«EN LAS CIUDADES HACEMOS USO DE LOS RECURSOS AMBIENTALES DE UNA MANERA IRRESPONSABLE». Conclusiones del foro de la UIM

“La Ciudad Comprometida”

Hace unos días finalizó en la Red de Urbanismo y Medio Ambiente de la Unión iberoamericana de Municipalistas el foro de debate virtual titulado “Medio Ambiente y Ecología Urbana” con un gran éxito de participación e intercambio de ideas.

Casi 700 visitas y medio centenar de comentarios durante la semana en la que transcurrió el foro denotan el interés  y preocupación que estos temas despiertan en la sociedad actual. Cabe destacar el nivel de los participantes, generándose dentro de la corriente general del debate múltiples puntos de vista a considerar.

El punto de partida ha sido “¿Por qué nos parece más preocupante la situación del planeta que la de nuestro propio pueblo o ciudad?
Sin embargo, la principal causa del cambio climático global es la emisión de gases de efecto invernadero, que se producen mayoritariamente en ámbitos urbanos. ¿Somos en realidad conscientes de que la pérdida de biodiversidad y el cambio climático procede nuestra forma de habitar el planeta desde el comienzo de la revolución industrial?

Asumiendo que el 75% de la población mundial es urbana, generando una fuerte presión sobre el territorio, se han intercambiado opiniones sobre aspectos como el cambio climático y la biodiversidad, el ruido, la contaminación, el agua, el ahorro energético y las energias renovables, la movilidad sostenible….y todos aquellos aspectos sobre medioambiente urbano en sentido general, pero profundizando en todas aquellas cuestiones que a todos nos preocupan.

 

De las aportaciones de los foreros podemos destacar algunas de las conclusiones que se pueden extraer de esta experiencia virtual.

El ambiente urbano se ha considerado tradicionalmente como el medio más equilibrado y perfecto desde el punto de vista ambiental, alejado de las imperfecciones de la Naturaleza, y sobre todo, donde se controlan sus desmanes, sus manifestaciones más catastróficas. Esta visión antropocéntrica, en la que el ser humano es dueño y señor de todos sus avatares, se ha demostrado que no sólo es falsa, sino incluso contradictoria. Deberíamos apostar para el futuro una vía ecléctica, en la que se conjuguen las ventajas de un hábitat concentrado, de calidad y bienestar, con los innumerables beneficios que suponen una vida acorde con el aprovechamiento, la preservación y el disfrute generalizado del medio ambiente.

Respecto a la contaminación urbana, se consensuó que la misma  repercute seriamente sobre nuestra salud afectando, no solo a las vías respiratorias sino también a nuestro sistema inmunológico. Parece que cada día hay más alérgicos en los entornos urbanos precisamente por esta causa, constituyendo  una importante pérdida de calidad de vida.

Y en este aspecto de la polución en ámbitos urbanos tiene su origen sobre todo en el tráfico urbano. La mayoría de los especialistas coinciden que hay que disminuir la proporción de viajes en vehículo privado en favor del transporte público, y dentro de este apostar por aquellos modos menos contaminantes y más eficientes en las que obviamente los recorridos peatonales y los desplazamientos en bicicleta deben ir ganado peso poco a poco. Un sistema intermodal y multifuncional.

Una buena política basada en la distribución racional y equitativa de actividades y equipamientos en los barrios, las distancias son menores y es mucho más fácil apostar por desplazamientos saludables y menos contaminantes.

Los Planes de Movilidad Urbana Sostenible son uno de los instrumentos de los que dispone el urbanista para racionalizar la movilidad en las ciudades.

El ruido como contaminación “puntual” también ha tenido su espacio en el debate y el atajar este problema se ha visto desde dos vías distintas. Primero, desde el uso de materiales absorbentes (porosos, fibra de vidrio, etc), la utilización de barreras acústicas en determinados lugares, el uso de los aislamientos en lugares industriales muy ruidosos….que desgraciadamente muchas veces no se cumplen. Y por otro lado, a una escala de ciudad, a través de un adecuado diseño urbano podemos incidir positivamente en esta cuestión, ya que un viario bien jerarquizado, una inteligente distribución de las zonas verdes y arboladas y una distribución racional de los equipamientos de barrio que los acerque al lugar de residencia y por tanto la que disminuyan la dependencia de los desplazamientos rodados.

Pero las zonas verdes deberán responder a múltiples criterios de localización y cualificación, no solo al anteriormente mencionado, pues nos arriesgamos a tener espacios libres con poca calidad, considerados como zonas de transición, al estar siempre situados cerca de un eje ruidoso.


El agua ha ocupado también gran parte de las disertaciones. El agua potable como recurso malgastado, gran logro de las ciudades modernas que sin embargo tienen actualmente problemas de calidad y salubridad. Falta de eficiencia en sus instalaciones y derivaciones que provocan grandes pérdidas, falta de depuración en muchas zonas, que hacen que devolvamos esa agua a la naturaleza para “comenzar” de nuevo el ciclo en unas condiciones nada adecuadas…

El buen uso del preciado elemento derivó en la discusión sobre el ahorro energético en sentido amplio. Se aposto por una doble vía. Se debería ir incorporando poco a poco las energías renovables (eólica, solar, térmica, y demás) hasta llegar a copar altos porcentajes del consumo general. Esta dinámica no tendría sentido sin reducir la demanda, bajando el consumo primero en gastos superfluos, luego en otros sectores más estructurales.

Ciudades y ciudadanos cotidianamente vamos haciendo uso de los recursos ambientales de manera claramente irresponsable, lo cual incide no solo en nuestra calidad de vida, sino sobre todo en la tremenda huella ecológica con la que lastramos al mundo, cada vez más viejo y cansado…

El caminar hacia unas ciudades menos contaminadas, más racionales y sostenibles debe partir de una concienciación ciudadana a través de una educación cívica y medioambiental, para llegar a demandar a nuestras administraciones y a los urbanistas el mismo compromiso. El esfuerzo de una persona sola no puede cambiar el mundo, pero remando entre todos hacia una misma dirección estaremos más cerca de la meta.

Jesus Maria Cuesta, arquitecto de GRarquitectos