«La Ciudad Comprometida»
Os cuento una preciosa noticia:
Los organizadores de la Nit de Bruixes (Noche de las Brujas) han hecho totalmente accesible para los 1.500 habitantes de Gualba (Barcelona) sin excepción, ya que eso incluye a Ervin, un niño sordo de 11 años que por primera vez ha podido entender íntegros los cuentos y la obra de teatro de este evento cultural. Y obviamente le han señalado el camino a quien quiera seguir el ejemplo.
En un momento en el que estamos saturados de malos ejemplos, sobretodo de nuestra clase política, nos ha llegado esta maravillosa noticia (cuyo artículo periodístico os enlazamos) que nos ha colmado de gozo, demostrando una vez más que en la sociedad civil, y sobretodo en las comunidades pequeñas, están la esperanza y las mejores referencias para construir el futuro…
La velada del pasado 30 de julio terminó con 5.000 personas -los vecinos y visitantes- agitando sus manos al aire, como se aplaude en lengua de signos. «El pueblo estaba emocionado. Además vinieron otros sordos, entre ellos unos 20 niños, y todo el mundo lloraba», cuenta a Verne Marian González, madre de Ervin. «Él estaba alucinado, no sabía dónde meterse cuando subió al escenario a dar las gracias al pueblo».
«La iniciativa recuerda a la que Samsung organizó en un pueblo turco, Muharrem, en el que los vecinos aprendieron lengua de signos para darle una sorpresa a un vecino sordo. Aquella experiencia, aunque real, se hizo para un anuncio, pero en la aldea indonesia de Bengkala donde 46 de sus 2.000 habitantes no oyen, casi todos los residentes usan las manos para comunicarse en la vida diaria.»
«Gualba es un pueblo muy pequeño, todo el mundo le conoce y hace el esfuerzo de comunicarse con él», cuenta su alcalde. «En Gualba Ervin baila en un esbart dansaire [un grupo de danzas populares catalanas], sale solo a comprar, va en bici. Es uno más en el pueblo».
Y esta lección de civismo me ha traído al recuerdo que hace unos diez años, cuando asistí a un congreso de la UIM en Guayaquil, Ecuador, media docena de los congresistas fuimos invitados a la representación escolar de una obra de teatro en un colegio de niños sordos… Solo puedo decir que esos niños (y sus profesores, claro) me hicieron amar y respetar a aquella sociedad ecuatoriana mucho más que los pomposos discursos que en aquellos días escuché… Aún hoy sigo agradecido a los amigos de Guayaquil que me invitaron a aquel acto casi privado, lleno de civismo y de solidaridad.
Es fantástico volver a casa (en este momento estoy volando desde Lima a España) y recuperar la confianza en nuestra nación (pareciera que instalada en La Torre de Babel) gracias a las lecciones su nuestra gente.
Por eso en La Ciudad Comprometida queremos declarar ciudadanos comprometidos a los organizadores de La Noche de las Brujas, de este pueblecito de Barcelona (España).
