El consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta, José Sánchez Maldonado, intervino este viernes en un foro promovido por CajaGranada e IDEAL, en el que diseccionó la situación económica de nuestra comunidad y dibujó los objetivos políticos del nuevo gobierno de la Junta. Su discurso fue realista y señaló que los recientes indicadores positivos, como el mínimo crecimiento, un 0,1 por 100 del Producto Interior Bruto, avanzado esta semana desde el Banco de España, por el que oficialmente se pone fin a la recesión en España, no es para lanzar las campañas al vuelo.
Reconoció con sinceridad Sánchez Maldonado la grave situación que provoca el desempleo en nuestra región. «Tengo un millón y medio de problemas», dijo al referirse al número de parados existentes en Andalucía, a la vista de los datos de la Encuesta de la Población Activa (EPA), conocidos el día anterior. Sin duda es el gran sufrimiento provocado en esta crisis que nos afecta a todos. Lo malo es que empieza a circular, especialmente en algunos ámbitos políticos, la idea de que tendremos que convivir con unas elevadas cifras de paro estructural, aunque seamos capaces de lograr crecimientos y la situación sea más favorable.
Me niego a aceptarlo. ¿Cómo va a mejorar este país con tasas de paro tan elevadas? No hay que resignarse ni dar la batalla por pérdida. Quienes tienen en su mano responsabilidades públicas deben marcarse como primer objetivo la consecución de empleo. De acuerdo con Sánchez Maldonado en que hay que desterrar las subvenciones, pero hay fórmulas para estimular y fomentar la creación de puestos de trabajo, de manera objetiva y controlada, así como desburocratizar la creación de empresas o el funcionamiento de los autónomos. Apuntó un plan para recapitalizar pymes, que son las que sustentan la mayor parte de contrataciones. Bienvenido sea.
No creo que la pasividad sea el mejor arma para solucionar problemas. Estos días estamos padeciendo con profundo dolor la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo sobre la retroactividad de la denominada ‘doctrina Parot’. Todo un fracaso colectivo, pero especialmente de la clase gobernante que no cambió el código penal franquista en su momento. Espero que no nos pase lo mismo ahora por no poner en marcha las suficientes iniciativas para luchar contra lo que es otra auténtica lacra. Si hace treinta años lo fue el terrorismo ahora es el paro. No nos lamentemos después. ¿No les parece?