Decía Ignacio de Loyola que no convenía hacer mudanzas en tiempos de tribulación. Pero la actualidad política española desmiente al fundador de los jesuitas, a la vista de algunas decisiones tomadas por el presidente del Gobierno, respecto a su partido. Rajoy ha decidido tomar las riendas en Génova y renovar a su equipo más cercano, con el objetivo de ganar las próximas elecciones. Las incorporaciones se caracterizan por su juventud y por gozar de capacidad de comunicación.
El propio Rajoy ha admitido que había que cambiar y mejorar, sin embargo eso de momento no parece afectar a su gabinete ministerial, quizá porque sería admitir algún tipo de fracaso o error, cuando está convencido de que ha sido un mérito sacar a este país de la crisis y salvarle del rescate. Y a menos de cinco meses como máximo de la celebración de elecciones. Es posible que en este caso el líder del PP se agarre a la máxima del soldado que llegó a santo.
Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, ha tomado también esta semana decisiones muy importantes, los nombramientos de sus consejeros. Es curioso, pero ha optado por personas con perfiles claramente distintos, fundamentalmente en cuestión de edad. Nada que ver con jóvenes prometedores sino maduros con experiencia, entre ellos dos rectores. La media del consejo de gobierno andaluz supera los 55 años, el más veterano de la historia autonómica, mientras quien lo preside es la más joven, con 40. Todo un indicador en estos nuevos tiempos de hacer política en los que la efebocracia se ha abierto paso últimamente entre los partidos emergentes.
Rajoy ha cumplido seis décadas y aparece como el único de una generación que todavía está en la carrera por el poder, con el lastre de que una gran parte de la ciudadanía le considera a él y a otros muchos de sus coetáneos culpables de los males que se padecen en este país. Contra esa impresión es difícil luchar y sobreponerse, con independencia de que la crisis le haya obligado a tomar medidas no deseadas o que al PP le hayan hecho un daño terrible los casos de corrupción.
Felipe VI ha cumplido este viernes su primer aniversario como Rey. En tan poco tiempo y a sus 47 años ha logrado revalorizar una institución tan importante como la Corona, tras la acertada y oportuna abdicación de don Juan Carlos. Juventud o madurez no son garantías excluyentes a la hora de gestionar y tomar las mejores decisiones. ¿No les parece?