«La Ciudad Comprometida»
Recientemente fui invitado a impartir una conferencia a los alumnos de 3º y 4º cursos del Grado en Geografía y Gestión del Territorio de la Universidad de Granada, en la que les trasladé la necesidad de que se impliquen, allá donde sus vidas profesionales les lleven, en la construcción de ciudades comprometidas. Y acabo de recibir, con mucho agrado, una reflexión al respecto que ha sido realizada por un grupo de aquellos alumnos… y quiero compartirla con vosotros tal cual me ha llegado:
La conferencia fue estructurada por el ponente en tres partes: la primera giró en torno al proyecto empresarial y social de «La Ciudad Comprometida», planteándose sus principales cometidos y resultados; la segunda se centró esencialmente en la identificación y justificación de los criterios que deben presidir en la planificación urbana y territorial bajo, precisamente, el prisma de las ciudades comprometidas, es decir, las que se diseñan y planifican por y para el bienestar de su habitantes y la sostenibilidad ambiental y social; en la tercera parte, en fin, se ilustraron, en una aproximación trans-escalar, el diagnóstico y las principales propuestas de ordenación de dos territorios que comparten ciertas características: los espacios metropolitanos de la Vega de Granada y de Arequipa (Perú). Al final de la charla, el conferenciante (Juan Carlos García de los Reyes) y los profesores asistentes (Miguel Ángel Sánchez del Árbol, coordinador del Grado en Geografía y Gestión del Territorio, y Luis Miguel Sánchez Escolano, profesor encargado de la asignatura «Procesos de estructuración del espacio y su aplicación a la ordenación y gestión del territorio») animaron a los estudiantes a la redacción de reflexiones que les pudieran haber suscitado los contenidos y planteamientos esgrimidos. Un grupo de seis estudiantes de cuarto curso (citados al final del artículo) aceptó el ofrecimiento, transcribiéndose a continuación el resultado de sus reflexiones:
“Una de las ideas que permanecieron como una constante a lo largo de toda la charla fue la necesidad de la planificación en las sociedades contemporáneas. La sociedad necesita de la planificación para garantizar el bien común, su correcta gestión, y que ésta revierta en el aumento de la calidad de vida de los ciudadanos. Lo que se pretende desde la academia y la técnica es asesorar a los gobernantes para conseguir ciudades comprometidas, y para esto hay que tener en cuenta distintas perspectivas que superen visiones únicas y limitadas. Una visión abierta a la complejidad de la realidad en que vivimos es el primer paso para adentrarse en la sociedad y ofrecerle herramientas útiles para la gestión de su entorno. Esto sólo se consigue con un equipo multidisciplinar, lo que por otro lado puede convertirse en un gran reto puesto que actualmente tenemos que sobrevivir en un mundo enfocado hacia la hiper-especialización productiva y laboral de los profesionales. Es una característica fundamental para la planificación y gestión de los territorios sin la cual nunca se podrá conseguir un verdadero desarrollo y una mejora de la calidad de vida de sus habitantes.
La mayor ventaja del geógrafo como profesional es la capacidad de trabajar a distintas escalas y sobre diversas temáticas. En la ponencia quedó patente la complejidad del territorio debido a la intensidad e impactos de las interrelaciones que sobre él –y con él como protagonista- tienen lugar. Para poder planificar sobre un territorio, hay que ser capaces de cambiar de escala en el análisis y diagnóstico que hagamos, lo que nos permitirá vislumbrar las interrelaciones existentes y aportar soluciones más ajustadas a la realidad.
Además, superando las lógicas limitaciones de toda disciplina entendida de forma aislada, para una correcta, eficiente y eficaz planificación, es esencial disponer de un amplio equipo multidisciplinar, lo que va a garantizar una visión global y una comprensión holística de la realidad y de las las distintas problemáticas que afectan a un territorio. En la charla se ilustró la efectividad de esta forma de trabajar con ejemplos de nuestro entorno más próximo, como fueron la búsqueda de alternativas en la gestión de la Vega de Granada o nuevas perspectivas de intervención sobre el conjunto monumental de la Alhambra. Por otro lado, la importancia de la gobernanza en la ordenación del territorio y la planificación urbanística viene dada por el nivel de implicación, capacidad de trabajo y generosidad de todos los actores intervinientes: administración pública, población en general y, a través de su tejido organizativo, el sector empresarial. Por su lado, el equipo técnico redactor tiene que recopilar, ordenar, interpretar y dar salida sobre el territorio a un cúmulo de intereses muchas veces enfrentados entre sí, como también poner su capacidad, conocimiento y experiencia para llevar a buen fin esta tarea. Tiene, por tanto, que tener la capacidad de realizar propuestas que integren esos intereses legítimos y a la vez cubrir las necesidades del interés general en relación a las tres dimensiones en que se divide la realidad –la social-cultural, la económica y la ambiental– buscando su integración para llegar a una situación de equilibrio que garantice el desarrollo territorial y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos que habitan un territorio. Todo ello se reunirá en el trabajo final que desarrolla el equipo redactor, partiendo de los valores que marca la máxima transparencia, la participación e implicación ciudadanas, que será la base del éxito del proyecto aprobado.
A parte de los ejemplos locales con que se ilustró una parte de la conferencia, llamó enormemente la atención de los presentes la acción desarrollada por Gr Arquitectos en proyectos internacionales como es el caso de Arequipa (Perú). Arequipa es una de las ciudades más importantes de éste país, situada sobre las laderas de los volcanes Chachani y Misti, junto a los Andes. Se trata de una ciudad que debe su fundación y desarrollo a su localización, asentada sobre un altiplano fértil que fue aprovechado desde antiguo. Con estas condiciones favorables se instalaron los españoles durante la era colonial del Perú (S. XVI-1821), desarrollando arquitecturas propias de las ciudades coloniales españolas en Latino América, similar a las de otras urbes más famosas en este aspecto como Lima o Cuzco. La urbe vive un proceso de crecimiento desde su creación en el siglo XVI, pero es sin duda durante el siglo XX cuando se produce un incremento exponencial de la población. Desde el año 2000 la ciudad quedó inscrita en el Catálogo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. El principal problema de las ciudades históricas pasa por una tan necesaria como complicada regeneración de éstas. La ciudad es un ente vivo, que se moldea y adapta a las sociedades que en un tiempo y lugar determinado las habitan. Hay que combinar, por un lado, su protección, conservación y valorización, y por otro, su revitalización para evitar su estancamiento. Todo ello en un contexto social como el arequipeño, marcado por una población y autoridades escasamente sensibilizadas con la protección y potenciación del bien común a través de la planificación, lo que irremediablemente es una amenaza a la consideración patrimonial de Arequipa y a su permanencia en el catálogo UNESCO.
Queremos terminar con otro de los temas que, de forma implícita, sobrevolaba sobre las ideas expuestas en la charla. Nos referimos al hecho de que, en definitiva, en todas las ciudades y territorios del planeta ocurren cosas parecidas porque es el mismo sistema económico el que rige en esos lugares, aparentemente, tan distantes y distintos. Desde la geografía podríamos entender el capitalismo como un modelo de desarrollo basado en la maximización de los beneficios a través de la potenciación del consumo y la búsqueda de la competitividad por la innovación. Este capitalismo es el que, de entre todas las salidas posibles, ha evolucionado potenciando las consideraciones económicas por encima de otras tales como las sociales y ambientales, determinando una alteración de la entropía ecológica y un desfase en el uso que hacemos de los recursos. Todo ello nos ha abocado a la insostenibilidad del modelo económico vigente. Un mayor cultura territorial, un mejor conocimiento –integral, holístico, crítico– de nuestro entorno, nos daría las herramientas básicas para encontrar alternativas en el modelo de desarrollo que queremos para los lugares en que vivimos. Los planificadores –geógrafos, pero también cualquier otro de nuestros colegas implicados en la realización de un plan–, tenemos todavía mucho que aportar en la ampliación y mejora de esta cualidad colectiva hasta ahora poco respetada y potenciada.
Deseamos manifestar nuestro reconocimiento por el interés y buen desarrollo expositivo de la charla ofrecida por el Sr. García de los Reyes.”
Autores:
Jorge Durán Carranza, Juan Luís Fernández Quero, María del Carmen Heredia Velázquez,
Javier Liñán Chacón, Jaime Martos Fernández, Julio Rosa García
Estudiantes de 4º Curso del Grado en Geografía y Gestión del Territorio. UGR
Quiero felicitar por esta iniciativa a los profesores Miguel Ángel Sánchez del Árbol, coordinador del Grado en Geografía y Gestión del Territorio, y Luis Miguel Sánchez Escolano, profesor encargado de la asignatura “Procesos de estructuración del espacio y su aplicación a la ordenación y gestión del territorio”, así como agradecerles la deferencia de invitarme a compartir con los alumnos la experiencia que ha acumulado con mi equipo de GRarquitectos y de DCC.
El agradecimiento es nuestro hacia el ponente y hacia los alumnos que se animaron a reflexionar sobre los contenidos de la conferencia y que, sin duda por mero despiste, no han sido citados al final de la aportación, por lo que me permito nombrarlos seguidamente: Jorge Durán Carranza, Juan Luís Fernández Quero, María del Carmen Heredia Velázquez, Javier Liñán Chacón, Jaime Martos Fernández, Julio Rosa García.
Estudiantes de 4º Curso del Grado en Geografía y Gestión del Territorio. UGR. Aparte de esto, nadie pone ya en duda que la ordenación y gestión territorial en cualquiera de las escalas y para la mayoría de los objetivos requiere de la interdisciplinariedad, toda vez que la complejidad de los hechos y procesos territoriales, urbanísticos, ambientales, etc. ha ido en progresivo aumento y que, por tanto, ya no valen las soluciones simples y lineales, sino las múltiples e integradas. Por todo ello, nos congratulamos siempre que quienes adquieren responsabilidades en este sentido, como es el caso del ponente (Juan Carlos García) y de la iniciativa que representa («La Ciudad Comprometida») , tengan la convicción y a la vez la honestidad de admitir que la suma de las distintas visiones y de los diferentes y complementarios conocimientos es mucho mejor que una actitud gremial que, a la postre, sólo redundaría en perjuicios sociales. Me gustaría añadir, más allá de esta cuestión, que ojalá se hiciesen realidad los principios inspirados en el compromiso social y ambiental sostenibles de la «ciudad», «territorio», «espacio» o cualquier otro ámbito objeto de planificación y gestión, y que los intereses espurios quedasen por fin relegados.
En efecto, fueron las musas quienes ocultaron los nombres de los alumnos… Queda corregido el artículo!