Finanzas sostenibles inteligentes

Han pasado justo dos años desde que se publicó el artículo «Sustainable Financial System» en esta misma tribuna, y seis lustros desde que defendiera mi trabajo fin de máster sobre el determinante papel del «marketing verde» en las entidades financieras. En este intervalo de tiempo han sucedido muchos eventos (des la Cumbre de la Tierra en Río hasta la concreción de los objetivos de la Agenda 2030) que han marcado la dirección hacia la que gobiernos, instituciones, empresas, ciudadanos y organismos reguladores deben dirigir sus esfuerzos para garantizar la conservación del medioambiente, mejorar las condiciones de vida de los seres humanos y prevenir los efectos del cambio climático.

Uno de los sectores que primero tomaron la decisión de sumar en sus estrategias corporativas compromisos con la sociedad y el entorno natural fuer el financiero, incorporando en sus indicadores de desempeño los GRI o Global Reporting Initiative, que ya contemplaban en sus políticas de responsabilidad empresarial para los ámbitos económico, medioambiental, laboral cultural y social.

Aquellos GRI evolucionaron hacia lo que conocemos como criterios ESG, que contemplan los factores que califican a una empresa como sostenible a través de los compromisos ambiental, social y de gobernanza contraídos para el desarrollo de todos sus procesos, sin perder de vista los aspectos financieros y, en particular, los referidos al riesgo climático y sus efectos en todos los agentes de la economía. Afrontar la modificación de los hábitats naturales y su repercusión en los entornos humanos conlleva también prever las imparables e inciertas (por imposibilidad de calcular los efectos reales) consecuencias en los flujos económicos de empresas, hogares y gobiernos, y en la estabilidad financiera global. Los Ratings MSCI ESG ofrecen medidas de ESG para poder identificar riesgos y oportunidades en relación con dichos criterios, pero en la actualidad pueden no ser suficientes.

Criterios ESG | Inversión Socialmente Responsable - Iberdrola

Por ello, la Asamblea General de ONU agilizó la tramitación de la Agenda 2030 y la descripción de los objetivos para el desarrollo sostenible (ODS), con la mirada puesta en la redirección de los flujos financieros hacia un modelo de finanzas sostenibles más comprometido y con el sentido de establecer y compartir un lenguaje común para ellas a nivel global y regional, a través de sistemas unificados de clasificación o taxonomías que definen qué actividades y productos son sostenibles. Mas de 20 países y regiones de todo el mundo han desarrollado, o lo están haciendo actualmente, estas taxonomías sostenibles o verdes.

El enfoque “verde” de la industria financiera en los últimos años se ha centrado en crear productos y servicios que incorporasen ciertos principios de sostenibilidad, tanto para las fórmulas de inversión como de financiación. En las primeras, la oferta defiende la colocación de dinero en proyectos relacionados con el progreso de las condiciones sociales de la población, con la mejora de la eficiencia energética, con la recuperación de espacios naturales o con la innovación en sistemas de producción con cero emisiones de gases de efecto invernadero. En la financiación, los productos ofertados están limitados para empresas y proyectos que cumplan esas mismas condiciones para ser concedidos.

Un mayor compromiso de la industria ha sido la creación de la “Net Zero Banking Alliance (NZBA), bajo los auspicios de la ONU y la guía del Acuerdo de París sobre el Clima. La alianza de casi 350 bancos de todo el mundo supone la implicación del 54% del sector para cooperar en el propósito de financiar proyectos climáticos ambiciosos que permitan hacer la transición de la economía real a cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050. De esta forma, los Principios de Banca Responsable que en su día asumieron, se materializan en objetivos concretos a medio y largo plazo que han de ser revisados según criterios científicos y divulgados para escrutinio y seguimiento público.

En general, podemos decir que todas aquellas entidades han abordado importantes cambios estructurales y procedimentales para refrendar la transformación de la cultura corporativa hacia un modelo realmente comprometido con la sociedad y el medio ambiente. Y seguramente lo han podido hacer, además de por la voluntad real de aliarse en un programa global, por la ayuda de nuevos desarrollos tecnológicos que recientemente han sido impulsados por la Inteligencia Artificial.

LOS PRINCIPIOS DE BANCA RESPONSABLE Y LA FUNCIÓN DE COMPLIANCE

La integración de la IA en el sector financiero ha sido un catalizador para acelerar el cambio cultural y la innovación en procesos financieros. Su aplicación en el ámbito de las finanzas sostenibles está emergiendo como un campo prometedor, aportando nuevos beneficios, asumiendo desafíos y explorando el impacto potencial en la toma de decisiones responsables que conjuguen el rendimiento económico con el impacto social y ambiental.

La capacidad de la IA para analizar enormes cantidades de datos de manera rápida y precisa está desempeñando un papel fundamental en la evaluación de los riesgos ESG asociados con las inversiones, examinando la sostenibilidad de empresas y proyectos mediante el uso de algoritmos avanzados que pueden identificar patrones y tendencias y proporcionar a los inversores una visión más completa de los riesgos potenciales relacionados con aquellos factores ESG.

Cuando la ética se aplica a la toma de decisiones financieras, suele resultar complicado balancear la rentabilidad con la sostenibilidad; en este sentido, la IA puede ayudar a detectar y anticipar a futuro posibles desviaciones de los objetivos de sostenibilidad cuando se evalúan oportunidades de inversión o se plantean soluciones de financiación, garantizando el alineamiento con los principios de responsabilidad social y ambiental. De esta forma, se pueden personalizar las inversiones según las preferencias y valores individuales de cada inversor, su perfil de aversión o apetencia al riesgo y sus objetivos financieros, ofreciendo carteras que cuadran con los criterios de sostenibilidad exigidos (energías renovables, tecnologías verdes, proyectos sociales, etc) y cumpliendo con las correspondientes obligaciones de diligencia debida sostenible.

En el plano de la gobernanza, la IA permitirá mejorar la transparencia al proporcionar informes detallados sobre el desempeño ambiental y social de las entidades, de sus actividades estratégicas, de los criterios para la concesión de financiación, de sus preferencias para seleccionar opciones de inversión y de la rendición de cuentas a través de la automatización de auditorías y del seguimiento periódico del cumplimiento de indicadores de sostenibilidad.

La sostenibilidad ambiental es innegociable

A pesar de las numerosas ventajas que ofrece, la implementación de la inteligencia artificial en las finanzas sostenibles no está exenta de desafíos. La opacidad, la posible discriminación algorítmica y la falta de estándares éticos son preocupaciones que se abordarán con urgencia en la recientemente creada Oficina Europea de Inteligencia Artificial. Entre sus funciones, destacan la de desarrollar herramientas, metodologías e índices de referencia para evaluar las capacidades de los modelos de IA de uso general, en particular los modelos que incorporen posibles riesgos sistémicos; la de supervisar la ejecución y la aplicación de las normas; la de fortalecer la aplicación de normas sobre previsibles prácticas de IA prohibidas y sistemas de IA de alto riesgo, apoyándose en el intercambio de información y la colaboración entre las distintas autoridades nacionales, coordinando también la supervisión y ejecución de otras regulaciones de ámbito europeo.

A medida que la tecnología continúa avanzando, es probable que veamos un aumento exponencial en la adopción de la IA en las finanzas sostenibles, redefiniendo la forma en que se toman las decisiones financieras y contribuyendo al desarrollo de una economía más sostenible y responsable, pero que, en otro plano, desde la perspectiva de los clientes de las entidades financieras, se habrá de tener en cuenta que la “sobre dependencia” de la IA podría llevar a una débil comprensión de los procesos soportados por esta tecnología cuando se trata de tomar decisiones sobre sus posiciones financieras, al menos para la parte de la población que cuenta con menos habilidades tecnológicas y conocimientos financieros.

En este sentido, la educación financiera es algo que se quiere promover desde Europa a través del plan de competencias para adultos, pero en España se está haciendo tímidamente y no de manera igualitaria al no llegar a los sectores más desfavorecidos (también son los menos digitalizados). Por tanto, la digitalización del servicio financiero mediante IA podrá ampliar aún más la brecha por segmentos, de manera que unos sabrán gestionar sus posiciones sin dificultad y otros no llegarán a comprender cómo analizar el flujo de sus ingresos y gastos o cómo planificar el ahorro. De ahí que sea más necesaria la formación financiera y del uso de tecnologías basadas en IA.

En las finanzas sostenibles, la integración por otro lado de la IA en la propia educación financiera podrá representar una poderosa herramienta para facilitar la utilización de las aplicaciones financieras y ayudar en la toma de decisiones económicas, fomentando a su vez la concienciación en asuntos sociales y ambientales, así como la reclamación a la banca de la ejecución de acciones responsables.

Inteligencia Artificial, Data Analytics y Sostenibilidad: implicaciones  para la docencia en contabilidad y finanzas

La IA revitalizará la educación financiera personalizando la experiencia del usuario, proporcionando análisis de riesgos en el ámbito de la sostenibilidad y fomentando una toma de decisiones ética, aportando enfoques pedagógicos eficaces para promover un entendimiento profundo de las finanzas sostenibles. Podemos hablar entonces de una “educación financiera sostenible” como palanca esencial para acompañar a los usuarios menos cualificados digitalmente y para empoderar a las generaciones futuras en la toma de decisiones financieras que consideren tanto el rendimiento económico como el impacto ambiental y social.

La integración de la IA en la educación financiera sostenible ofrecerá oportunidades significativas para mejorar la accesibilidad, la personalización y relevancia de los contenidos informativos y formativos de las ofertas financieras y para orientar sobre las oportunidades de contratación de productos de inversión o de financiación con la certificación de sostenibles, adecuándose a las necesidades reales y a los niveles de conocimiento individuales. Los algoritmos de aprendizaje automático podrán evaluar el progreso de cada usuario, identificar sus áreas de debilidad y ofrecer contenidos personalizados para fortalecer la comprensión de conceptos financieros complejos que les permitan vislumbrar los impactos ambientales y sociales de diversas opciones financieras y adoptar decisiones informadas.

Mediante la presentación de casos de estudio y escenarios simulados, los usuarios explorarán dilemas éticos relacionados con las finanzas sostenibles, fomentando la toma de decisiones éticas y responsables en su futura vida financiera. Un paso más en la aplicación de la IA, en este ámbito, será mediante el desarrollo de aplicaciones interactivas y experiencias de realidad virtual que sumerjan a los usuarios en entornos financieros simulados. Estas experiencias prácticas ayudarán a vivenciar directamente los desafíos y oportunidades asociados con la toma de decisiones financieras sostenibles.

Desde la perspectiva de los organismos reguladores y de las entidades financieras, la IA podrá ofrecer un seguimiento continuo del desempeño de las personas que participen en los programas formativos, usando algoritmos de análisis para evaluar la eficacia de estos programas y para ajustarlos según las tendencias y las nuevas directivas o legislación en materia de sostenibilidad. Esto garantizará que la educación financiera sostenible se mantenga relevante y efectiva en un entorno financiero en constante evolución y ante un panorama de cambio climático cada vez más perentorio.

Aunque la IA ofrecerá oportunidades emocionantes en la educación financiera sostenible, los desafíos éticos y la necesidad de garantizar la inclusividad y equidad deben abordarse con claridad y contundencia. Es crucial garantizar que la excesiva personalización no conduzca a la creación de burbujas de información y que la tecnología se utilice para empoderar a todos los segmentos de la sociedad con nuevas capacidades para contribuir activamente a un futuro económico, social y ambientalmente sostenible.

 

José Manuel Navarro Llena

CMO MOMO Group

Articulo publicado en IT Digital Magazine de ITUser, nº 14, páginas 82-85

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