La escena es un clásico del Séptimo Arte y sirve para explicar lo que sucedió ayer en el Albaicín. Someramente, Torres Hurtado se plantó en el Arco de las Pesas y propuso poner cámaras de videovigilancia para evitar las pintadas (lee en este link la info de M. V. Cobo).
La instalación de este tipo de videovigilancia en espacios públicos tiene que ser autorizada por el TSJA. La propuesta, viva la Hemeroteca de IDEAL, tampoco es nueva. Ya se le ocurrió hacer lo mismo en el centro en 2008, pero para evitar los robos. El TSJA le respondió más o menos que también podía servir para evitar el deterioro del patrimonio y le dejó la puerta abierta. Pero nada ocurrió.
Un paseo por el barrio del Albaicín sirve para tomar el pulso a la medida en boca y sangre de sus vecinos, quienes certifican que les da igual «que las pongan, que no las pongan o que las dejen de poner, porque no va a servir para ná».
Igualmente, otros vecinos sostienen que «lo que pretenden es matar dos pájaros de un tiro y tenerlos controlados». Algo que no les gusta nada. Sí es verdad, que otros dicen que si sirve para evitar los robos, los tirones y las pintadas, «pues que bienvenido será».
En cualquier caso, el sentir y el dato cierto es que el Albaicín sigue abandonado por las instituciones y que nadie se explica cómo esto es posible.
Quizá, y solo quizá, la próxima vez que pillen in fraganti a un pinturitas de estos haciendo pintadas de las suyas, puedan emplearse a fondo con él cual decurión romano y obligarle a escribir cien veces por todo el Albaicín algo así como «No volveré a ensuciar con pintadas el Albaicín», con el resultado clásico que todos conocemos de la película La vida de Brian. Tiene pintas de que va a ser más efectivo.
DEBATE
¿Qué harías tú para evitar la plaga de las pintadas en el Albaicín y en Granada?