Toque y sonría.
O sonría y toque. O más atrevida y abiertamente, ría y abrace. Más que una sugerencia debería ser un hábito diario. Pero no una rutina mecanizada que incorporásemos como una tarea más a lo largo de la jornada, sino dos prácticas que deberíamos llevar a cabo de forma natural, sin ambages. Siendo conscientes de los…
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