se ha transformado en un circuito de descenso de bicicletas”.

En el primer caso expusieron como pruebas que “los vecinos nos hemos llegado a organizar porque las señales luminosas de entrada a Los Tristes no funcionan y entonces entran los turistas y no pueden pasar por San Juan de los Reyes. Entonces ya estamos hasta el gorro y les ayudamos a pasar, porque, eso sí, ya no damos marcha atrás, porque hay cinco atascos al día que se prolongan durante media hora”.

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En el segundo caso expusieron unos vídeos que pueden verse en YouTube en el que se ve a un ciclista con una cama estilo ‘go pro’ en su casco que grabna un descenso extremo desde San Miguel Alto en el que los vecinos aprecian claramente “peligro para las personas mayores y los niños por la velocidad que toma”. (Este vídeo acaba de ser borrado por el usuario, informa YouTube).

Los vecinos exigieron al presidente de la junta de distrito, el concejal Juan García Montero, que tomara medidas para solucionar ambos casos.

Desde la página web de la Asociación de Vecinos dl Bajo Albaicín, se informa que «En reiteradas ocasiones venimos denunciando la presencia de ciclistas que utilizan las estrechas y empinadas calles del Albayzín para realizar unos descensos que ponen en grave riesgo a las personas, muchas mayores o niños, que transitan por las calles peatonales del barrio sin ser conscientes de que en recodo puede aparecer una bicicleta a toda velocidad».

Hemos encontrado este vídeo (el que acaba de ser grabado por el propio usuario), grabado por uno de los participantes, donde se puede ver el riesgo de niños, personas mayores, grupos, pero especialmente las calles tortuosas y estrechas donde no son vistos, ni ellos ven a las personas que pueden pasar en ese momento.

Sin embargo, hay un buen puñado de vídeos de descensos en bici por el barrio del Albaicín, en una modalidad que en inglés se denomina ‘Down Hill’ que quiere decir ‘Colina Abajo’. He aquí unos cuantos ejemplos.

MÁS INFORMACIÓN
-Página web de la Asociación de Vecinos del Bajo Albaicín (Link al sitio web)