Es sorprendente… Esta mañana, justo al despertarme, me he encontrado con un mensaje de alguien que me escribió, y mantuve el siguiente diálogo:
– “Buenas, qué pena, pero le voy a preguntar sin tanto rodeo: La señora que está en el perfil con usted, ¿Es familiar suya? Es que se me parece a un familiar mío
– Noooo, es una señora muy gentil que me vendió piña en Florencia, Caquetá
– ¿No supiste cómo se llama? Es que la realidad es que mi madre está desaparecida hace 23 años y se me parece en algo a ella
– Vaya… yo voy a viajar en 10 días de nuevo, ¿Quiere que intente saludarla de nuevo?
– ¡Si, por favor! La señora que busco se llama Ana Cecilia Florez de Cardona, está por los 60 y cuando se perdió estaba enferma, y vivía en Doncello, una ciudad de esa región.
– Estaba junto al mercado principal… quizás vaya cada día por allí.
– Quisiera que cuando vuelvas Dios te la ponga nuevamente en tu camino.”
Ya después Luz Enit me explicó que navegaba por internet visitando a los habitantes de esta ciudad colombiana cuando accidentalmente vio mi foto del perfil, se animó a leer mis artículos y decidió pedirme amistad…
– “y el recuerdo de la forma del cabello me animó a pedirle amistad en Facebook”
Y es que a principios de Julio, tuve que quedarme un día más en Florencia (Colombia) porque la lluvia impidió que partiera mi vuelo, por lo que en la mañana siguiente decidí dar un largo paseo por la ciudad, y al finalizar compré un trozo de piña a unja linda señora y ambos nos regalamos unas sonrisas… Por eso escribí en m nueva foto de perfil:
“Cuando voy a los lugares yo me entrego tal cual soy y siempre recibo mucho más de lo que doy… ¿Cómo no sentirme agradecido? Y en Florencia (Caquetá, Colombia) –puerta de la Amazonía-, donde estuve los últimos días trabajando en su ordenamiento territorial, ¡No fue para menos!”
Y el próximo 25 de agosto, lo primero que haré al llegar a Florencia será visitar su Mercado, y buscar esa sonrisa bella que me ofreció la azucarada piña salvaje del Caquetá, y le preguntaré su nombre…