Hoy ha fallecido Ben Bradlee, una persona que tuve el honor de no conocer en persona pero que seguí desde que supe que era el director del diario local más importante del mundo, The Washington Post. El periódico que obligó a un presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, a dimitir por el ‘caso Watergate’. 

Para uno que desde pequeño, que yo recuerde, siempre quise ser periodista, estaba ante un tipo que en la práctica tenía los mismos superpoderes que cualquier mutante de la Patrulla X. Así que, como buen aprendiz, le seguí la pista.

Fui feliz cuando Katharine Graham, editora de The Washington Post, publicó sus memorias en 1998: ‘Una historia personal’. Recibió el Premio Pulitzer por su autobiografía, por cierto. Allí tenía más pistas para conocer a mi periodista mutante favorito.

No cupe en mí de gozo cuando en el año 2000 Ben Bradlee publicó sus memorias. Se titulan ‘A good life’, y rápidamente, esta frase, se convirtió en el mantra que guiaría mi vida: ser periodista y tener una buena vida, entendida como una carrera de compromiso, un compromiso con la verdad, como escriben hoy sus colegas en su propio diario.
Es hoy cuando he rebuscado en mi biblioteca y he encontrado sus memorias, junto a las de la Señora Graham y el libro mítico que con las firmas de Carl Berstein & Bon Woodward se titula ‘El Escándalo Watergate’.
Abro sus páginas y encuentro frases, párrafos, páginas enteras subrayadas y decido escribir este artículo, ‘Ben Bradlee por Ben Bradlee’, sabedor de que nadie mejor que él podrá escribir sobre él mismo. Y, en efecto, tan solo por esta vez, tengo razón.

Página 360: «Me apuesto lo que sea a que cuando me muera, mi obituario dirá algo de que el Washington Post ganó dieciocho premios Pulitzer durante el tiempo en que Bradlee fue director. Será, por supuesto, una bobada, por diferentes motivos. Primero porque, como baluarte de la excelencia, los premios Pulitzer son sospechosos y están sobrevalorados (…) Desde luego, es mejor ganarlos que perderlos, pero sólo porque a los redactores y editores les encanta. Según mi experiencia, la mitad de los participantes mejores no son los que ganan los premios».

Tiene razón Ben Bradlee, hoy mismo, el Washington Post, en su noticia de apertura en la web, en el octavo párrafo, menciona los premios Pulitzer: «During his tenure, a paper that had previously won just four Pulitzer Prizes, only one of which was for reporting, won 17 more, including the Public Service award for the Watergate coverage».

Visto este detalle, creo que nadie mejor que Ben Bradlee para explicaros quién es uno de los grandes periodistas del siglo XX.

Página 87: «Desde el primer momento de mi vida en la Marina había ido aprendiendo, día a dçia, la lección tal vez más importante de toda mi vida: lo mejor que se puede hacer es rodearse de la mejor gente posible y escucharla».

Página 88: «El 6 de agosto se había lanzado una bomba atómica sobre Hiroshima. Ninguno de mis nuevos compañeros tenía la más mínima noción sobre energía atómica, mucho menos sobre bombas atómicas. Encontré una vieja colección de la Enciclopedia Británica y me ofrecí voluntario para investigar el asunto y escribir un pequeño informe destinado a la tripulación. Sin saber nada, sentíamos que aquel acontecimiento iba a rivalizar en importancia en nuestro inmediato futuro con el 7 de diciembre de 1941 (Ataque a Pearl Harbour). 
-¿Fue aquella la primera vez que escribí sobre algo sin tener ni idea sobre la matera? ¿O fue la última?

-Espero que fuera realmente la última».


Página 275: (Sobre contratación de los mejores periodistas) «David Broder, el primer periodista de alto nivel que dejaba el Times por el Post. Le cortejé como nunca había sido cortejado, en cafés, no en restaurantes franceses caros, porque Broder era un hombre del tipo cafés: sencillo, franco, PURO OFICIO».


Página 233: «‘Cherchez la femme’ es un buen consejo que dar a los periodistas de investigación. ‘Sigue el dinero’ es otro aún mejor». Me encuentro en la Página 399 esta misma versión corregida y aumentada tras Watergate. Dice lo siguiente: «‘Busca las mentiras’, reemplazó a ‘Busca a la mujer’ o ‘Busca el dinero’ como lema periodístico». De hecho, Ben Bradlee se refería a sus periodistas como ‘los mejores detectores de mentiras’: «Mr. Bradlee called reporters “the best lie detectors,” and nothing mattered more to him than exposing the truth, even if it took a long time (Leer artículo completo).


Página 355: (Viene muy al cuento del saqueo moral que sufre en estos momentos nuestro país) «En Washington, cuando un problema estalla, los veteranos saben que la recuperación no es posible hasta que emerja lo peor, hasta que se toque fondo, ese punto a partir del cual ya no es posible que las noticias que se produzcan sean peores (Me gustaría saber que pensaría el bueno de Ben Bradlee de nuestro país en este preciso instante)».


Página 356: «Los periodistas, sea cual sea la historia que están investigando, siempre hacen listas de pistas inexploradas y de actores que aún no han sido interrogados».

Página 366: «A título personal, los redactores no son dueños de sus propias notas (y, por tanto, no pueden mostrarlas en respuesta a una citación); es el dueño del periódico el propietario de las mismas, como lo es de otros bienes del diario». Curioso ¿Verdad?

Página 414. Esta se la dedico a todos los directores para los que he trabajado, desde Miguel Larrea hasta Eduardo Peralta, y a mi amigo Ignacio Escolar: «La idea de que alguien -ya sea el presidente de los Estados Unidos, el director del FBI, un negociante, una esposa o un lector irritado- me diga lo que yo tengo que publicar en el periódico, y encima en portada, me resulta inconcebible».

Página 425: «Decimos que publicamos la verdad. Hemos convencido a nuestros lectores de que tienen que esperar la verdad de nosotros».

Página 432: «La verdad es la mejor de las defensa y toda la verdad es todavía mejor».

                            

Página 435: (Sobre el reportaje falso ‘El mundo de Jimmy’) «Quedaba al descubierto la yugular del Periodismo, la fe que el director debe tener en un periodista».

Página 442: «Cuidado con las historias que, por cualquier razón, te gustaría que fuesen ciertas (…) Verifica (…) Y después comprúebalas de nuevo».

Conclusión, como ya me enseñó mi viejo redactor jefe: «Si tu madre dice que te quiere, vas y lo compruebas».

Gracias por todo, Ben Bradlee. 
MÁS INFORMACIÓN

-Lee en el diario El País:
«El fundamento del periodismo es buscar la verdad y contarla»
ENTREVISTA:BEN BRADLEE | PERIODISTA. VICEPRESIDENTE Y EX DIRECTOR DE ‘THE WASHINGTON POST’ | MAESTROS DEL PERIODISMO
21 películas y libros sobre el caso Watergate, vía @clasesdeperiodismo