Una década de polémicas por la escultura de López Burgos en homenaje al fundador de la Falange termina con la colocación esta mañana de otra estatua del mismo autor: un ‘Homenaje a la Infancia’ titulado ‘Soledad’. No ha habido acto oficial alguno.
Recordemos. 2013. Un profuso grupo de catorce políticos se meten dentro de una rotonda para sacarse la fotografía de la inauguración de una rotonda. Ocurre un 15 de octubre del año pasado en la localidad granadina de Alhendín.
Susana Díaz , apenas un mes después, en noviembre de 2013, es elegida en el Palacio de Congresos nueva secretaria general del PSOE-A. Políticos y militantes ma-tan por inmortalizarse junto a ella.
Estos dos ejemplos sirven para reflejar el furor que existe por ‘salir en la foto’, concepto político un tanto desnortado para el ciudadano de a pie que anda más pensando en colocar a los hijos o colocarse o, también, en pagar la hipoteca.
La sorpresa saltará esta misma mañana de agosto, día 2 de agosto, cuando Granada se desperaza con este ‘Homenaje a la Infancia’ en completa ‘Soledad’.
A las once de la mañana brillaba el sol sobre la estatua y nadie la contemplaba. Ayer nadie había anunciado oficialmente su solución. Tan solo el miércoles de esta semana un camión con grúa y volquete retiraba la escultura en homenaje a José Antonio Primo de Rivera y, en rueda de prensa y a preguntas de los periodistas, el alcalde en funciones, Juan Antonio Mérida, confirmaba que habían empezado los trabajos de sustitución.
Esa misma mañana, a pie de obra, dos operarios confirmaban que «por culpa del pilón de hormigón armado la nueva estatua no podrá ser colocada hasta el viernes o el lunes». La virtud está en el Justo Medio que es la Templanza, que nos enseña Aristóteles, no fue ni en viernes ni en lunes pero sí este sábado, sin pompa, boato. Sin fanfarria o cintas. Sin políticos y también sin fotos.
Queda recordar a Wittgenstein y su Tractatus logico-philosophicus, donde deja escrito el filósofo que «lo que no se nombra no existe». Y es entonces cuando uno se para a pensar si no habría que dejar algo para que la Memoria Histórica no se convierta en Desmemoria Histórica cuando de prepente, como quien no quiere la cosa, paseando por las Pasiegas hacia la calle Oficios, ahí en los muros de piedra colosales, al levantar la cabeza, uno se encuentra de morros con la respuesta a su cuita: