Anarquistas, mascotas y zombies se citaron este viernes para protestar en la Plaza del Carmen de Granada. Una protesta sindical, otra por la ordenanza de los animales de compañía, y una tercera de los vecinos de Santa Adela, que caldearon la celebración del pleno del Ayuntamiento.

Más allá de las protestas, me quedo con tres personas cuyos rostros, sus caras, reflejan las enfermedades de esta sociedad. También sus mejores valores.

Zombi

La vecina de Santa Adela
Maquillada cual zombi, es perseverante, inasequible al desaliento, machacadora cual martillo pilón pom-pom-pom, conseguirá su propósito aunque sea lo último que haga. La conozco desde hace dos años. Cada junta municipal de distrito del Zaidín se presenta junto a sus comadres y compinches ataviados con toda su dignidad, que es mucha y de primera calidad. Sus caras son adustas, inconformistas, resignadas. La mirada de sus ojos glaucos, fría. Tan solo una chispa anida al final de las cuencas desilusiandas. Me recuerdan a los soldados del siglo antiguo de los Tercios Viejos, que narra Arturo Pérez Reverte, desencatados de todo menos de su fiereza. De sus valores inamovibles. «Esto es un Tercio, Señoría, aquí no se rinde ni Dios«. Exacto, de Rocroi a Santa Adela, la imagen de esta zombi divertida en un fin de semana cualquiera no se va a rendir. Never.

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La amante de las mascotas
Mírala. Ojos oscuros. Raya negra terminada en un pico a lo Amy Winehouse. Pelo negro y el contrapunto de unos mitones de leopardo. Uñas esmaltadas en rojo. Fashion hasta el final con un caniche con chubasquero. Destaca la sonrisa y la decisión de embozarse a lo loco. Tiene algo de mascarada en plan Hannibal Lecter pero el impacto queda distinguido y cierto.

Se puede pensar que la defensa de las libertades individuales empieza precisamente por los animales, sin frivolizar demasiado y, por supuesto, por el domicilio particular, donde uno manda y se enseñorea decidiendo lo que sus entendederas le dé por pensar.

Vic tor OK

Víctor, de corazón
Hoy me has encogido el corazón, Víctor. Yo, que soy padre, marido y tengo hipoteca y gastos, trabajo con toda la honradez que me enseñaron mis padres y en el colegio. Vivo de lo que aprendí en la vida y en la Universidad y voy con la cabeza alta y duermo tranquilo por la noche. Cuando hoy te he visto acuclillado ante la puerta del Ayuntamiento y he conocido la historia me he rebelado contra mí mismo.

Una vez conocida tu historia, 16 años currando en una empresa que te ha despedido por pedirle que te paguen los cinco meses que te deben, he buscado el detalle que me quitara la razón. La consecuencia ha sido devastadora, cuando habeis terminado la protesta, el propio cabo de guardia de la Policía Local te ha estrechado la mano, con firmeza y con cariño. Sus palabras han sido: «¿Estás más tranquilo Víctor? Todo va a salir bien. Todos queremos que salga bien». De corazón, Víctor, que todo salga bien.

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-Esta crónica tiene fotos y vídeos de la mañana de este viernes:
Anarquistas, mascotas y zombies se citan para protestar en la Plaza del Carmen
Las imágenes son de González Molero