«El Territorio Comprometido»
Por Almudena García Mezcua. Arquitecta
El crecimiento de los núcleos urbanos de la Alpujarra supuso una evolución de las zonas de cultivo asociadas a ellos. Así los bancales se fueron rodeando de edificaciones hasta convertirse en huertos urbanos. De ahí la clara presencia de estos espacios tan interesantes desde el punto de vista paisajístico, ya que forman parte de la imagen de un pueblo blanco con viviendas de pequeña altura, con sus “terraos” de launa y sus chimeneas, en la que sólo sobresale la iglesia, y entre medio de todo eso aparecen los árboles de los huertos, proporcionando una nota de color y viveza.
Esta imagen tan valorada, desde no hace mucho tiempo, es la que se pretende preservar. Se han protegido tanto los bienes de carácter minero-industrial, caminos y escarihuelas, yacimientos arqueológicos, acequias, núcleos de población y zonas de cultivo asociadas, bienes mixtos y torres eclesiásticas.
Unas de las determinaciones más importantes para proteger las zonas de cultivo son la prohibición de introducir invernaderos, de esta forma se intenta fomentar la forma de cultivo tradicional; la impulsión de medidas económicas para apoyar el mantenimiento de sus elementos constructivos, como pueden ser los balates, paratas y muros. Las nuevas actuaciones deben preservar las vistas paisajísticas cualificadotas del núcleo urbano.
Estas actuaciones de protección no sólo se dan en la Alpujarra; en el Albaicín ocurre una situación similar. Se protegen las edificaciones, los jardines, las calles, las iglesias,… Todo ello preserva la imagen de un conjunto que esta valorado como se merece. Pero hay que preguntarse si estas medidas deberían extenderse a otros territorios para preservar sus valías.

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5 respuestas a «Una imagen paisajística»