Tres de los cuatro principales partidos han celebrado sus cónclaves nacionales y trabajan ya en su desarrollo territorial. Es el caso este fin de semana del Partido Popular de Andalucía, con Juanma Moreno respaldado hoy por Mariano Rajoy. Un congreso regional tranquilo, en el que los populares encaran con esperanza su futuro electoral, con el puente de plata que ofrecen a Susana Díaz para que sea secretaria general del PSOE. Gozan de posibilidades para gobernar por primera vez en esta comunidad, aunque necesitarán el apoyo de Ciudadanos.
Sería hacer realidad el sueño del que hablaba ayer Javier Arenas. Su sucesor, Moreno, se muestra tranquilo y confiado, aunque a partir de ahora tendrá que estar vigilante sobre cómo y de qué manera ejerce la oposición, mantiene su liderazgo y el poder del partido en las ocho provincias. La renovación entre los dirigentes populares puede ser parecida a la practicada por Rajoy, sobre la idea de para qué hacer cambios si las cosas van bien. No creo que se plantee problema por incompatibilidad en los cargos de presidente provincial de Córdoba o Jaén, aunque a este último le ha salido un rival con posibilidades de ganar, Miguel Moreno, alcalde de Porcuna.
También en Sevilla se espera cierta confrontación interna, mientras en Granada hay una ridícula corriente crítica y en Almería el eterno y singular Gabriel Amat seguirá mientras él así lo quiera. A pesar de su agotamiento, nadie en el PP se atreverá a pedir que lo deje.
Si en el PP las aguas están calmadas, entre los socialistas cogen alta temperatura. La batalla de las primarias se presenta a cara de perros. El resucitado Pedro Sánchez demostró ayer en Granada su músculo y poder de convocatoria, aunque hay que tener en cuenta que la partida se juega entre militantes. Veremos fuegos de artificio e interpretaciones tendenciosas para socavar al adversario, incluso juego sucio. El que la gestora socialista demuestre una escrupulosa neutralidad dará credibilidad a un proceso que debe tener la máxima transparencia. El riesgo de división o escisión es real en el PSOE.
No quiero dejar de abordar el revolcón sufrido este jueves por el Gobierno de la Nación al serle derogado un real decreto ley (sobre la estiba), cuestión que no ocurría desde 1979. El PP ha comprobado su debilidad parlamentaria. Es evidente que en esta legislatura hacen falta consensos y diálogo, después de que Ciudadanos se bajara del tren en el último minuto y cambiara su voto, quizá para reivindicarse y dar un toque de atención. No me creo que en Moncloa se empiece a pensar en un adelanto electoral, cuando está a punto de cerrar los apoyos –en esto sí ha trabajado– para lograr la aprobación de los Presupuestos.
Precisamente en el ámbito económico, hay que destacar la noticia anunciada sobre el inicio de la integración de BMN en Bankia. Lo que antaño fue Caja Granada se queda aún más diluida, en un sector en el que no han finalizado los procesos de fusión, ya que todavía perviven algunas entidades en Andalucía Oriental que por su pequeño tamaño no encajan con lo que quiere la Unión Europea. En el negocio bancario la proximidad y la implicación en el desarrollo de los entornos más cercanos es ya historia.
¿No les parece?