Gorrillas

Los gorrillas han encontrado en el nuevo acceso a la Alhambra un suculento negocio. Así lo denuncia la asociación de vecinos del Barranco del Abogado, que ve a diario a una cuadrilla completa de aparcacoches que se turna para aparcar coches de turistas despistados que buscan el acceso al aparcamiento del Generalife.

Los problemas sin variados porque, en primer lugar, en el Secanillo Alto, que es como se llama este paraje, está prohibido aparcar. Además, denuncian los vecinos que los gorrillas «nos amenazan, porque logran sacarse todo un señor sueldo».

Por su parte, la Policía Local continuamente les pide la documentación y les retira el dinero, según indica la ordenanza.

Al final, queda como siempre un problema que resolver porque, cada mañana, los aparcacohes vuelven.