Desde hace unos meses venimos publicando una reseña de la revista digital revista digital: Apuntes de Arquitectura. En esta ocasión os traemos una selección de los artículos más interesantes en nuestra opinión que aparecen en la edición de Abril. La revista, dirigida por nuestro estimado amigo del Perú Alfredo Mujica, es todo un referente por su cuidada selección de temas. Desde La Ciudad Comprometida y la Red de Urbanismo y Medio Ambiente de la Unión Iberoamericana de Municipalistas hemos colaborado de manera activa mediante la publicación de varios artículos.
Este mes abre la publicación un análisis de Juan Carlos García de los Reyes sobre el concurso del “ATRIO DE LA ALHAMBRA”. Recomendamos su lectura ya que, además de un breve resumen sobre el proyecto ganador, encontrareis todo el proceso de estudios e intervenciones previas que harán posible esta actuación en un ámbito tan sensible.
Los enlaces para éste y otros escritos, a continuación:
Por último, desde la Ciudad Comprometida nos complace felicitar al director de la revista por su amplia repercusión en la red con cada vez un número mayor de visitas y presencia en redes sociales.
Con enorme orgullo, por reconocer en la juventud granadina a través de los Premios Ciudadanía Joven por los Derechos Humanos que lo mejor del ser humano germinará con toda seguridad en nuestra sociedad, con fuerza, con compromiso, con la máxima responsabilidad, la Diputación de Granada ha sido la responsable de esta linda iniciativa cuyo objetivo es concienciar a quienes cumplen la mayoría de edad de sus responsabilidades ciudadanas.
“No sois súbditos, sino ciudadanos de pleno derecho. Por eso, debéis seguir luchando por mantener los derechos adquiridos pero también por incrementarlos. Y la mejor forma de hacerlo es a través de la solidaridad, el respeto y el compromiso social”. Así ha felicitado la diputada de Cultura y Juventud de la Diputación de Granada, María Asunción Pérez Cotarelo, a todos los jóvenes de la provincia que han cumplido 18 años. Pero también ha sido un llamamiento para el resto de jóvenes que ya han pasado el umbral de la mayoría de edad. Todos ellos han sido los verdaderos protagonistas del Proyecto Ciudadanía Joven por los Derechos Humanos de la institución provincial, que ayer clausuró una intensa semana de actividades culturales y lúdicas con la tercera edición de la Gala de entrega de Premios Ciudadanía Joven 2011, en la que la Diputación ha querido reconocer, de forma individual y colectiva, la valía de 14 jóvenes y/o asociaciones juveniles por sus trabajos o proyectos llevados a cabo en su entorno al objeto de conseguir un mundo mejor.
Y quien ya ha demostrado serlo fueron los premiados: el Club Deportivo Balonmano de Almuñécar, al equipo de Rugby Femenino de la Universidad de Granada y al entrenador Antonio Aznar Ballesta en la categoría de Deportes; al grupo de expresión artística N+1 (integrado por jóvenes con discapacidad intelectual), a Iván López Izquierdo y a José Antonio Ildefonso Huertas (por su documental sobre los hechos acaecidos en la huelga del 70 en Granada), en la categoría de Creatividad Artística.
Por su parte, los galardones de la sección de Investigación e Innovación recayeron sobre Trabajadores Sociales Sin Fronteras (por propiciar entre los jóvenes el análisis, el debate y la reflexión sobre la pobreza y la marginación social) y al joven Luis Manuel Hernández Rodríguez y su trabajo de investigación social sobre la población rumana de etnia gitana en Granada.
En la categoría de Comunicación Social, la Diputación de Granada ha distinguido este año a la Asociación Educación Popular de la comarca de Huéscar, al joven Antonio Iáñez Aspizua, por su lucha por la visibilidad e igualdad real de los homosexuales; y a Angelo Bryan del Olmo Ortega, un joven implicado en la realidad de su municipio, Fuente Vaqueros, donde ha participado activamente en crear el I Plan Municipal de Juventud.
Por último, los premiados en la sección de Cooperación al Desarrollo han sido la Federación Granadina de Discapacitados FEGRADI, a la joven Lucía López Arias, por ser un referente local y nacional en la cuestión palestina, y a Leopoldo Gutiérrez, por su vinculación asentada desde hace años en proyectos de cooperación al desarrollo en los países más desfavorecidos.
Felicidades, nos sentimos bien orgullosos de todos vosotros por lo que hemos decidido que con todo merecimiento debemos incorporaros en nuestra nómina de Ciudadanos Comprometidos, tanto por lo que significáis, como por lo que esperamos de vosotros… así como que trasladamos nuestra felicitación a Diputación por esta ejemplar iniciativa.
«Noticias y Actualidad» y «La Arquitectura Comprometida»
He tenido el placer de disfrutar de una magnífica exposición en la Fundación Euroarabe que trata sobre la Arquitectura del Mediterráneo. En ella se han reflejado de forma clara los puntos en común de las arquitecturas que tiene una influencia unísona, EL MAR MEDITERRANEO.
La exposición se desarrolla en una serie de paneles expositivos que en su conjunto conforma la estructura de un patio y que en cuyo centro se ha situado material audiovisual donde se refleja la cultura y la arquitectura de lugares como Mojácar, Frijiliana, Matmata, Miconos, Túnez, Kino, Cappadocia, y muchos otros.
Os dejo un extracto de los paneles de la exposición. Enhorabuena a los organizadores por esta ejemplar muestra de hermandad a través de un arte como es la Arquitectura.
EL OBJETIVO
El objetivo de esta exposición es mostrar los elementos comunes en la arquitectura popular del ámbito mediterráneo en toda su extensión, con la idea de presentar este territorio como un espacio común y punto de fusión de las civilizaciones que lo componen. Las costumbres, modos de vida, asentamientos y culturas están interrelacionadas en el Mediterráneo. Un clima común y unas influencias culturales que tienen los mismos orígenes en su génesis, confluyen en unos elementos y características que unen de manera clara a todos los pueblos que se asentaron en sus orillas. Presentamos la idea del Mar Mediterráneo no como frontera entre culturas, sino como elemento osmótico que permite que fluyan corrientes en todas direcciones. Este proyecto pretende contribuir a la mejora de relaciones y a la formación del concepto de un espacio común en torno a las llamadas tres culturas, que se encuentran representadas en las orillas del Mediterráneo.
Observar las coincidencias significa trazar esos lazos necesarios que pondrán en evidencia que Oriente y Occidente comparten el mismo espacio, el mismo mar. La arquitectura, en tanto que arte total, expresa los conocimientos más humanistas de cada una de las culturas que la desarrollan, y su expresión popular contiene la síntesis de esos conocimientos. Un recorrido por los países mediterráneos y sus viviendas pone en evidencia unos elementos comunes, que van desde los materiales hasta el sistema constructivo, siendo el uso de las viviendas y la forma de asentarse lo que diferencia unos espacios determinados. Una casa de la isla griega de Santorini es similar a las de algunas localidades españolas, como Mojácar, o muy similar a la tunecina Sidi bou Said. A estos ejemplos se le suman las muchas viviendas y casas moriscas, que determinaron una forma de construcción que posteriormente llevaron los llamados moriscos a zonas del Norte de África. También están las muchas juderías que se extienden por todo el litoral del «Mare Nostrum» e incluso las viviendas construidas por los aragoneses y catalanes en sus aventuras mediterráneas, estilos que trasladarán a diversas áreas del Mediterráneo y que se nutren de otras tendencias más orientales, como por ejemplo Bizancio.
LA GEOGRAFÍA
El desnivel obliga a soluciones que pasan desde las pendientes más pronunciadas a las escalinatas. La creación de una plaza condicionada también por la proximidad de un edificio significativo lugar de culto (iglesia, mezquita o sinagoga), mercado, ayuntamiento, etc.
Además de las calles, componen los espacios comunes plazas formadas por la influencia de vías o por la ampliación de éstas.
La necesidad de aprovechar al máximo el espacio disponible y de buscar la protección de las inclemencias del tiempo (sol, viento, tormentas, etc.), obliga a sacar el máximo provecho de las calles. Se trata de soluciones arquitectónicas que crean espacios cubiertos, de ámbito semi-privado / semi-público.
Calle y vivienda se confunden en un conjunto arquitectónico que puede recibir los nombres de tinao, cobertizos, etc. Se puede tratar de estructura de viguería o embovedados que se apoyan en las viviendas situadas a ambos lados de una calle, conformando un paisaje de carácter público y transitable, y un habitáculo sobre ella.
LOS MATERIALES
El concepto y la fortuna de vivienda en el Mediterráneo está condicionada, además de por el clima y las condiciones orográficas del terreno, por los materiales que se emplean en su construcción.
Estos materiales son elegidos, no sólo por su funcionalidad, sino también por la proximidad de las fuentes de materia prima. De forma general, se distinguen tres grandes bloques: los materiales pétreos, los compuestos de arcilla y los morteros de cal o argamasa para la construcción y revestimiento de paredes y muros.
Los materiales arcillosos se usan de diversas formas que pueden se clasificadas genéricamente en tapial, adobe y ladrillo.
El tapial es quizás la forma constructiva más ancestral, donde la amalgama de arcillas, áridos (piedras) y cal suponen una solución constructiva rápida y eficaz. A ello se suman sus características aislantes, de resistencia a movimientos sísmicos y relativa durabilidad en la intemperie.
El adobe, material arcillosos secado al sol, tan sólo con carga de árido, pajas, etc., ha supuesto en el Mediterráneo una solución constructiva determinante, permitiendo formas más complejas que con el tapial.
El ladrillo, en tanto material arcilloso cocido, es decir, cerámico, aporta mayor resistencia en las construcciones y es aún hoy día el material constructivo por excelencia.
La cal o argamasa se ha usado tanto como consolidante, como en los revestimientos de las fachadas y tapias. Es el aglutinante habitual en los morteros de unión y en los recubrimientos.
La piedra ha sido usada en la construcción desde los albores de la humanidad, por su evidente consistencia y durabilidad.
Su uso se amplía a múltiples formas, bien sea como mampostería con mortero o piedra careada (sobre todo en las jambas de las puertas, ventanas o en edificios de especial relevancia).
Estos muros construidos sustentan habitualmente vigas de madera, ya sea labrada o sin labrar (rollizos) que conforman tanto las techumbres como el suelo de las posibles plantas superiores. Sobre estas vigas se ha colocado tradicionalmente cañizo que sirve de elemento sustentante tanto para tejados como para solería de las plantas superiores.
LA FORMA.
Formalmente, la casa tradicional mediterránea responde a estructuras cúbicas, por lo general, presentando casi siempre una única cara o fachada. Esta fachada se caracteriza por ser uniforme, sin apenas salientes. La distribución en plantas vista en la fachada corresponde a una o dos plantas (rara vez más), con una singular distribución de vanos en la parte inferior.
En las casas de una sola planta, se accede directamente a un único espacio habilitado como cocina (donde se sitúa la chimenea) y zona de estar. Es ocasiones, desde esta sala se accede a pequeños habitáculos que actúan como dormitorios. En otra, no existen estos dormitorios, transformándose la sala principal en dormitorio durante la noche.
A excepción de la puerta sólo se abren pequeñas ventanas que presentan al mismo tiempo intimidad y seguridad. En la planta superior, los vanos son más grandes, aportando a la casa mayor luminosidad.
LA ARQUITECTURA BLANCA.
Cuando la vivienda consta de dos plantas, la superior suele ser compartida por dormitorios y zonas de almacenamiento o cámaras.
En muchas zonas del Mediterráneo occidental y del Magreb, una segunda puerta lateral da acceso al patio que actúa a la vez como caballerizas y como establo-granja para los animales domésticos.
Los terrenos adyacentes a la casa (si ésta es exenta) suelen estar cercados por una tapia realizada normalmente en mampostería en seco, albergando la huerta familiar.
CUBIERTA.
La escasez de lluvias del Mediterráneo, y en especial en el sur de la misma, ha tenido como consecuencia el desarrollo de tres tipos fundamentales de tejados:
a) La terraza, que se observa en climas muy áridos. En muchos sitios, especialmente en las islas del Egeo. Donde las condiciones hidrológicas (aguas subterráneas, fuentes naturales, riachuelos, etc.) son pobres o inexistentes, las terrazas pueden servir como medio para la recogida y el almacenamiento del agua.
España. Alpujarra.
b) La cubierta abovedada o cupular se suele identificar con la arquitectura religiosa. Sin embargo, también se utiliza como elemento de la arquitectura civil en el Sur del Mediterráneo.
c) En el Norte de África, las casas colmena son más propias del interior, en concreto de las zonas de desierto.
d) Más la norte, se encuentra la cubierta tradicional de tejas de barro cocido. Suele ser de altura baja, se cuatro aguas, aunque cuando más al Sur, se ven como frecuencia de dos aguas e incluso de una.
CARPINTERÍAS.
Si bien es azul el más utilizado en los cierres (puertas y ventanas) para combinar con el blanco de la cal, no faltan colores como el verde, el marrón o el ocre. El ventanuco en la propia puerta o a su lado sirve para permitir la entrada de luz y también para observar al exterior sin exponerse.
En Andalucía, la práctica de la forja permitió la sustitución de la madera por el hierro para permitir la visión en el interior del patio. En el norte de África la decoración de la puerta exterior se basa en formas tradicionales de arquitectura (arcos, etc.). En otros países (Grecia, Chipre, Italia) el mármol sirve como marco y elemento de decoración con formas adecuadas al espíritu local.
El máximo aprovechamiento del espacio y el miedo a las inundaciones que pueden provocar las lluvias torrenciales, fomentan la aparición de escalinatas incluso en los terrenos llanos, “robando” espacio de las vías públicas. En poblaciones de carácter más urbano, la existencia de varias plantas facilita la conversión de las ventanas en puertas y la subsiguiente aparición de balcones con forjas. En casas señoriales que no perdieron su carácter defensivo, los balcones pudieron tener el carácter de mirador o terraza.
VIVIENDA EXCAVADA
Una de las grandes peculiaridades del hábitat de la cuenca mediterránea es la existencia de importantes núcleos de arquitectura subterránea.
La existencia de terrenos adecuados (tierra arcillosa, marga, caliza, conglomerados o roca sedimentaria) que se caracterizan por una gran solidez, permitió a lo largo del siglos y milenios, la existencia de un tipo de vivienda subterránea o troglodita que se consigue excavando hacia el interior de la tierra o de la roca.
Es la llamada arquitectura excavada, se encuentra especialmente en Capadocia, Andalucía (zona de Granada- Guadix), islas griegas (Santorini), Túnez y Francia.
Sus ventajas consisten en que su propio carácter permite la práctica de la autoconstrucción, hecho que abarata enormemente los costes. Por otro lado, sus condiciones bioclimáticas permiten convertir estas viviendas subterráneas en verdaderos refugios contra la inclemencias climáticas y la incertidumbre ambiental (grandes y bruscos cambios de temperatura). En épocas de inseguridad por guerras, invasiones, etc., sirvieron incluso para protegerse de los invasores como es el caso de las poblaciones cristianas de Capadocia durante la Edad Media.
La arquitectura blanca
La práctica de la construcción excavada pronto sobrepasó las necesidades de la vivienda para extenderse a aspecto más amplios como el del culto, por lo general cristiano, que encontró en ella una forma de práctica religiosa que se realizaba sin ofender a los dominadores musulmanes. No en vano, el culto cristiano desde sus remotos comienzos se practicó mediante arquitectura subterránea (catacumbas) durante la época de las persecuciones en el Imperio Romano.
La ubicación:
Son dos los factores que determinan el emplazamiento de las poblaciones de la cuenca del Mediterráneo, el mar y la montaña:
Tradicionalmente, la economía local estuvo basada en la llamada agricultura y ganadería mediterránea, y en la pesca artesanal. Este hecho llevó a que inicialmente, el asentamiento se realizara junto al mar o cerca de las desembocaduras de los ríos.
Arquitectura popular del Mediterráneo:
Muchas veces, en épocas de inseguridad (acompañadas generalmente de una decadencia económica que obligaba a reducir el tamaño de las poblaciones), sus habitantes, incapaces de hacer frente al peligro de las invasiones y de la piratería, se ven obligados a trasladar el asentamiento más al interior, alejado de la vista desde el mar, o a lugares elevados que permiten a la población defenderse desde atalayas o disponer del tiempo suficiente para refugiarse en lugares más seguros (grutas, iglesias o monasterios-fortaleza, castillos, etc.).
La estructura urbana:
Las particularidades de la ubicación, del terreno y de la defensa condicionan fuertemente el concepto de urbanismo de las poblaciones de la cuenca mediterránea. Se trata de ganar espacio.
No existe un urbanismo planificado (manzanas, calles rectas, avenidas centrales, etc.).
Las calles son estrechas, hecho que permite construir el poblado en un peñón, o en terreno abrupto con poco espacio disponible para la edificación.
La estrechez de las calles ayuda a hacer frente a las inclemencias del tiempo (irradiación del sol, vientos fuertes, etc.).
Rafael Heredia Moreno &Czestochowa Martín Gómez, Ingenieros de la Edificación de GRarquitectos
FICHA TÉCNICA EXPOSICIÓN
Colaboran:
Embajada de Grecia en España.
Embajada de Chipre en España.
Fototeca ENIT-Turismo Italiano. Embajada de Italia en España.
Región de Egeo del Sur. Departamento de Solidaridad Social (Grecia)
Coordinación:
Pilar Carrasco Carrasco
Moschos Morfakidis Filactós
Encarnación Motos Guirao
Comisariado:
Antonio Martínez Villa
César David Hernández Manzano
Colaboradores de Coordinación:
Yuli Papadopulu
Tassos Anastasiou
Hassan Laaguir
Organiza:
Fundación Euroarabe
Centro de Estudios Bizantinos, Neogriegos y Chipriotas.
En el marco del litoral andaluz, la playa y ensenada de Bolonia representa una notable excepción: un paisaje entre natural y cultural de singular belleza en el que la implantación urbana y turística ha sido hasta el momento relativamente limitada. La existencia de amplias superficies de montes públicos, la inclusión en el parque natural del Estrecho de Gibraltar, las afecciones derivadas de la protección arqueológica o la limitación que supone para el turismo los fuertes vientos de levante han contribuido a mantener un paisaje en el que los potentes elementos naturales que lo configuran siguen mostrándose como dominantes. Ello hace que todavía sea posible observar la transición, en un suave plano inclinado, entre los componentes paisajísticos del mundo rural (masas forestales, matorrales, pastos ganaderos) y los del litoral (dunas, playas, mar).
A pesar de esa destacada singularidad, la Ensenada de Bolonia no es una entidad territorial aislada, puesto que comparte muchas de las características de un espacio progresivamente más amplio que deja notar, de un modo u otro, su influencia en este rincón del litoral gaditano: el municipio de Tarifa, la comarca del Campo de Gibraltar o el litoral atlántico del Estrecho. Una influencia no sólo actual o reciente, sino desde hace milenios: el territorio dependiente de la ciudad púnica y posteriormente romana de Baelo Claudia, cuyos vestigios arqueológicos se localizan en el corazón de la Ensenada, transcendía los límites de este marco físico. Este hecho resulta fundamental para entender la propia villae (su morfología, sus funciones, su entidad), sus habitantes y la evolución de su entorno, el ámbito del Estrecho, al ser un importante punto de contacto entre continentes y culturas.
De hecho, la Ensenada de Bolonia ha sido objeto de transformaciones y usos alternativos a lo largo de la historia humana desde sus primeras ocupaciones. A este respecto, las antiguas actividades agrícolas han desaparecido prácticamente y del aprovechamiento de los recursos marinos apenas quedan registros arqueológicos (por ejemplo, concheros pre-romanos asociados a localizaciones litorales; producción romana de garum y otras conservas de pescado, etc., como así sucede con la industria alfarera, esencialmente de ánforas para comercializar las conservas de pescado; o las almadrabas desde el siglo XIII, etc.), si bien permanecen algunas explotaciones ganaderas, sobre todo bovinas (raza retinta) y forestales (limpieza y explotación del corcho). Pero actualmente son las actividades turísticas las que dominan en este espacio, que incluye desde el turismo de playa, incluidos deportes náuticos, al cultural (Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia) y al denominado “turismo rural” sobre la base de lo anterior y de una interesante red de itinerarios y de miradores.
Entre los aspectos que refuerzan la consideración de este espacio como entidad paisajística de fuerte carácter está, por un lado, la envoltura completa de la ensenada por relieves de diferente altura (las dos sierras de mayor entidad, San Bartolomé y La Plata, y la unión de ambas a través de un relieve de menor altura, la Sierra de la Higuera, se perciben como un recinto cerrado en forma de anfiteatro, generando una cuenca visual cerrada en torno a la Ensenada); por otro lado, la presencia de dos hitos fundamentales, uno natural y otro cultural: la gran duna rampante, un elemento del paisaje litoral andaluz que ha sido sistemáticamente eliminado en muchos otros lugares durante los más recientes procesos de urbanización, y las mencionadas ruinas arqueológicas de la ciudad púnica y romana, evocadora de la antigua colonización humana de esta parte del litoral andaluz. Junto a lo anterior, al encanto paisajístico de este enclave contribuye la armonía existente entre la variada base geomorfológica (sierras, lomas y colinas, acantilados, cordones dunares y cordones de cantos, playas arenosas y restingas) y botánica (coníferas, eucaliptos, quercíneas, matorral asociados a arbolado, matorral denso sin arbolado, espacios de vegetación rala), así como a la organización geográfica (zonas forestales, pastizales, restos de campos agrícolas, asentamientos antiguos y recientes…), conjugándose todo ello para producir unas cualidades visuales atractivas y dotar de ese carácter paisajístico singular a la Ensenada de Bolonia.
1. La duna rampante de Bolonia
La destrucción de las formas dunares por la ocupación urbana y la construcción de paseos marítimos es una constante en todo el litoral atlántico andaluz. La preservación de esta duna, la de mayores dimensiones de la región, puede considerarse como un hecho excepcional, lo que revaloriza aún más su valor ambiental y paisajístico.
2. La ciudad histórica
Baelo Claudia, fundación púnica, fue en época romana la segunda ciudad en importancia en el área del Estrecho, situada en el camino entre Carteia (en la Bahía de Algeciras) y Gades. Su prosperidad urbana es todavía perceptible en el paisaje actual: un notable foro con edificios públicos entre los que destacan tres templos, baños públicos, el teatro, instalaciones para la industria pesquera… Hoy, estas ruinas arqueológicas aportan un recurso de especial valor para el paisaje de la Ensenada.
3. Roquedos
Los roquedos de la Loma de San Bartolomé cierran el paisaje de la Ensenada. Un relieve abrupto, donde son bien perceptibles algunos escarpes de falla, y con una densa cobertura forestal (acebuches, encinas, pinos piñoneros) que, en parte, es resultado de repoblaciones contemporáneas.
4. Los usos urbanos actuales
El asentamiento urbano actual de la ensenada de Bolonia, el núcleo de El Lentiscal, muestra la singularidad de tratarse de un asentamiento tradicionalmente agrario, de pequeñas dimensiones. Recientemente, los procesos de crecimiento de nuevos usos turísticos van alterando la fisonomía de este paisaje urbano tradicional.
5. La playa de Bolonia
Formada entre dos salientes montuosos, forma una playa de abundantes y finas arenas blancas que se continúa en potentes dunas. Uno de los valores de esta playa radica en el hecho de mantenerse en gran medida natural, no urbanizada al modo del paisaje de otros tramos litorales turísticos. Ese contacto entre el espacio rural y el mar es uno de los rasgos paisajísticos más destacados del lugar.
6. Zona de matorral y pastizal
En las zonas más abiertas y de menor relieve, sobre materiales arcillosos, aparecen espacios desarbolados a consecuencia de la presión ganadera tradicional (el vacuno retinto). El matorral de retamas y lentiscos acompaña a los ricos pastizales de la zona
En primer plano, floración en los pastizales salpicados de palmitos y ericáceas que bordean el recinto arqueológico. Al fondo, el escenario de las laderas que enmarcan la Ensenada está dominado por masa de pinares y algunos eucaliptos, como consecuencia de repoblaciones forestales del siglo XX.
Carmen Patricia Comino Ariza, Arquitecta de GRarquitectos & Miguel Angel Sánchez del Arbol. Geógrafo y Urbanista. Colaborador de GR-Arquitectos Asociados.
Hoy os traemos a la Ciudad Comprometida una introducción a la sexualidad y el erotismo del ser humano prehistórico que tuvo su plasmación en arte como modo de expresión e implicaciones morales que han llegado incluso hasta nuestros días. La existencia de dos sexos no es lo más corriente entre los seres vivos. La mayor parte de las especies son asexuadas, reproduciéndose con gran abundancia aunque con menor variabilidad genética. El sexo posibilitó una rica diversidad y la creación de fuertes vínculos entre los organismos. Las sociedades del pasado pronto se apercibieron de las implicaciones reproductivas, sociales y simbólicas del sexo. A parte de su función como acto perpetuador de la especie, no siempre fue un acto de placer. Durante muchos años reinó el orden moral y sexual que ejercía una verdadera opresión sobre la vida privada. La procreación solo se entendía dentro de la pareja, con fines reproductivos y para asegurar la herencia y la filiación. El sentimiento amoroso va a la par con la consideración que se tiene por los muertos, con el sentido de la estética, características propiamente humanas solo desarrolladas por el hombre de «Cromagnon«.
Haciendo un repaso por la Prehistoria, en el Paleolítico superior, hace unos 35.000 años, las sociedades humanas comienzan a plasmar por primera vez el sexo en imágenes. Las cuevas se llenan de signos asociados a la reproducción, y las composiciones parecen indicar un mundo visto como dualidad masculino-femenino.
Ya en el Neolítico, las figuras del arco mediterráneo nos muestran la nueva sociedad patriarcal y masculina. El poder es de los hombres y ellos ahora se muestran esquematizados con sus miembros destacados y protagonizando escenas de acción.
Las sociedades complejas del Neolítico avanzado y de la Edad del Bronce idealizan a la mujer con figuras que exaltan la fecundidad. Para el hombre, la procreación llega a ser un ritual cargado de un “erotismo-mágico”, mientras que la mujer se transforma en Madre naturaleza, en un ser que tiene el poder de crear vida. La figura del “Chamán”, se convierte en el nexo de unión entre lo desconocido y la realidad, que, a través de la liturgia y el erotismo, llega a su máxima significación simbólica.
Las representaciones de la mujer, las denominadas “Venus”, son mayoritariamente esculturas. Por su forma tridimensional fueron imágenes a las que se les rendía culto y se convirtieron en “objeto” transportable que podía adorarse “in situ«. La Venus es un ser mágico, es la creadora y gracias a ella se perpetúa la vida, es el eje principal de la comunidad pues alberga la vida en su interior.
Para algunos historiadores, la iconografía escultórica de las diosas madre es la coartada masculina para desplazar al sexo femenino, que desde entonces es el “sexo débil”. Esta situación de consideración de la mujer como ser inferior respecto al hombre se ha mantenido hasta el periodo contemporáneo, aunque lamentablemente aun en la actualidad existan sociedades donde dicho avance no se ha producido.
Desde este blog, como no podría ser de otra manera, abogamos por la plena igualdad de la mujer en todos los ámbitos de la vida, conscientes que siglos y siglos de discriminación no son fáciles de dejar atrás, pero como sociedad comprometida con la igualdad no podemos más que aportar nuestro granito de arena en este arduo camino. Con esta introducción a la sexualidad y el erotismo prehistórico pretendemos mostrar que esta situación de exclusión social de la mujer no es algo reciente, que no siempre fue así, que se retrotrae hasta nuestro pasado más remoto y se enraíza en nuestras más profundas relaciones humanas. Desde una visión actualizada, sin ataduras, debemos apreciar este arte primitivo como una muestra más de nuestra capacidad de expresar sentimientos y de reflejar la época de unos seres humanos no tan distintos a nosotros.
Si deseáis ampliar esta documentación sobre la simbología del erotismo de nuestros antepasados, podéis consultar ,entre otras, las webs la Fundación Atapuerca, o arterupestre-c.com