«EL Territorio Comprometido»
Nuestra experiencia y la visión de Desarrollo de Ciudades Comprometidas en este caso al servicio de uno de los grandes iconos del patrimonio mundial y, sin duda alguna, del principal símbolo patrimonial del Perú… el Parque Arqueológico Nacional de Machupichu.
Recientemente estuve analizando con el director del Parque, J. Fernando Astete Victoria, cómo ni tan siquiera este santuario patrimonial de la Humanidad debería bajar la guardia de la protección activa, ya que son numerosos los peligros potenciales (y reales) que se ciernen sobre el parque, entre los que cabría resaltar: la desregulación legal, la descoordinación administrativa, las presiones de todo tipo –económicas fundamentalmente-, la informalidad que preside tantas actuaciones públicas y privadas, el cortoplacismo que todo lo contamina, los siempre insuficientes medios técnicos, económicos y humanos, y las dificultades añadidas de no contar con un verdadero ente rector con competencias, instrumentos y recursos adecuados para gestionar con eficiencia y rigor este maravilloso enclave….
Si bien la geografía y la historia han permitido que se haya conservado en mágica plenitud este maravilloso paisaje cultural cuyos valores ecológicos, naturalísticos y arqueológicos están fuera de toda duda… a todos nos compete garantizar que el rigor, la cordura y la sensibilidad extrema presidan cualquier toma de decisiones que afecte a este enclave cuya atracción trasciende las fronteras y que por tanto nos debe comprometer asimismo a todos…
En todo caso, afortunadamente la experiencia de visitar y recorrer Machupichu sigue siendo sin duda sublime, y te transporta a una dimensión llena de plenitud en la que el visitante se maravilla ante la capacidad de la condición humana por resolver el reto de crear una nueva ciudad con ingenio, armonía y respeto… Pero a los ojos de los expertos no nos puede cegar tanta belleza, porque los problemas, las presiones o las disfunciones actuales son reales, y por tanto los retos que deben abordarse con rigor y decisión son inaplazables. Sin ánimo alguno de parecer pretencioso, a modo de ejemplo citaré solamente algunos que saltan a la vista:
1, La ciudad de Aguas Calientes (Machupichu), en pleno corazón del parque, crece sin parar y descoordinadamente, generando todo tipo de impactos ambientales y paisajísticos siguiendo pautas claramente especulativas que van además en detrimento de los servicios turísticos que se pretenden ofrecer, y que desde luego no guarda relación alguna con la armonía que debiera esperarse en un enclave de servicios turísticos en pleno Parque Arqueológico.
2, De igual manera, debe garantizarse una ordenación territorial sostenible de las dos provincias de mayor incidencia en el parque (Urubamba y La Convención) que enmarcan al santuario: la razonable armonía del Valle alto del Urubamba debería ser reforzada con criterios solventes que encaucen las iniciativas públicas y privadas que afectan a dicho paisaje cultural a través de una adecuada ordenación y gestión; y ya en el Valle bajo del Urubamba, cuando se accede a través de Santa Teresa, además de por su peligrosidad y precariedad, este trayecto nos anticipa los terribles problemas que se ciernen sobre el Parque Arqueológico: deforestación, erosión, vanalización del paisaje, y obras públicas que no evaluaron sus impactos ambientales… cuya afección a Machupichu si no se toman cartas en el asunto es solo cuestión de tiempo, lamentablemente.
Así pues… Queda mucho por hacer, también en Machupichu…