Acabo de cumplir mi 25º aniversario como arquitecto y me siento tremendamente afortunado por toda la experiencia que he acumulado durante este periodo, como consecuencia de los numerosos proyectos de arquitectura y de urbanismo en los que he tenido la suerte de intervenir. Con cada uno de ellos he crecido y madurado, pero no solo en conocimientos técnicos, sobretodo en el grado de implicación colectiva que los arquitectos tenemos que asumir para la mejor construcción de nuestras ciudades y de nuestro mundo.